LIBERTAD DE PRENSA
Enviado por sheilasaabss • 18 de Febrero de 2014 • 4.806 Palabras (20 Páginas) • 217 Visitas
Introducción
Con seis países sin libertad de prensa y tres entre los de mayor impunidad a nivel mundial en crímenes contra periodistas, América Latina enfrenta su peor escenario desde 1989, según el informe anual de la organización Freedom House, publicado el 1 de mayo, y el Índice de Impunidad 2013 del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), publicado el siguiente día.
En el informe de Freedom House, Paraguay y Ecuador cayeron en la categoría de países con prensa "parcialmente libres" a "no libres", en el 2012, uniéndose a Cuba, Venezuela, México y Honduras. Y en el índice del CPJ, Colombia, México y Brasil figuran entre los países con mayor impunidad en el mundo en cuanto al asesinato de periodistas.
En el caso de México, el narcotráfico es uno de los mayores obstáculos para el libre flujo de información. Pero el impulso de la indignación mantiene a profesionales como Javier Valdez haciendo periodismo desde el centro de operaciones del narcotraficante más poderoso del mundo, el mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo.
Junto a otros periodistas, Valdez fundó en 2003 el periódico Rio Doce , una cabecera que sobrevive en el corazón de Sinaloa pese a las amenazas continuas del narcotráfico. Con una llamativa entereza, Valdez relata en la pequeña sala de redacción del diario como atacaron con granadas la anterior sede de Rio Doce. “Guardar silencio en mi caso es un acto de cobardía, de complicidad y de muerte. Y yo ni soy cómplice ni soy cobarde. Tampoco soy, no me considero, valiente, pero tampoco estoy muerto”, afirma Valdez.
México y Brasil no son casos aislados, sino desgraciadamente los patrones de otras muchas partes de la región que viven sumidos en una descarnada violencia que se apoya en la permisividad de las autoridades configurando una mordaza de enormes proporciones para el periodismo. Honduras es el ejemplo reciente de esta realidad. Desde 2010 en ese país han muerto 28 periodistas según denunció recientemente Juan Ramón Mairena, presidente del Colegio de Periodistas hondureño.
Lo más grave, es que la mayoría de los asesinatos de periodistas permanecen en la impunidad. El año pasado, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, publicó la más reciente versión de su Índice de Impunidad, en el que destaca los países donde los periodistas son asesinados y los responsables quedan libres. Entre los doce países con mayor índice de impunidad, tres fueron latinoamericanos. Colombia ocupó el quinto lugar, México figuró en el octavo y Brasil en el 11. Y la situación no es menos difícil en otros países de la región, como lo muestran los informes presentados en la Asamblea Anual de la SIP realizada en octubre de este año en Denver, Colorado, Estados Unidos.
Colombia
Resumen
El tema de la libertad de prensa en Colombia está lleno de contradicciones; no existe un consenso entre quienes gobiernan y las entidades que investigan o monitorean el fenómeno. Con el objetivo de aportar mayores elementos de juicio para la discusión, el Observatorio de Medios de la Facultad de Comunicación realizó una investigación con periodistas de todo el país, donde se advierten los principales factores y actores que amenazan este derecho consagrado constitucionalmente.
Introducción
En algunas de sus reflexiones, John Stuart Mill manifestó que la contradicción es un elemento fundamental cuando el hombre asume el reto de buscar la verdad. Así lo expresa en On Liberty:
[…] la verdad debe aparecer luego de la contradicción de ideas, pues en un debate libre la idea que triunfa es la idea potencialmente verdadera. Al silenciarse una opinión, no sólo se afecta a la persona que quería expresarla sino que se está robando a la “especie humana”, y no sólo a los que apoyan dicha opinión sino especialmente a quienes se apartan de ella, porque si la opinión es correcta, se les priva de la oportunidad de abandonar el error por la verdad, y si es falsa, pierden un beneficio casi tan grande, que es la percepción más clara y viva de la verdad, que se produce cuando ésta colisiona con el error (2006, pp. 6-7).
Dada pues su importancia como herramienta para buscar la verdad, usaremos la contradicción para analizar un tema imprescindible en cualquier país democrático: la libertad de prensa, de manera que los ciudadanos cuenten con suficientes elementos de juicio para concluir si Colombia es o no “[…] un suelo fértil para la libertad de prensa […]” (Uribe, 2007, p. 24).
Éste, que no es un asunto menor, es un debate que se ha agitado en los últimos tiempos debido a la ocurrencia de no muy afortunados hechos que ponen de presente su precariedad en un “cacareado” Estado social de derecho, en el que surge una gran contradicción entre lo que aseguran los periodistas, lo que opina el gobierno, y los hallazgos de organismos que monitorean la situación de la libertad de prensa.
La discusión está a la orden del día. Mientras que el Presidente declaró –refiriéndose al tema– ante la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa en Cartagena: “Recuerdo, recorriendo el país como candidato a la Presidencia, en unas regiones el periodismo amordazado por las guerrillas, en otras amordazado por el paramilitarismo. Hoy, se respira un periodismo más libre en todas las regiones de la patria” (Uribe, 2007, pp. 8-9). En una Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se denunció: “Entre 1995 y 2005 en 19 países de la región fueron asesinados 157 periodistas por motivos que pudieran estar relacionados con el ejercicio de su actividad profesional. El 48% de esos asesinatos corresponden a un solo país: Colombia” (OEA, 2008, 27 de marzo).
Así pues, la contradicción se acentúa cuando se presta atención a denuncias concretas que hace la organización Reporteros sin Fronteras (RSF), que en su último informe calificó al presidente Uribe de irascible y afirmó:
Tolerando difícilmente la crítica, Álvaro Uribe no duda en tomar la palabra para acusar personalmente a un periodista. El proceder pasaría inadvertido si no estuviera en juego la seguridad de los medios de comunicación, y el jefe del Estado no hubiera recurrido a él al menos tres veces en este año (RSF, 2008, p. 47).
Denuncias que van en contravía de lo que al respecto argumenta el gobierno colombiano:
Nuestra seguridad democrática se legitima en la libertad de prensa. Por ejemplo, cuando yo hablo de la fuerza contra los grupos terroristas, esa fuerza tiene que ser legítima y la inspiro en aquella frase del libertador al Congreso de Cúcuta. Decía: “considerad, legisladores, que la energía de la fuerza pública es la
...