¿SOMOS LIBRES?
Enviado por Lucila Valente • 9 de Diciembre de 2015 • Examen • 1.475 Palabras (6 Páginas) • 122 Visitas
¿SOMOS LIBRES?
Lucila Valente.
Introducción.
Una[a] vez, leyendo una novela, tuve un momento de reflexión sobre la libertad que cambio completamente el concepto que tenía referido a este tema.
Me pregunté: ¿Somos real y totalmente libres? Mi respuesta acerca de esta pregunta fue la siguiente: Yo pienso que no hay una libertad absoluta, uno no puede hacer lo que quiere, una de las razones es que vivimos acatando leyes y normas y su incumplimiento contrae un castigo. Si trabajo para alguien entonces este individuo va a decirme en que momento puedo o debo hacer tal o cual cosa.
O tal vez este simple ejemplo: “Si tengo hambre o sed robo, soy una persona libre y hago lo que se me dé la gana” Pero, ¿Qué pasa? La Ley me dice que no puedo robar y que consecuentemente puedo ir preso por ello.
Entonces no soy libre, debo cumplir con reglas y normas ya impuestas. La libertad que se dice tener, son pequeñas “libertades”: Son aquellas cosas que las normas y leyes sí permiten, o sea, no es una libertad real porque se nos es impuesta.
Está claro que si viviéramos en un mundo en donde cada cual hace lo que se le da la gana viviríamos en un caos, con lo cual no está mal regirse por ciertas normas y leyes[b].
Si fuéramos a un plano más individual, me atrevo a meterme en la más áspera actualidad y me propongo pensar, ¿Qué pasa cuando pensamos diferente del otro? ¿Cuánta gente deja de formar parte de muchas cosas por pensar diferente? ¿Cuánta gente ha perdido su vida por pensar diferente? Actualmente vivimos en un país en donde, por ejemplo, si pensas a nivel político diferente sos el adversario y por lo general, solo sos escuchado por los que piensan igual que vos. ¿Hay absoluta libertad de prensa? ¿Podemos gritar a cuatro voces lo que pensamos de tal o cual tema? Yo creo que no, que cada día debemos ajustarnos mas no a pensar pero si a decir por miedo lo que los que tienen mayor poder sobre nosotros piensan. Eso no es libertad, en absoluto. Y así, se va perdiendo sin querer la conciencia sobre libertad, como agua entre los dedos, sin darnos cuenta del oro que perdemos.
Desarroll[c]o.
J.S. Mill, en su ensayo sobre “La libertad”(1) se pregunta ¿La sociedad debe meterse en la libertad del individuo? Y argumenta:
“El objeto de este ensayo es afirmar un sencillo principio destinado a regir absolutamente las relaciones de la sociedad con el individuo en lo que tengan de compulsión o control, ya sean los medios empleados la fuerza física en forma de penalidades legales o la coacción moral de la opinión pública. Este principio consiste en afirmar que el único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno cualquiera de sus miembros, es la propia protección. Que la única finalidad, por la cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro de una comunidad civilizada contra su voluntad, es evitar que perjudique a los demás. Su propio bien, físico o moral, no es justificación suficiente. Nadie puede ser obligado justificadamente a realizar o no realizar determinados actos, porque eso fuera mejor para él, porque le haría feliz, porque, en opinión de los demás, hacerlo sería más acertado o más justo. Estas son buenas razones para discutir, razonar y persuadirle, pero no para obligarle o causarle algún perjuicio si obra de manera diferente. Para justificar esto sería preciso pensar que la conducta de la que se trata de disuadirle producía un perjuicio a algún otro. La única parte de la conducta de cada uno por la que él es responsable ante la sociedad es la que se refiere a los demás. En la parte que le concierne meramente a él, su independencia es, de derecho, absoluta. Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y espíritu, el individuo es soberano”.
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