Cazadores De Microbios
Enviado por Dacavi1802 • 2 de Abril de 2014 • 2.536 Palabras (11 Páginas) • 226 Visitas
Los Cazadores de Microbios (Paul de Kruiff)
Para comenzar vamos a hablar un poco de aquel holandés, fiel creyente y que por allá del año 1963, nació en una pequeña ciudad adornada mayormente por molinos azules y que pasados sus cuarenta años comenzó su labor como investigador, el llamado primer cazador de microbios: Anton van Leeuwenhoek.
Debido a su recién adquirida afición a tallar lentes, que le ayudaban a ver en mayor tamaño las cosas que a simple vista ya le parecían interesantes, se convirtió en el desarrollador de la observación a través de microscopios que el mismo creaba y que celosamente guardaba para sí mismo, sus técnicas de tallado de lentes y de montaje de muestras, que era tan pura y original. Sin embargo una asociación europea llamada “La real sociedad” al principio le tomó por un hombre de poco fiar, pero con el paso del tiempo le pedía, casi rogándole, les enseñará sus técnicas para la elaboración de microscopios. También le pedían les explicará sus métodos de obtener muestras ya que había sido el primero en ver microbios en una gota de agua que recolecto de un cacharro que estaba en su patio, sin embargo se adentro en el origen de estos animalillos que ni por un momento pensó que eran producto del cielo y que llegaban a su patio con la lluvia.
Pocos años después de la muerte de Leeuwenhoek, otro cazador de microbios también se dedicó a observar los hábitos de estos pequeños seres y se dio cuenta de que no aparecían de la nada, que todos ellos tenían un predecesor, que no propiamente se podría llamar madre ya que no paría o ponía huevo para dar vida a su prole, sino que se dividía por su parte media y finalmente eran dos nuevos seres y de estos dos en poco tiempo serian cuatro y así consecutivamente; para descubrir esto, tuvo que aprender a cultivar a los microbios, en un medio adecuado para evitar que murieran y fue así como creó los caldos de cultivo a base de agua mezclada con semillas, y también desarrollo los medios para mantener a una sola especie de microorganismo libre de la invasión de otros que los pudieran devorar. Desafortunadamente no fue tarea fácil demostrar a la comunidad “científica” europea sus hallazgos, ya que a cualquier anuncio que hacía a “La real sociedad”, le seguían refutaciones por parte de aquellos hombres de ciencia tradicionalistas, que no daban su brazo a torcer para aceptar que sus postulados no eran ciertos, así fué como Spallanzani logró tan significativos avances para la microbiología.
Todos hemos escuchado el termino pasteurizado, incluso los más pequeños de la casa, al aprender a leer, pueden reconocer esta palabra en cualquier bote de leche o jugo, que durante la merienda se sitúe frente a sus ojos, y afortunadamente para nosotros, el autor de este método de purificación de líquidos que comúnmente ingerimos fue otro de los llamados cazadores de microbios, Luis Pasteur, fue un científico que ayudo a mejorar las maltas para las cervecerías de la época que estaban en decadencia debido a que sus fermentos estaban enfermando, también ayudo a la industria de la seda cuando detecto a un microbio que estaba enfermando a los pequeños gusanos productores.
Durante el tiempo que duraron las hazañas de Pasteur, también surgió otro bacteriólogo de profesión médico, que por su tenacidad logró descubrir al bichito de la enfermedad de la tuberculosis, ese pequeño escurridizo, que antes de Robert Koch ningún científico lo había podido ver y mucho menos cultivar para demostrar que era el causante de tal padecimiento y que indudablemente llevaría a la muerte a cualesquier persona que le diera hospedaje. Poco después de haber caído una peste de cólera asiático sobre Europa, Koch fue a la India con uno de sus discípulos, para encontrar a aquel nuevo espécimen que hacía enfermar de cólera y llevar a la muerte a sus portadores. Desafortunadamente un discípulo de Pasteur también enviado a la India por la misma razón, no tuvo la suerte de regresar a su hogar y pereció en su búsqueda.
Encontrar la muerte a manos de algunos de sus cultivos o al manipular los órganos infectados de los cadáveres que estudiaban, e incluso al tomar las muestras de agua que contenían millones de seres microscópicos capaces de matar a todo un pueblo, era el mayor de los riesgos que tenían que aceptar los cazadores de microbios, en su frenética búsqueda de encontrar la manera de salvar a sus semejantes y evitar los enfrentamientos que inevitablemente perderían y que muy probablemente llevarían a la muerte a más de un miembro de su familia. Para Roberto Koch esto era una guerra que quería ganar y entonces se arriesgo con todo y logró establecer que cada enfermedad es causada por un cierto tipo de microbio.
Volviendo con Pasteur podemos darnos cuenta que aunque opacado por Koch y sus descubrimientos, y quizás esto lo motivo, se esforzó para encontrar uno de los más valiosos aportes para la medicina, la inmunización. Esto lo llevó a cabo con vacas, de ahí que comúnmente le llamemos “vacuna”, a las cuales enfermaba con carbunco intencionalmente, un carbunco cultivado por el mismo y que habiendo envejecido y debilitado en el caldo de cultivo, no era capaz de matar a su anfitrión, solo lo llevaba a padecer levemente los síntomas pero pronto se recuperaba, no sucedía lo mismo con las vacas que inoculaba con carbunco joven y agresivo, que sin más terminaban sus días. Probó lo mismo con el virus de la rabia, infectó a perros sanos en distintas áreas del cuerpo y se dio cuenta que los animales solo morían cuando el virus llegaba a alojarse a la medula espinal o al cerebro, sin embargo al inyectar el virus atenuado, repetidamente durante 14 días, debajo de la piel y lejos del sistema nervioso era muy probable que tal virus no atacará con tanta ferocidad y que antes que matar al canino, logrará inmunizarlo, haciéndolo resistente para nuevos ataques del mismo virus. Gracias a Pasteur hoy en día existen tantas “vacunas” para las distintas enfermedades y que nos proporcionan inmunidad al recibirlas, desde la primera semana de nacidos hasta llegar a la pubertad e incluso algunos adultos seguimos recibiendo inmunizaciones ante la influenza u otras enfermedades que se ponen de moda repentinamente.
Toca conocer un poco de un par de microbiólogos que se empeñaron en descubrir no solo al bacilo de la difteria, sino un modo de curarla o mejor aún de prevenirla, para esto utilizaron cantidad inimaginable de conejillos de indias y conejos que enfermaban a propósito y a los cuales después de infectarlos, se dedicaban a inyectarles químicos, buscando una cura, que descubrieron en el suero de aquellos especímenes tratados con tricloruro de yodo y que sobrevivieron a tal tratamiento, a este suero le llamaron el suero antitoxina, debido a que el bacilo no era quien mataba,
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