UN ABRAZO DE LETRAS
Enviado por rmontanez • 9 de Agosto de 2012 • 1.317 Palabras (6 Páginas) • 625 Visitas
UN ABRAZO DE LETRAS.
Texto Homenaje a Juan Manuel Gutiérrez Vázquez.
Quiero manifestarle mi sincera felicitación a la Universidad de la Ciénega, al Mtro. Serafín, a Mario, a todo el equipo editorial por la idea de escribir un libro homenaje en el aniversario luctuoso de JM. Fue una gran idea en muchos sentidos: reunir testimonios de amigos y colaboradores, de invitar a sus hijos, a Ruth su esposa, de amigos de sus épocas estudiantiles, de sus años como investigador, como director y gestor de proyectos. Fue un gran acierto el estilo biográfico, autobiográfico, testimonial que permite resaltar lo personal y lo íntimo. Agradecer a los autores de los testimonios que nos permiten conocer ángulos desconocidos, revelaciones intimas, pasiones, inquietudes. Aquello que nos configura como seres humanos.
A lo largo de los 43 testimonios y 303 páginas de Un Abrazo de Letras, hay muchos hilos conductores que nos llevan a las esencias de JM: todos coinciden y estoy seguro que coincidirían los cientos o quizá miles de personas que lo trataron, de que JM irradiaba calor, pasión, amor. Que conjugaba armoniosamente su humanidad entera con la humanidad de los demás, pero más allá, sabía, comprendía, sentía la necesidad de ayudar a que resaltara lo mejor de nosotros. Era un ser maravilloso, que quien tenía la fortuna de conocerlo, leerlo, escucharlo y conversar con él, el mundo se volvía distinto. Se volvía con todos los colores de que son capaces nuestros propios sentidos para percibir esta riqueza en la naturaleza y en los propios seres humanos.
El libro en cada frase, en cada página, con cada amigo, con cada hijo y en las palabras de Ruth, nos revelan toda la estatura intelectual, moral, pasional y espiritual de JM: el amigo generoso, el jefe comprensible y exigente, el investigador y profesor respetado y admirado, el esposo, padre y abuelo amado y amante.
Las secuencias de imágenes que trasmite el libro es excepcional, anécdotas, frases, comentarios, fotografias, dibujos, pero más allá: posiciones ante la vida, ante la naturaleza, ante los demás. Me recuerda mucho el tipo de trabajo que JM desempeñaba como investigador de temas educativos. Su pasión por el texto etnográfico, antropológico y por la fotografía que permitía revelar aquella naturaleza íntima, oculta tras los hechos rutinarios y cotidianos, pero que cuando por fin lográbamos encontrar aquella naturaleza, nos hacia un poco más humanos, porque al fin de cuentas lo que encontrábamos en las aulas, en las escuelas eran procesos comunicativos y educadores entre seres que quieren ser mejores y hacer de este mundo, un mundo mejor.
El libro es un impresionante ejercicio comunicacional y educador como era parte de la personalidad de JM. Conocí muchos aspectos profesionales y personales, pero los testimonios me dicen en “Un abrazo de letras” que JM era inagotable y que cada hecho en los que participó, cada frase, cada palabra suya, aún la última, son pinceladas de vida, para decirnos que la vida hay que disfrutarla, que lo que hagamos profesionalmente y personalmente hay que hacerlo apasionadamente hasta el límite para intentar que las cosas mejores sean posibles.
Cuando recibí la invitación para expresar algunos pasajes en el libro, de forma inmediata acudieron muchas experiencias vividas y la forma en la que en aquellos años, la vida dio un vuelco para mí: el mundo se volvió más ancho, multicolor, más enriquecedor y parecía más infinito de lo que hasta ese momento creía que era. Me enseñó el placer por la vida: de manera sutil, a través de su naturaleza educadora, con el arte, la poesía, la música, la literatura, los buenos vinos, pero también, como un rayo implacable y con su voz tronante, sus cejas arqueadas y los ojos que se volvían más penetrantes.
Hoy JM una vez más, me ayudó a escribir y por alguna extraña razón, me pareció verlo junto a mi, para verme cómo escribía, cómo construía cada una de las frases y si realmente el texto era armónico y como nos decía que “cantara como la poesía”, frase que nunca olvidaré, entre los muchos
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