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Enviado por   •  10 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  10.020 Palabras (41 Páginas)  •  128 Visitas

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LA  META, LA ESTRATEGIA, LAS ACCIONES Y EL MARCO INSTITUCIONAL PARA LA COMPETITIVIDAD

ANTECEDENTES

El cuarto documento del estudio de competitividad, NUESTRA RIQUEZA REGIONAL ( El Huila que hemos construido) señala los capitales que los huilenses disponen en cada uno de los factores que definen esta riqueza. Es indudable que el departamento ha avanzado en todos los indicadores. Pero en ese crecimiento no ha logrado condiciones propias para alcanzar el desarrollo que garantice mejor calidad de vida. Comparativamente, actividades similares realizadas en otros departamentos o regiones en el mundo son más eficientes en el uso de los mismos recursos. Es decir, medido hacia adentro, el Huila de hoy es mejor que el de ayer pero esta condición no le permite competir en las actividades económicas que realiza pues no las hace tan bien como en otros lugares del mundo, y/o ha dejado de hacer lo que le puede representar ventaja competitiva. En otras palabras, el crecimiento no ha sido orientado hacia lo que el contexto actual (Ver documento no.4, capítulo Contexto Actual) exige hoy.  En todos los capitales (Natural, Infraestructura, Financiero, el propio Institucional, Cultural, de Conocimiento y Humano), el balance tiene más pasivos que activos regionales. Sin embargo, este desbalance ha sido construido por los propios huilenses y no por condiciones inmodificables como la geografía. Por el contrario, el documento demuestra que la posición geográfica, la diversidad de climas, la biodiversidad existente en nuestro suelo son ventajas comparativas que no se han convertido en competitivas. En el capital Natural, los sistemas de producción pesan mucho más como limitantes para la competitividad que la mediterraneidad a la que se le atribuyen todos los males. Los cambios en el uso del suelo, desconociendo la vocación forestal del 53% del territorio opita, al tiempo que genera deterioro del recurso provoca producciones agrícolas no competitivas. El desacertado manejo que se le ha dado al recurso hídrico no ha permitido integrar nuevas áreas a la corriente productiva del departamento. El capital financiero no cuenta con capital de riesgo que aliente la creación de nuevas empresas ni los empresarios huilenses se han acercado a los recursos internacionales a pesar del derrumbe de las fronteras geográficas que facilitan la obtención de inversiones e inversionistas foráneos. En infraestructura, el Huila muestra avances indudables pero insuficientes para lograr la conectividad con los mercados mundiales. La cultura contemplativa, conformista y escéptica pesa mucho aún para aceptar cambios en los paradigmas. Finalmente, el sistema educativo y las condiciones de salud de la franja mayoritaria de los huilenses no han facilitado el tránsito de una actividad económica alentada más que por su propia dinámica  por la necesidad de responder a las nuevas realidades.

A pesar de este cúmulo de falencias, su mismo origen, haber sido construidas por los huilenses, permite programar su superación. Lograr esto, implica señalar objetivos claros, precisos, que se conviertan en propósitos colectivos y que se cumplan en el tiempo. A su vez, definir objetivos en función de lo colectivo es más importante que estructurar un marco institucional para la competitividad que, en todo caso, no sería suficiente. No podría afirmarse que la no existencia de ciertas instituciones ha impedido el desarrollo del departamento. Es apenas una de las dificultades pero no lo explica todo. De manera que antes que señalar un marco institucional para la competitividad tenemos que definir objetivos, acciones, para concluir en las instituciones que el Huila tiene que concebir si quiere mejorar sus niveles de competitividad ( es importante recordar que, tal como se aplicó en el desarrollo del capital institucional en el documento NUESTRA RIQUEZA REGIONAL, el término INSTITUCIONES no se refiere a entidades jurídicas exclusivamente sino a la existencia de programas, comportamientos o normas que institucionalicen una acción, la elección de alcaldes, por ejemplo). Para lograrlo, los antecedentes proporcionados por los SIETE CAPITALES ampliamente expuestos en el documento no.4 de competitividad son definitivos para el Plan de Acción que se propone en la parte final de este documento. También adquieren importancia para los propósitos de este análisis las Megatendencias que se observan en los comportamientos globales de todo orden (económico, social, cultural, político) y que no nos es dado desconocer si el objetivo macro es acceder a la economía global y evitar la  disección del Huila del entorno actual. La meta es ofrecer un plan y un marco para la acción. La clave es priorizar las actividades porque, desde ya hay que decirlo, no se puede incurrir en el error de enlistar una serie de actividades que apunten a todo sin que produzcan nada. Por el contrario, el NORTE debe ser uno solo pero de aceptación colectiva que genere un efecto multiplicador en las demás acciones que, encaminadas hacia el objetivo común produzcan la sinergia necesaria que permita el cumplimiento de la meta.


LAS MEGATENDENCIAS COMO MARCO PARA LA ACCION

Las corrientes que están determinando el rumbo del mundo se constituyen en marco de referencia obligado al acercarnos a la definición de un marco institucional para la competitividad del Huila y las subsiguientes acciones a emprender. De todas las señaladas en el documento NUESTRA RIQUEZA REGIONAL[1] hay unas que con mayor énfasis marcan el camino a seguir:

  • La universalización del hombre
  • Énfasis en la educación
  • La explosión de la tecnología biológica
  • La internacionalización de la empresa
  • La preocupación por la ecología

Las otras referidas son igualmente básicas pero que de cumplirse las anteriores, aparecerán, sin duda alguna.

La primera, LA UNIVERSALIZACION DEL HOMBRE, es un imperativo. El ser humano tiene que ser, como lo anotamos en el documento anterior, universal, políglota, viajero, con visión global y habilidad para asimilar las tendencias mundiales. Reconocer esto implica para el Huilense cambiar sus paradigmas. Estos dificultan alcanzar desempeños competitivos. Desde las pautas de crianza y el concepto de familia de las regiones culturales del Alto Magdalena y la Andina Meridional, rígidas, familias cerradas y con alto control del comportamiento social y autónomo[2] hasta el aislamiento del mundo exterior, han hecho presencia en el huilense para generarle sus propios paradigmas que, en un mundo inestable como el presente, no tienen validez alguna y, por el contrario, invitan a su erradicación.

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