Augusto Roa Bastos
Enviado por benitezandreaa • 17 de Agosto de 2014 • 664 Palabras (3 Páginas) • 707 Visitas
(Asunción, 1917 -2005) Narrador y poeta paraguayo, sin duda el escritor de su país más importante del siglo XX y uno de los grandes novelistas de la literatura hispanoamericana. Pasó su niñez en el pueblo de Iturbe, lugar que le sirvió de inspiración para muchas de sus creaciones. En 1932 se escapó de su casa para alistarse en el ejército durante la guerra del Chaco. Esos años, durante los que permaneció en la retaguardia, fueron cruciales al proporcionarle anécdotas y vivencias que alimentarían su literatura.
Augusto Roa Bastos
En 1936 trabajó en Asunción como periodista para El País, del que fue luego director. Por entonces, con J. Pla, H. Campos Cervera y otros pocos, inició la que sería la renovación poética paraguaya de la década de 1940. En 1944 viajó a Gran Bretaña, con una invitación del Consejo Británico, y trabajó allí como corresponsal para su periódico y también en la BBC de Londres, donde fue el primer locutor paraguayo.
Poco después de regresar al país, fue forzado al exilio tras la Revolución de 1947, cuando se ordenó su arresto, hecho que lo obligaría a vivir en el exterior por más de cuarenta años, de los cuales los primeros treinta transcurrieron en Buenos Aires.
Durante este largo período trabajó entre otras cosas como guionista cinematográfico, una profesión que calificaría como "de supervivencia" pero que sin embargo influyó en su "estilo descriptivo", tras haber estructurado los argumentos de una docena de películas. En 1953 publicó su colección de cuentos El trueno entre las hojas, libro al que le siguió, en 1960, la novela Hijo de hombre, por la que recibió el unánime reconocimiento de la crítica. De modo fragmentario, esta obra abarca cien años de historia paraguaya, y en ella hay que destacar el rigor técnico con que el autor traza su complejo relato y la fuerza expresiva de una prosa mestiza (mezcla de español y guaraní) que transcribe el habla regional.
Más tarde dio a conocer El baldío (1966), Madera quemada (1967) y Moriencia (1969). Pero su fama internacional no llegaría hasta 1974, cuando publicó Yo el Supremo, novela histórica que protagoniza el dictador Gaspar Rodríguez de Francia, obra que lo estableció definitivamente en la vanguardia de los escritores del continente y por la que pasó a formar parte del llamado boom latinoamericano.
Figura siniestra y a la vez fascinante, con visos de déspota ilustrado, Gaspar Rodríguez de Francia encerró materialmente a su país dentro de un círculo de autoritarismo y de aislamiento. En la novela, el narrador queda sustituido por un compilador que proporciona materiales al lector para que sea éste quien la monte o construya. Como obra del lenguaje, profundiza en las raíces del español paraguayo, en busca de lo que se ha calificado de "oralidad escrita",
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