HISTORIA DE LA TELESECUNDARIA

HISTORIA DE LA  TELESECUNDARIA

A cuarenta años de su creación, la Enseñanza Secundaria por Televisión conocida como Telesecundaria, se ha revelado como una opción que además de conjuntar los avances tecnológicos en materia de comunicación audiovisual que se han tenido en estas cuatro décadas, ha significado una alternativa eficiente para responder a los retos que las circunstancias particulares del país plantean al objetivo de hacer llegar a todos los habitantes, la educación secundaria con calidad y equidad.

La Telesecundaria ha permitido superar las dificultades que en nuestro país  plantea la dispersión geográfica de la población, significándose como una solución para atender a los estudiantes de las áreas rurales principalmente a un menor costo y con una calidad que no desmerece ante los otros servicios educativos del mismo nivel. En este sentido, la Telesecundaria ha contribuido de manera importante a la consecución gradual de la cobertura del nivel secundaria con una considerable eficiencia económica y académica.

En el presente texto, se presenta de manera general la historia de la Telesecundaria que surgió en 1968 y que, después de superar las incertidumbres sobre su viabilidad y eficacia, se fue convirtiendo en un puntal del Sistema Educativo  Nacional, en lo referente a la impartición de servicios educativos en nuestra nación con el uso de un medio electrónico.

Dado que la Telesecundaria se apoya en la utilización de la televisión en el ámbito educativo, se señalan a manera de antecedentes, algunos aspectos de la utilización e institucionalización de los señalados medios de comunicación, particularmente de este medio con fines educativos.

A lo largo de los apartados que lo conforman, se presenta una visión general sobre el origen y desarrollo de la Telesecundaria, señalando los cambios en las características del modelo educativo, las innovaciones tecnológicas que han incorporado, su expansión, el efecto de las sucesivas políticas educativas sexenales y el impacto que ha representado para la educación media básica.

Con la implementación del Plan de Once Años en el sexenio de 1958-1964, se lograron importantes avances en la cobertura de educación primaria. Al inicio de este sexenio sólo el 58% de la población recibía la primera enseñanza y el índice de deserción era bastante alto, situación que se agravaba en las áreas rurales en donde muchas escuelas no contaban con los tres últimos grados de este nivel. Al final de ese sexenio, como resultado de dicho Plan en cuanto a la intensificación del esfuerzo por extender la instrucción primaria a todo el país, se incrementaron el número de escuelas, profesores y alumnos, al tiempo que se logró abatir la deserción escolar. De 4 millones 523 mil alumnos de primaria en 1958, se llegó a 6 millones 826 mil en 1964, lo que representó un incremento del 51%.

Esta circunstancia, junto con el crecimiento demográfico que el país vivía y las inercias de su dinámica económica que provocó una revaloración en la población de la importancia de la secundaria; impactaron en el incremento de la demanda por los servicios de este nivel educativo. De esta forma, durante ese mismo sexenio la matrícula de secundaria creció en 180%, al pasar de 154 mil 400 alumnos en 1958, a 433 mil 200 en 1964. (Carranza, 2005, p. 140)

Para dar atención a este problema y en general a los esfuerzos por extender la acción educativa a todo el país en todos sus niveles, el sexenio siguiente, el de Gustavo Díaz Ordaz, a quien le tocó continuar con el Plan de Once Años, estableció por medio del secretario de Educación Pública, Agustín Yáñez, un vasto plan educativo con el concurso de la radio y la televisión cuyos principales objetivos consistían en: “llevar los  beneficios de la enseñanza a todos los puntos del país; hacerlo un valiosos auxiliar de la campaña contra el analfabetismo; aprovechar en México, mediante el uso de grabaciones y filmaciones, las enseñanzas de los más notables maestros internacionales; y otras semejantes.”  (Meneses, 1991, p. 135) Esto en un contexto en el que a pesar de los avances, sólo 16% de las primarias tenían los seis grados; la deserción que en el medio urbano era de 50%, en el rural alcanzaba casi 90%. (Carranza, 2005, p. 67).

La Telesecundaria inició con un proyecto experimental en septiembre de 1966 que incorporaba a 83 alumnos en cuatro grupos en situación de análisis y observación, con transmisión de circuito cerrado y, en enero de 1968 empezaron las transmisiones en señal abierta con 6 569 alumnos, 304 maestros y una cobertura geográfica amplia que involucraba al Distrito Federal y a los Estados de Hidalgo, Morelos, México, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Veracruz.

El 2 de enero de 1968 el secretario Yáñez firmó un Acuerdo mediante el cual la Telesecundaria quedaba inscrita en la SEP dándole validez oficial a los estudios y certificados expedidos por ésta.

El día 21 de ese mismo mes y año, iniciaron las actividades en circuito abierto, con uso de antenas UHF a través del Canal 5 para el D. F. y 6 para su repetidora en las Lajas, Veracruz. Es importante señalar que debido a esta circunstancia, es decir, la utilización de la señal de estos canales de televisión pertenecientes a Tele sistema Mexicano, sólo fueron considerados de manera inicial para este proyecto, las comunidades de los Estados que se encontraban dentro del área en recepción. Éste servicio educativo se implementó en poblaciones menores a los 2 500 habitantes, principalmente comunidades rurales alejadas.

Debido a lo anterior, es difícil establecer cuál fue el primer plantel de Telesecundaria como tal, según  Albricias, Boletín informativo de la Telesecundaria, fue el aula número 1 de la “Españita” Tlaxcala, inaugurado por el propio licenciado Gálvez y Fuentes por lo que en su honor, en la actualidad lleva su nombre. Este plantel se inició en un pequeño local que constaba de un cuarto, hasta que una profesora del lugar de nombre Cirila González, donó en 1970 un terreno y tres televisores, edificándose así el  plantel. (Hernández Pagola, 2000, p. 79)

Esta problemática inicial respecto a la generación de la infraestructura física necesaria para las Telesecundarias, aunado al hecho de que la transmisión de las teleclases  se dio por medio de la señal abierta de televisión, posibilitó que un gran número de la matrícula de este sistema se conformara con “alumnos libres”, es decir, estudiantes que de manera aislada y sin estar sujetos a una escolaridad sistemática, podían seguir las lecciones de Telesecundaria. Se inscribían al inició de cursos y al final del mismo solicitaban exámenes a título de suficiencia para obtener su acreditación. Así, de la matrícula inicial de 6 569 estudiantes en 1968, aproximadamente 4 000 eran “alumnos libres”.

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