Clase I de Pyrokinesis
Enviado por jocux • 1 de Septiembre de 2014 • Síntesis • 1.391 Palabras (6 Páginas) • 233 Visitas
Clase I de Pyrokinesis
Como ya sabemos, la Pyrokinesis es la habilidad psíquica del hombre de crear o alterar
fuego a partir de su energía o prana. Para comenzar con la práctica de esta fabulosa
habilidad debemos entender sobre qué bases se apoya, y qué métodos psíquicos harán
que nuestra habilidad aumente con el tiempo.
Una de esos métodos es la meditación. Esta clase apuntará a eso, y el objetivo del
“alumno” será poner énfasis en su práctica durante todo el curso de Pyrokinesis para
poder ver las mejoras que ésta causa en las habilidades psíquicas.
Meditación:
La meditación nació en oriente, aunque como la llamamos comúnmente nosotros, allí
no existe... La mayoría de las veces, al meditar nos equivocamos y esa meditación no
nos da ningún beneficio, por el simple motivo de que lo estamos haciendo
equivocadamente. Aquí les dejo unos fragmentos del libro “Nube Vacía, Las
Enseñanzas de Xu Yun”:
“Para los budistas el quietismo no es meditación. Acorralar un caballo salvaje no le
hace manso ni reaccionar a las riendas. Puede reposar durante un rato y parecer
tranquilo. Incluso puede comenzar a pacer. Pero cuando se abra la puerta se escapará
tan salvaje como siempre.
“Saben, en Nan Hua Si, el monasterio del Sexto Patriarca, una vez hubo un monje que
empleaba unas horas cada día en sentarse tranquilamente sobre su cojín, disfrutando
de la paz y tranquilidad que le traía. Pensaba que estaba meditando. Hui Neng, el
Sexto Patriarca, dándose cuenta del error del monje se acercó a él. "¿Por qué dedicas
tanto tiempo a tu cojín cada día?” le preguntó.
El monje levantó los ojos sorprendido. "Porque quiero hacerme un Buda”, respondió."
Hui Neng sonrió. "¡Hijo mío” dijo, “¡puedes hacer un espejo puliendo un ladrillo antes
que hacerte un Buda sentado en el cojín!"”
“Antes de entrar en un estado meditativo siempre estamos despiertos y alertas.
Nuestras mentes, liberadas de las solicitudes externas, se centran en nuestro ejercicio
de meditación. Después de haber tenido éxito en alcanzar el estado meditativo
estamos, normalmente, bastante eufóricos. El vértigo alegre es experimentado por
practicantes de todas las religiones. Se llama Enfermedad del Chan, Intoxicación de
Dios, o Locura Divina. El quietismo no produce euforia. Produce una inactividad
parecida a la de un zombi que no tiene nada que ver con el Budismo Chan o cualquier
otra religión, excepto, tal vez, el vudú.”
“Nunca deberíamos comenzar un ejercicio de meditación si estamos excitados o
inquietos. La mente y el cuerpo deben llegar a un estado relajado.”
“Si nuestra agitación es meramente una condición temporal, debido quizás a estar
agitados o fatigados, deberíamos seguir el método de la "vara de incienso de solo
media pulgada". Simplemente nos sentamos en silencio y miramos como arde la vara
de incienso durante media pulgada. Si en este tiempo no hemos recuperado nuestra
compostura, deberíamos terminar la sesión de meditación. Siempre podemos
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intentarlo más tarde.
Asimismo, nuestra respiración debe ser suave y rítmica. Ocasionalmente, mientras
estemos practicando meditación, pueden nacer pensamientos perturbadores o nos
puede costar respirar debido a que estemos realizando incorrectamente una técnica
de respiración. De nuevo deberíamos seguir el método de la "vara de incienso de solo
media pulgada", y permitir que nuestra mente y nuestra respiración se asienten antes
de continuar la práctica.”
• La Postura
“alguien que pueda sentarse fácilmente en una postura más formal como la
posición del loto, puede utilizar esta postura para obtener una ventaja.
Por supuesto debemos sentarnos de forma erguida para que de este modo nuestros
pulmones puedan expandirse completamente. No podemos dejarnos caer ni hacia
adelante ni hacia los lados. Si nos encontramos al borde del sueño, deberíamos
espabilarnos con unos pocos tragos de té, balanceándonos de lado a lado unas pocas
veces, y tomando unas pocas respiraciones profundas.”
• La Respiración
“Antes de comenzar cualquier técnica de meditación formal, es absolutamente
necesario obtener el control de la respiración.
Hay dos aproximaciones básicas al control de la respiración: desestructuradas y
estructuradas. En ambos métodos los pulmones son comparados a un fuelle. Cuando
deseamos llenar un fuelle con aire, separamos los mangos. De la misma forma,
cuando
deseamos inflar el pecho, comenzamos por extender el abdomen, empujándolo hacia
afuera, separándolo
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