Un Problema De Color Y Mente

UN PROBLEMA DE COLOR Y MENTE

La ausencia de las relaciones humanas entre las personas, instituciones y los pueblos, genera el racismo, algunos tienen la idea de superioridad respecto a otros ya sea por el color de la piel, del cabello, por la estatura, también por el territorio que ocupan; naciones o pueblos desarrollados discriminan a los que son subdesarrollados, debido a que la educación y la cultura, la economía y otras expresiones de la sociedad, como la tecnología, no tienen el mismo nivel.

De este modo la discriminación racial ahonda la pobreza y la ignorancia de quienes no son aceptados en el contexto social; la carencia de trabajo, trae consigo el hambre y el analfabetismo, componentes de la desesperación y la rebelión, por consiguiente, se va creando la inseguridad, el robo y el reto de sobrevivir, originando el crimen injusto, muchas veces sobre personas totalmente inocentes.

Esta realidad debe ser tomada en cuenta por personalidades de prestigio mundial para expresar cual es el verdadero peligro para los pueblos y las personas, es decir la magnitud del problema para implantar el poder de grupos, fundamentalmente de carácter económico y por eso es necesario que se implemente políticas de estado para el cumplimiento de las leyes que tienen un carácter general, así como los contenidos educativos deberán contribuir para disminuir esta verdadera plaga social.

El racismo genera el odio, el desprecio, la repugnancia, la hostilidad y en general el abuso contra las personas de las naciones llamadas pobres, donde las expresiones culturales y los conocimientos han tenido dificultades para su desarrollo, unas veces por la carencia de recursos económicos y otros por la falta de visión de sus autoridades, quienes cuentan con un extraordinario potencial de variados recursos, pero no son explotados por los mismos pobladores, y tampoco son beneficiarios de los recursos que generan.

Pero los grupos raciales dominantes, generalmente conformados por ciudadanos de la raza blanca, tratan de establecer una verdadera cultura de dominio contra los sectores y países que se diferencian por el color de la piel, estableciendo un orden jerárquico que se expresa no solamente de aislarse de otros grupos, sino también estableciendo demostraciones irrespetuosas e insolentes, que perturban la tranquilidad y la paz de las personas menospreciadas, quienes comprenden esta forzada realidad y no se atreven a invadir territorios prohibidos para ellos.

Esta expresión del racismo está presente en muchas sociedades cuyos pobladores han considerado que hay normas especiales para ellos, estableciendo en algunos casos territorios exclusivos para los llamados “gringos” y delimitando territorios para los negros y cholos, quienes están prohibidos a ingresar a los centros comerciales, a las instituciones educativas, a los locales de espectáculos y todo lugar público donde concurren la gente blanca.

Esta discriminación se ha convertido en una política de estado porque esta admitida por autoridades, policías, políticos y estadistas; hay tolerancia y hay injusticia para quienes cometen manifestaciones de injusticia, convirtiéndose estas conductas en actos de rebelión y sublevación, cuyas consecuencias son los abusos y crímenes ocultos, el incremento de la delincuencia y por tanto el deterioro de la democracia de los pueblos.

Por ello el racismo como expresión de poder y de una ideología, forma una serie de valores en las personas, que van más allá de

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