Sistemas Educativos e Instituciones
Enviado por patol2020 • 15 de Septiembre de 2020 • Trabajo • 3.473 Palabras (14 Páginas) • 121 Visitas
SEMINARIO DE FORMACION DOCENTE |
Trabajo Práctico N°1 SISTEMAS EDUCATIVOS E INSTITUCIONES |
Docente: Susana Álvarez |
Alumna: Patricia Liñan |
25 de Septiembre de 2013 |
Los objetivos del trabajo práctico se dirigen a: la identificación de los contextos en que se desarrollan las políticas educacionales en la Argentina enfocando en este caso el recorte que abarca la conformación del Estado Nacional y su rol en materia educativa, así como los rasgos esenciales de los sistemas educativos modernos en los que enmarcaron el proceso argentino y el contexto latinoamericano. |
Actividad N° 1:
Caracterice las orientaciones de las políticas educativas; la organización de los sistemas educativos nacionales y los rasgos distintivos de la sociedad civil durante la creación de los estados nacionales Latinoamericanos en el siglo XIX, particularizando en la Argentina.
El diseño de los sistemas educativos de los países de América Latina en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX está asociado a la creación de los Estados Nacionales.
En Latinoamérica y, particularmente, en el caso de Argentina, la constitución de los Estados modernos guarda semejanzas con los europeos, dada la fuente de la conquista y, en algunos de ellos, la masiva inmigración de poblaciones provenientes de Europa. Así, se puede distinguir el tránsito del Estado liberal clásico al Estado de bienestar y luego a la implementación de políticas de tipo neoliberal, aunque con las peculiaridades propias de la Argentina.
El Estado liberal, en Argentina, fue una construcción iniciada en la década del 80 del siglo XIX, luego de las guerras de la independencia y las civiles transcurridas en ese siglo, sustituyendo a un estado colonial por un estado nacional. En el aspecto económico, el modelo de desarrollo se basaba en la exportación de productos primarios y la importación de manufacturas.
El sentido político de la educación se definió a través de dos dimensiones principales. La primera se relaciona con la necesidad de construir a identidad nacional para garantizar la cohesión social y la estabilidad política. Desde esa perspectiva, la universalización de la enseñanza básica constituyo el principal instrumento, lo cual explica la aparición de conceptos y disposiciones tales como la obligatoriedad escolar, el laicismo como contenido curricular y el papel activo del Estado en la expansión de la oferta escolar. La segunda se refiere al papel de la educación en la formación de la clase política capaz de gobernar la sociedad, es decir que la estrategia fue la organización y el impulso a la escuela secundaria y a la universidad, concebidas como las herramientas privilegiadas para formar a la elite política dirigente, capaz de gobernar a la sociedad.
En los países centrales la construcción de los Estados Nacionales estuvo asociada al desarrollo industrial, al ejercicio de la ciudadanía y a la instalación de la democracia como sistema de gobierno. En nuestra región, las actividades productivas estuvieron basadas en la explotación extensiva de recursos naturales cuya propiedad estaba muy concentrada y el poder político conservaba formas oligárquicas.
La precariedad de los procesos de inclusión social en América Latina permite sostener la hipótesis según la cual el proyecto de socializar a toda la población en los valores vinculados a la unidad nacional a través de la escuela fue asumido solo por el sector ilustrado de la clase política. Tanto los sectores económicamente dominantes, como los representantes de patrones culturales tradicionales, en particular la Iglesia católica, resistieron o adhirieron pasiva o débilmente a la universalización de la socialización escolar moderna.
El proyecto de incorporar al conjunto de la población a la escuela fue impulsado por leyes que, muy tempranamente, declararon la educación primaria en obligatoria y gratuita. Solo después de sancionar las leyes, los países de la región pudieron mostrar que estaban cerca de alcanzar el objetivo de la obligatoriedad escolar y las condiciones reales de su aplicación.
En Argentina las leyes educativas no tuvieron alcance nacional. Las elites ilustradas solían controlar el poder central pero no a los gobiernos locales, y fue necesario dictar leyes adicionales que otorgarán facultades a los gobiernos centrales para crear y administrar escuelas en las provincias o en los estados locales.
La distancia entre el discurso político y la realidad educativa expresa las limitaciones tanto materiales como sociales del proyecto de construcción de los Estados Nacionales. La carencia de recursos materiales fue uno de los argumentos más reiterados para demostrar el escaso desarrollo de las políticas educativas, dicha carencia se explica mas por la escasa importancia que la educación básica universal ocupada en la lógica de los sectores económicamente dominantes que por la disponibilidad real de los recursos.
La inclusión o exclusión precaria en el mercado de trabajo tampoco facilitaron la construcción subjetiva del sentido de pertenencia a una instancia que trascendiera el grupo local o la familia.
Si bien la variedad de situaciones nacionales es muy amplia, se las puede agrupar en dos grandes categorías: por un lado, la situación de los países con fuerte presencia de población indígena, y segundo en los países del Cono Sur, la población originaria tuvo menos peso demográfico y cultural, el proceso de integración estuvo más vinculado a la población migrante extranjera que a la población nativa y a la construcción del relato nacional se vincula con conflictos de orden político y económico.
Es en este sentido que la propuesta socializadora de la escuela asumió un carácter marcadamente contracultural. Los sectores conservadores, opuestos a la idea de universalizar la escuela, utilizaban este argumento sosteniendo que educar era ir “contra los padres”. Los sectores ilustrados, por su parte, asumieron ese carácter no solo en el plano retórico sino también en el práctico, y la expresión más elocuente fue la contratación de maestros extranjeros para hacerse cargo del proyecto educativo. Aun sin proyectos explícitos, la formación de los educadores y la formulación de los diseños pedagógicos estuvieron siempre asociadas a orígenes europeos o estadounidenses.
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