CEFALOPODOS: ASPECTOS GENERALES Y BENEFICIOS ECOLOGICOS

UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL[pic 1][pic 2]

FACULTAD DE CIENCIAS NATURALES

ZOOLOGÍA DE INVERTEBRADOS

CEFALÓPODOS

• Aspectos generales

Para empezar, Cephalopoda proviene del griego “kephalé" cabeza" y “podós" pie", que significa pies en la cabeza, es decir, la proximidad entre la cabeza y los tentáculos. Entre los cefalópodos más conocidos están los pulpos, los calamares o las sepias (Gil Recio, 2016).

Es una clase del filo de los moluscos que se caracterizan por ser exclusivamente marinos. Los cefalópodos se encuentran en absolutamente todos los océanos del mundo y presentan ampliamente una diversa morfología debido a la adaptación por la diversidad de ambientes tales como fuentes hidrotermales profundas, aguas marinas someras, aguas polares, aguas trópicas, hábitats pelágicos y aguas oceánicas profundas (Guerra, 2006).

En su morfología externa presentan una cabeza prominente y varios tentáculos que provienen de la estructura conocida como pie en el resto de moluscos. Un rasgo que destaca en ellos es la buena y desarrollada visión que tienen, ya que la necesitan para detectar presas y depredadores de su entorno. Otro rasgo sensorial son los estatocistos que se lo considera un órgano del sentido del equilibrio que consiste en una vesícula con una o varias concreciones calcáreas que se mueven por acción de la gravedad y les ayuda con el equilibrio, percibir vibraciones y algunos sensores químicos (Gil Recio, 2016).

Se los considera los animales invertebrados con el cerebro más desarrollado y no sólo este, sino que todo su sistema nervioso es muy complejo ya que presentan una clara cefalización y al cerebro lo protege un cráneo cartilaginoso. Además, los cefalópodos tienen unas fibras nerviosas prominentes por la ausencia de mielinización (Gil Recio, 2016).

En su anatomía interna son los únicos moluscos en poseer un aparato circulatorio cerrado y respiración branquial. También poseen un corazón central, aunque algunas especies poseen dos corazones en las branquias. Cabe destacar que, como la mayoría de moluscos, para poder transportar oxígeno necesitan de la proteína denominada hemocianina (Gil Recio, 2016).

La locomoción de los cefalópodos es a través de la propulsión gracias a la expulsión de agua por su boca. Además, hay que destacar que los cefalópodos no pueden distinguir colores. Sin embargo, tienen la capacidad de camuflarse rápidamente en menos de un segundo, gracias a unas células denominadas iridóforos y leucóforos que funcionan reflejando la luz de su entorno. Otra habilidad que tienen es producir, almacenar y desprender tinta, gracias a un saco o bolsa muscular que se extiende de la parte posterior del intestino (Gil Recio, 2016).

Los cefalópodos se componen de un 80% de agua, un 16.6% de proteínas, cerca de 1% de carbohidratos y menos de un 2% de lípidos. Esto refleja que su metabolismo energético depende de proteínas y se sabe que ninguno de los dos últimos componentes es empleado para la producción de energía (Domíngues, Cortés, & Vázquez, 2004). Su alimentación es exclusivamente carnívora, ya que su dieta varía entre peces, artrópodos marinos o moluscos más pequeños, dependiendo la especie. Se alimentan con ayuda de sus tentáculos para atrapar las presas y llevarlas a la boca; en ésta se encuentra una estructura denominada rádula que junto a otros apéndices facilitan la alimentación, triturando y despedazando (Gil Recio, 2016).

Los cefalópodos se reproducen solamente una vez en su vida y poseen ciclos de vida cortos por lo que pueden tener 6 o 9 meses de edad, aunque la mayoría de las especies sobrevive de 1 a 2 años (Domíngues, Cortés, & Vázquez, 2004). La reproducción de los cefalópodos es sexual y la mayoría emplea fecundación externa, excepto el orden de los octópodos que emplean fertilización interna por medio del hectocotilo que desarrollan los machos de este orden. Los cefalópodos son ovíparos y su desarrollo, a diferencia de los otros moluscos, es directo, sin pasar por una fase larvaria (Gil Recio, 2016).

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