Sociologia
Enviado por nuvia22 • 9 de Abril de 2015 • 2.356 Palabras (10 Páginas) • 171 Visitas
Teorías
La teoría crítica es una manifestación del espíritu crítico, el cual aspira a ir más allá de la tensión antes aludida y a suprimir «la oposición entre los propósitos, la espontaneidad y la racionalidad del individuo y las relaciones que afectan a los procesos de trabajo sobre los cuales la sociedad se halla edificada».
La teoría tradicional, aun en sus formas más empiristas, tiende a la abstracción; en rigor, toda teoría tradicional pasa de lado el hecho básico en que insiste la teoría crítica, es decir, el de que su sujeto es un individuo real relacionado con otros individuos, miembro de una clase y en conflicto con otras. Esto no quiere decir ue la teoría crítica se limite a ser la formulación de las ideas y sentimientos de una clase social en un determinado momento de la historia; si así ocurriera, la teoría crítica no diferiría de cualquier otra rama científica fundada en el modelo de la teoría tradicional.
Podría concluirse entonces que la teoría crítica no es, propiamente, teoría, pero ello equivaldría a olvidar dos cosas: una es que la teoría crítica no es arbitraria y azarosa; otra, que la teoría crítica es constructiva. Este último aspecto es particularmente importante para los frankfurtianos, ya que explica por qué mientras, a su entender, la teoría crítica es una expresión de la racionalidad, e inclusive de una racionalidad más alta y amplia que la «tradicional», aparece ante toda teoría tradicional «científica» como meramente especulativa y hasta subjetiva. En la teoría crítica «el pensamiento constructivo desempeña un papel más importante que la verificación empírica». Este pensamiento constructivo no consiste en la formulación de hipótesis oportunamente verificables.
Horkheimer criticó el carácter de criterio último y justificador que reciben los hechos en el positivismo. Pero no hay, según él, tal captación directa de lo empírico. El positivista no advierte que su ver, percibir, etc., está mediado por la sociedad en la que vive. Si renuncia a percibir esta mediación de la totalidad social del momento histórico que vive, se condena a percibir apariencias.
La ciencia moderna, galileana, no ha advertido que es hija de unas condiciones socioeconómicas y que está profundamente ligada con un desarrollo industrial. Privilegia una dimensión de la razón: la que atiende a la búsqueda de los medios para conseguir unos objetivos dados. Pero esos objetivos o fines no se cuestionan, son puestos téticamente o “decisionísticamente” por quienes controlan y pagan los servicios de la ciencia. La razón se reduce, así, a razón instrumental. Y su expresión más clara, la ciencia positivista, funciona, con el prestigio de los éxitos tecnológicos y su racionalización en la teoría de la ciencia, como una ideología legitimadora de tal unidimensionalización de la razón.
Dialéctica de la abstracción
Theodor Wiesengrund Adorno: Dialéctica de la abstracción:
• Dialéctica del Iluminismo, 1987.
• La disputa del positivismo en la sociología alemana, 1973.
• Ciencia y técnica como ideología.
La dialéctica de lo Uno y lo Múltiple constituye uno de los tópicos más antiguos de la historia de la filosofía. Cómo lo múltiple, dado en la experiencia, puede ser considerado como uno; y no sólo “considerado”, sino también cómo puede “ser” uno, ésta es la cuestión que hace surgir la filosofía misma. El “logos” predicativo supone una asimilación de la pluralidad que aparece en el sujeto, a la unidad ideal que viene dicha en el predicado. El conocimiento es, desde este punto de vista, un proceso de reducción. Conocemos sólo en la medida en que logramos identificar bajo un concepto una pluralidad de manifestaciones. Conocer es reducir esta pluralidad a la identidad ideal.
La abstracción es medio para el dominio del mecanismo sobre las piezas; dominio que tiene como reverso el ajuste funcional, la servicialidad, de las piezas respecto de ese sistema mecánico. Por medio del tipo la pieza se ajusta con él, cumpliendo en él su misión.
La abstracción tendría así su sentido en la realización técnica, se muestra como una mediación cuyo fin termina en la afirmación absoluta de un sistema que tiene frente a sus momentos la forma de negatividad. Abstraer es poner una individualidad al servicio de una actividad extraña. La negatividad propia del proceso abstractivo se dirige contra el individuo, cuya funcionalización no es otra cosa que su relativización e identificación con el sistema. Esta identificación ocurre en la medida en que la actividad del individuo no es nada más allá de la actividad total de un mecanismo productivo que le es ajeno. Lo diverso queda reducido a la identidad, que se afirma en ello reflexivamente a sí misma.
Dialéctica de la subjetividad: La relación sujeto-objeto, como expresión de los fenómenos gnoseológicos, será entendida por Adorno como una dialéctica imperialista, como una praxis de la que al final resulta un señor y un esclavo. No es que el conocimiento sea eso, es que ésa es la forma del conocimiento que desemboca en el ideal científico de la modernidad. Adorno pretende criticar la comprensión de la ciencia que surge de la dialéctica sujeto-objeto.
El conocimiento es un mecanismo de asimilación que supera la distancia hacia su objeto, hasta restablecer la identidad con él
La falsedad del sistema: La falsedad del sistema idealista no es una desgracia teórica; dada su raíz fáctica en una praxis de dominio, esta falsedad tiene en la historia un nombre real: opresión, que se manifiesta en aquello que es psicológicamente más real: en el dolor que produce. En efecto, la reducción a la identidad sistemática, la funcionalización del individuo, es resultado de una negatividad que el sistema ejerce sobre éste en la forma de coerción. La abstracción, que es negatividad frente al individuo, es en su realización histórico-práctica violencia ejercida contra él. Reflexión funcional del sistema productivo sobre sí mismo, dominio de la máquina sobre las piezas es represión de lo diverso en la identidad sistemática. El sistema se afirma subjetivamente a sí mismo a través de la violencia represiva; de ella es resultado su identidad. Violencia por parte del sistema y dolor por parte de lo diverso integrado en él, son condiciones de la realización reductiva de lo racional. Racionalidad es voluntad de poder.
En general, la filosofía frankfurtiana tiende a ser pesimista, ya que no se ve cómo la cultura occidental podría desmontar la idea de esa subjetividad dominante en la que tiene su origen y que es la responsable de su desarrollo alienante. Marcuse, sin embargo, es mucho más optimista, en la medida
...