Marin Mersenne (1588-1648)

Marin Mersenne

(1588 - 1648)

A partir del siglo XVII la matemática se desarrolló más por su lógica interna que por razones de tipo económico, social o tecnológico, tal como se pone de manifiesto en los trabajos de Descartes, Fermat, Desargues, por mencionar sólo algunos.

Aún no existía en esta época ninguna organización matemática de tipo profesional, aunque tanto en Italia como en Francia e Inglaterra había ya algunos grupos de científicos mas o menos organizados: la Accademia dei Lincei (a la que perteneció Galileo) y la Accademia del Cimento en Italia, el Cabinet Du Puy en Francia y el Invisible College en Inglaterra. Hubo además, en este periodo, comienzos del siglo XVII, un personaje que se destacó no por sus pergaminos matemáticos, que los tenía por cierto, sino por oficiar de divulgador científico, gracias a sus amplios contactos que mantenía por correspondencia. Se trataba del fraile minimita Marin Mersenne.

Muy amigo de René Descartes y Pierre de Fermat, así como de muchos otros matemáticos de la época. Si Mersenne hubiera vivido un siglo antes, no se habría producido el retraso en circular la información relativa a la resolución de muchos problemas y de los progresos científicos, porque en cuanto Mersenne tenía noticias de alguna cosa nueva, toda la "República de las Letras", como se le llamaba a la comunidad científica y cultural, era puntualmente informada de ella.

Marin Mersenne nació el ocho de setiembre de 1588 cerca de la ciudad francesa de Oizé y murió el primero de setiembre de 1648, en París, Francia.

Mersenne habría conocido al joven Descartes cuando este estudiaba en el colegio jesuita de La Fléche y fue allí donde entabló con él, una amistad que perduró hasta su muerte. Mientras Descartes entraba en el ejército, Mersenne ingresaba a la iglesia, uniéndose a la Orden de Mínimos en 1611. Los Mínimos eran vegetarianos. No consumían ningún producto animal, sólo frutas y verduras. San Francisco de Paula que fundó la orden de los Mínimos en 1435, los llamó así para que fueran más humildes que los franciscanos, que se denominaban “menores”. No obstante, Mersenne tenía dinero suficiente para pagar una inmensa correspondencia, libros y experimentos científicos. Por eso, dentro de la iglesia prestó grandes servicios a la ciencia, de la cual fue un expositor apasionado y además, autor de obras muy importantes como: Preguntas y comentarios sobre el Génesis (1623), La impiedad de los deístas, ateos y libertinos (1624) y La verdad de las ciencias contra los escépticos o pirrónicos (1625), todos ellos, enormes volúmenes.

A pesar de su permanente ataque contra el ateísmo, Mersenne era científico mecanicista que se oponía al aristotelismo. El hecho de mantener correspondencia con cientos de personas en Europa, lo convertía en una suerte de revista de un solo autor que versaba sobre literatura, filosofía, matemáticas y ciencias. Informaba a todo el mundo lo que hacía todo el mundo, difundía problemas y sugerencias, trababa a los oponentes en disputas al comunicar a cada cual lo que el otro había dicho.

Tradujo algunas de las obras de Galileo y lo defendió cuando fue acusado por la Santa Inquisición, defendió la filosofía de Descartes y oportunamente, también lo defendió contra las críticas eclesiásticas.

Mas tarde, ofició de “representante” de Descartes, era el que se encargaba de administrar su correspondencia o de divulgar y dirigir alguna discusión, sobre los problemas planteados por Descartes.

De la misma manera Mersenne contribuyó a divulgar algunos de los resultados de Pierre de Fermat por Francia e Italia, tanto a través de su nutrida correspondencia como en sus propias obras impresas.

Fermat era tan modesto que prácticamente no publicó nada a lo largo de su vida, se contentaba con comunicar sus ideas por carta a Mersenne y así perdió el reconocimiento de prioridad que le habría correspondido para la mayor parte de su obra. En ese sentido compartió la misma suerte, aunque por razones muy distintas, con uno de sus más competentes colegas y amigos, el cascarrabias profesor Gilles Roberval, miembro también del “grupo de Mersenne”.

En París nucleaba a un grupo de científicos que discutían y criticaban libremente el pensamiento peripatético y era reconocido precisamente, como el “Grupo de Mersenne”. Este grupo estaba integrado por matemáticos, científicos, pensadores e ilustres personajes de la cultura. Se dice que desde la misma celda del padre Mersenne nació la Academia Francesa de Ciencias.

Durante la década de 1640 el interés que despertó el estudio de la espiral r = a θ pudo haber surgido de la correspondencia entre Galileo y Mersenne acerca del problema de la trayectoria de caída libre de un cuerpo pesado sobre una tierra en rotación. Lo cierto que ese problema convocó a Roberval y a Torricelli, que trabajaron de forma independiente, pero la discusión no tardó en ampliarse considerablemente. Fermat se sumó a la discusión y buscando generalizaciones, como siempre, introdujo las espirales de orden superior xn-1 = 2ay. Torricelli, por otro lado, estudió diversos tipos de espirales, descubriendo la rectificación de la espiral logarítmica.

Así es que durante el periodo que va aproximadamente de 1630 a 1650 hubo una notable unidad de intereses matemáticos en Europa, lo que se puede atribuir en buena parte, sin duda, a la ágil intercomunicación entre los matemáticos a través de Mersenne.

Torricelli fue uno de los matemáticos más prometedores del siglo XVII, al que se le suele considerar como el siglo de los genios. Mersenne había divulgado en Italia la obra de Fermat, de Descartes y de Roberval, tanto a través de su correspondencia con Galileo, que databa de 1635, como en su peregrinación a Roma en 1644, la breve asociación de Torricelli con Galileo, ya viejo y ciego, en 1641-1642, le valió la amistad con el fraile divulgador científico, que sumó no solo los trabajos del joven matemático sino también

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