SEGURIDAD
yosb2 de Mayo de 2013
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CAPITULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema
Los retos actualmente planteados dentro de las sociedades a nivel mundial inciden fundamentalmente en los cambios económicos y lo nuevos paradigmas con Instituciones públicas capaces de afrontar, responder a las exigencias y necesidades del colectivo. Las personas y las organizaciones están inmersas en relaciones complejas y continuas, es por ello que en los últimos tiempos se ha centrado más el interés por estudiar al hombre dentro de su entorno organizacional. Cabe agregar la existencia de diversos factores que interactúan para impulsar técnicas y estrategias atinentes a resolver los problemas comunes, a través de las discontinuidades que puedan dar indicios de la necesidad de cambios fundamentales.
Visto de esta forma, se encuentran los medios de comunicación que diariamente transmiten sucesos violentos como robos, hurtos, homicidios, violaciones, narcotráfico, entre otros delitos punibles que se reflejan como parte de la cotidianidad. En consecuencia, la comunicación segun Ibarra (2007) es un elemento importante que incide en las relaciones humanas entre la policía y comunidad, puesto que representa un medio de transmisión de información dirigido a las masas, permitiendo ser el canal vinculante de la matriz de opinión pública y favorecer la orientación hacia las acciones preventivas del delito, así como el reforzamiento de los valores y principios distintivos en la comunidad.
Otro aspecto importante, lo constituyen las interrelaciones sociales promovidas por el buen trato y las costumbres, como acción preventiva del delito. Al respecto, Mejías (2000) define que "las interacciones con ese otro o con ese entorno que generan un sentimiento mutuo de reconocimiento y valoración" (pag.122).
Por lo tanto, se refiere a las formas y maneras de relaciones que generan satisfacción y bienestar entre quienes interactúan; esto representa una base fundamental que puede contribuir al desarrollo de las comunidades.
En atención a lo señalado anteriormente, se puede citar a Cárdenas (2007), quien al respecto señala:
“El uso de la violencia, prepositiva, repetitiva, cuya finalidad es causar dolor, generalmente producida como consecuencia de una condición negativa real o imaginaria y que tiene como finalidad última la modificación de la conducta que el agresor considere nociva y perjudicial.” (pag. 187).
Entre tanto, el comportamiento y la comunicación pueden generar trastornos sociales, siendo en muchos casos ser interpretados como humillaciones o degradación a la persona. Cabe señalar, segun la Encarta (2007), meciona que “el comportamiento es el conjunto de actos, comportamientos, exteriores de un ser humano y que por esta característica exterior resultan visibles y plausibles de ser observados por otros.”
Partiendo de ambos terminos, se sugiere que la violencia existe porque el ser humano tiene dentro de sí impulsos deseosos de poder y supremacía de su entorno; más aun cuando las personas ejercen el cargo de autoridad y control del delito, no están exentos a desempeñar sus funciones de manera delimitada. Por ejemplo, se encuentran los funcionarios policiales, quienes adquieren el ejercicio de la autoridad como un cargo u oficio y se les otorga el derecho de ejecutar acciones cumpliendo las disposiciones de ley.
En consecuencia, las actuaciones policiales deben estar enmarcadas a las leyes, el funcionario policial ejerce el cargo de autoridad designado de acuerdo a su rango y siguiendo la línea de mando de sus superiores, en una función donde prevalece el servicio de seguridad en la comunidad. Según Bares (2006), "el debate, la reflexión y el intercambio de experiencias son fundamentales para el establecimiento del derecho y la justicia" (pag. 2).
Al interpretar lo señalado anteriormente se puede afirmar que está presente la necesidad de crear espacios para que se geste una simbiosis entre la policía y comunidad a los efectos de conciliar las soluciones efectivas al problema delincuencial. Así mismo, la prevención del delito puede ser canalizado a través del respeto hacia los demás evitando el uso exagerado de la fuerza y comportamientos agresivos, violentos, malos tratos, insultos, que finalmente se traduce en agresiones a la ciudadanía.
Al respecto, Código de Conducta Policial (2006), establece lo siguiente:
“Los que están en posición de autoridad tienen como objeto regir la conducta ética de los funcionarios o trabajadores civiles o militares que cumplan funciones policiales en el ámbito Nacional, Estadal y Municipal se ratifica el compromiso que tienen de sujeción y obediencia a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” (pag. 7).
Por otra parte, Rodríguez (2010), “expone que la carrera policial comprende el inicio en la modelación de la conducta de la persona, se aprenden en la academia las formas y maneras de respecto, orientación, y dirección".
En efecto, la capacitación policial debe dirigirse al funcionario como promotor social en la comunidad, orientado hacia el buen manejo de la comunicación y la convivencia ciudadana a los fines de sentar las bases para el establecimiento de estrategias para controlar el auge delictivo. Igualmente, existen factores intervinientes en el buen trato como son: el respeto, comprensión, cooperación, comunicación y cortesía. Hechas las consideraciones anteriores, pudiera existir una regla de oro en la dinámica para el mejoramiento de la participación e integración entre los sectores intervinientes en la seguridad pública.
De acuerdo a lo antes planteado, Cols (2009), acota que en la actualidad los directivos de una asociación comunitaria sienten temor al denunciar un hecho punible ante las autoridades.
Es evidente entonces, la necesidad de rescatar la confianza de los ciudadanos sobre las instituciones encargadas de la seguridad urbana, donde los miembros del cuerpo policial cumplan con lo establecido en las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, ejerciendo acciones efectivas y eficientes para la prevención y control delictivo. Resulta oportuno, describir experiencias de otros países como Colombia, Brasil, Chile y Argentina, entre otros donde se destaca con similares condiciones y realidades sociales a este respecto.
Por su parte, Giusti (2010), se refiere:
"Colombia y Brasil han logrado disminuir los índices delictivos a la mitad, en la actualidad se requiere la voluntad política para convocar a todos los ciudadanos en conjunto a reforzar la institucionalidad de los organismos de la seguridad urbana" (pag. 23).
Por lo ante mencionado la sociedad en general, más allá de las diferencias ideológicas, políticas, económicas; están llamadas a organizarse incorporando ideas y retomar nuevos estilos para enfrentar el problema de inseguridad.
Es importante señalar, evidencias del desarrollo de políticas que van orientadas a instrumentar políticas para desarrollar planes comunales de seguridad pública, y que estas traen consigo las intervenciones en barrios y la coordinación como parte de la estrategia nacional de seguridad pública para disminuir el delito.
En relación con este último, se destaca la ejecución de programas destinados a fortalecer la relación entre los cuerpos policiales y la sociedad, haciendo énfasis en la utilización de estrategias modernas de administración de recursos para asegurar la eficiencia policial y lograr la participación comunitaria. Desde esta perspectiva los policías deben incorporar valores democráticos a su actuación donde puedan relacionarse de manera igualitaria con los ciudadanos; además ser capaces de responder profesionalmente en cada situación en la que se desenvuelvan, atendiendo a un marco delimitado por los derechos humanos y el estricto apego a su misión consagrada en las leyes de la República Bolivariana de Venezuela.
Se puede afirmar, que entre los desafíos en la sociedad venezolana, el más apremiante es el rescate de la seguridad personal no obstante esto es un tema complejo que debe ser abordado en sus múltiples facetas y requiere la participación de los sectores en general. Así mismo, existen cantidad de medios para prevenir o tratar la delincuencia.
Por otra parte, Ruíz (2010),manifiesta que "El estado Lara alcanza los sesenta (60) muertos por homicidios mensuales y en Venezuela anualmente unos 15.000, lo que representa un duelo permanente para los hogares familiares" (pag. 11).
En la actualidad, se dificulta obtener datos estadísticos y cifras oficiales con relación a hechos delictuales, los organismos encargados de la seguridad mantienen reserva su publicación, sin embargo, se pueden revisar las algunas notas periodísticas reconocidas, así como la declaración de expertos y observadores en materia criminológica y criminalística.
Según registros provenientes de jefatura de la oficina de Asuntos Internos del Cuerpo de Policía de estado Lara, señala Montero (2010), lo siguiente:
“Los datos y estadísticas hasta septiembre del año 2009 se han obtenido 235 denuncias en contra de los funcionarios policiales por agresiones físicas y verbales a la ciudadanía, lo que representa un alto índice de violación a los derechos humanos, lo que constituye un delito y requiere de una investigación minuciosa para cada uno de los casos” (pag.14).
Desde este punto de vista, puede ser un factor que propicia el rechazo hacia los funcionarios policiales por parte de la ciudadanía, la pérdida de la autoridad y el respeto hacia las personas; contraviniendo la formación profesional, que tal
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