BENEFICIOS DEL OMEGA 3

Introducción

Muchos de nuestros errores en materia de alimentación son debidos a graves malentendidos. Por ejemplo las grasas. A las grasas se les acusa de hacernos engordar, de predisponer a las enfermedades cardiovasculares y a los canceres, de elevar nuestro índice de colesterol, en fin, de todo lo malo que le pasa a nuestro organismo. Pero la realidad es que hay grasas, como los omega-3, que son grasas de lo más respetables, que no sólo previenen los males anteriormente señalados sino que, pueden resultar muy beneficiosas para combatir otras muchas afecciones.

Los ácidos grasos Omega-3 en la salud

Entre los lípidos se incluyen grasas y aceites ordinarios, ceras y compuestos relacionados que se encuentran en los alimentos y en el cuerpo humano. En su mayor parte (95%) están compuestos por triacilglicéridos (TG) que contienen una molécula de glicerol (un alcohol) y tres ácidos grasos. Desde el punto de vista químico, los ácidos grasos son cadenas rectas de hidrocarburos que terminan en un grupo carboxilo de un extremo y en un grupo metilo en el otro. La forma más común de clasificar a los ácidos grasos es:

1. Por su graso de saturación se dividen en saturados e insaturados (monoinsaturados y poliinsaturados).

2. Por la longitud de su cadena pueden ser clasificados como de cadena corta (4-6 carbonos), media (8-12 carbonos), largas (14-18 carbonos) o muy largas (20 o más carbonos).

La figura 1.1 muestra las diferentes clases de grasas insaturadas que encontramos en los alimentos.

De acuerdo a la posición del primer doble enlace de la cadena, denominado omega, contando a partir del extremo metilo, existen tres familias de ácidos grasos poliinsaturados Omega-3, Omega-6 y Omega-9. Algunos ácidos grasos se clasifican como “ácidos grasos esenciales” porque no pueden ser sintetizados por el cuerpo humano y además son necesarios para funciones vitales. (CHOW, 1992, pág. 1045)

Tanto las grasas Omega-3 como Omega-6 son sustancias poderosas en su cuerpo y juegan roles clave en la estructura y función de cada célula y, en últimas, de su salud y bienestar. Pero son familias químicamente distintas con efectos opuestos sobre su cuerpo. Por ejemplo, una dieta alta en grasas omega-6 promueve los coágulos de la sangre, mientras que las grasas Omega-3 previenen que las células de sangre se acumulen. Las grasas Omegas-6 hacen elevar la tensión arterial, mientras que las grasas Omega-3 trabajan para bajar la tensión arterial. (TRIBOLE, 2007)

Los Omega-3 son los reyes

Tomar regularmente una dosis de Omega-3, tanto a través de la alimentación como por medio de cápsulas, a modo de complemento nutricional, resulta siempre beneficioso para nuestra salud.

Los Omega-3 permiten acentuar determinados trastornos y prevenir enfermedades, muy especialmente las enfermedades crónicas, que comprometen nuestra calidad de vida y pueden incluso llegar a acortarla.

En materia de prevención, los Omega-3 son los reyes. Si no estamos enfermos, es el momento ideal para adoptar medidas alimentarias o de suplementación nutricional para prevenir futuros males. (DUFOUR, 2004, pág. 8).

Esto quiere decir, que si padecemos enfermedades cardíacas, depresiones, alergias o estamos incomodados por enfermedades inflamatorias de las articulaciones, pueden mejorar visiblemente nuestro estado de salud. Pero debe tenerse en cuenta que no curarán todos los problemas ni modificarán radicalmente los hábitos de salud.

¿Cuál es la función de los Omega-3?

Los Omega-3 están incorporados en cada una de nuestras células y

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