Violencia Estudiantil

INTRODUCCION

Hay una gran preocupación social por el aumento de comportamientos violentos en los adolescentes, que ha ido creciendo considerablemente en los últimos años y cada vez a edades más tempranas, produciendo graves problemas difíciles de afrontar en muchos colegios e institutos.

La adolescencia es una etapa en la que el joven experimenta grandes cambios de personalidad. Se producen cambios de conducta e inestabilidad emocional, son jóvenes con mucha energía que han de aprender a controlar sus impulsos. Es una etapa en la que están formando su identidad, por lo que sus futuros comportamientos dependerán en gran medida de cómo superen todos estos cambios.

Los adolescentes violentos son aquellos que no se ajustan a las normas, son impulsivos, intolerantes e inconformistas. En las instituciones /planteles provocan disturbios y en ocasiones suelen actuar amenazando a sus compañeros.

Algunos de estos adolescentes llegan a participar en peleas, agrediendo físicamente por medio de golpes o con algún objeto o incluso con armas y pudiendo causar daño físico a él mismo o a otras personas. En estos casos pasan de ser un adolescente violento para convertirse en un delincuente.

Esta conducta es una forma de violencia, que la intención de lograr el control sobre otras personas y hacerla obedecer a través del poder y el abuso, como bien lo definen Arellano, Méndez y Nava (2006:p.6), citando a Morea:” La violencia es una acción ejercida por una o varias personas en donde se somete de manera intencional al maltrato, sufrimiento, manipulación u otras acciones que atenta contra la integridad física como psicológica o cualquier otra índole a las persona”. Según esta definición cualquier sometimiento que ocasione sufrimiento y atente contra su integridad física, psicológica o cualquier otra índole es violencia.

Estas situaciones se están convirtiendo en costumbres, ya que a diario se observa a través de los medios de comunicación, en la vida cotidiana y hasta a los más altos mandatarios del país, incitando a la violencia, a través de discursos y expresiones groseras que dejan, mucho que desear de quienes dirigen los pasos de una nación, exponiendo claramente el caso de la dinámica del poder como una de las características más comunes de las formas de violencia sin que haya alguna sanción contra quienes las cometen.

Por consiguiente, la intensificación de la violencia es el pan nuestro de cada día, estados de Venezuela como Táchira, Guárico, Bolívar, Falcón, Distrito Federal tienen altos índices de violencia. Dentro de este marco, el estado Anzoátegui es considerado hoy como uno de los más violentos del país con un altísimo porcentaje de violencia, sobre todo Barcelona, Puerto La Cruz, El Tigre, Anaco, y Guanta, de acuerdo con el levantamiento estadístico de las informaciones aportadas por los cuerpos de seguridad, 91 % de los homicidios ocurrieron en estas ciudades, desde el 01 de enero hasta el 31 de diciembre de 2006, según información de prensa (30-12-2010), en el reportaje de Gabriela Díaz.

Es así como en el año 2.007 la sumatoria de los homicidios en los 23 estados venezolanos indicaba un promedio de 48 por año, mientras que el saldo rojo de Anzoátegui fue 49. “Antes era lo contrario, en el porcentaje anual por estado siempre se encontraba por debajo de los números nacionales, pero eso ha cambiado y este se ha convertido en un lugar muy peligros para vivir”. Evidentemente, y es importante destacar, que cuando se trata el tema de la violencia siempre son los datos estadísticos de asesinatos, los que se toman como muestra de la misma, sin tomar en cuenta que existen tipos de violencia, que los originan y que los mismos son frutos de la descomposición no solo en Venezuela, sino que es un proceso de la sociedad que va a pasos agigantados y que los síntomas son cada día más relevantes ya que no se están tomando las medidas necesarias para evitarlas.

Por otra parte en las situaciones de violencia se puede observar la vida cotidiana; comenzando con los medios de comunicación; en las instituciones educativas públicas y privadas donde a diario se presentan casos de violencia dentro y fuera de las aulas. Violencia que ejercen ciertas estudiantes contra compañeros y profesores (actualmente denominado Bulling. D. Olweus: 2005), faltas de respeto; a los que se ve sometido el profesorado en su sitio de trabajo, aunado a esto la violencia entre padres representantes y responsables, en fin, gran parte de la comunidad educativa.

En realidad algunos de estos casos de violencia se presentan como una suma de casos aislados, pero día a día se van multiplicando con más frecuencia entre estudiantes cuyo denominador es la maldad de determinados escolares alentados quizás por la dejadez de responsabilidades de padres, madres, representantes o responsables que en la mayoría de los casos desconocen los cambios de conductas de sus hijos.

Así mismo es importante preguntarse también, si en las instituciones educativas se están tomando medidas necesarias para evitar este tipo de situaciones ya que, los alumnos se encuentran a la deriva dentro de ellas, en algunas instituciones no establecen normas aun conociendo los conflicto que a diario protagonizan los niños, niñas y las y los adolescentes en el ambiente escolar. Por lo que es imperativo que los estudiantes deban cumplir con un reglamento donde existan normas y sanciones que ellos deben conocer al igual que los padres, madres, representantes o responsables con el fin de mantener la disciplina, seguridad de los alumnos y el buen funcionamiento en todos los espacios de la institución educativa que favorezca una buena convivencia escolar, trasladándola al seno familiar como muestra del un aprendizaje significativo.

En ese mismo orden de ideas Sáez (2007). Cita lo siguiente: “Violencia es toda acción que dirigida puede causar daños físicos, psicológicos, sexual y emocional afectando el desarrollo integral del individuo, causando daños irreversibles en su desenvolvimiento eficaz como ser social, generándose así privaciones e inestabilidad”. Ahora bien, cuando se habla de los daños físicos, psicológicos, sexual y emocional, éstos también son ejercidos por abuso de poder que se da entre niños y jóvenes en edad escolar.

De manera que el término que se ha popularizado para identificar el mencionado problema es el bulling, como se mencionó anteriormente. Este fenómeno se enmarca en los comportamientos problemáticos de los jóvenes (agresión, indisciplina, vandalismo) con unas características propias que lo convierten en objeto de una atención especial. Se trata

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