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Desarrollo De La Cabeza Y Cuello


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  893 Palabras (4 Páginas)  •  534 Visitas

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El mesénquima necesario para la formación de la región de la cabeza procede del mesodermo de la placa lateral y paraxial, la cresta neural y de unas zonas engrosadas del ectodermo conocidas como placodas ectodérmicas. El mesodermo paraxial forma del suelo de la cavidad craneal y una pequeña porción de la región occipital; todos los músculos voluntarios de la región craneofacial; la dermis y los tejidos conjuntivos de la región dorsal de la cabeza y las meninges que se encuentran en posición caudal respecto al prosencefalo. El mesodermo de la placa lateral forma los cartílagos laríngeos y el tejido conjuntivo de esta región. Las células de la cresta neural se originan en el neuroectodermo de las regiones del prosencefalo, el mesencéfalo y el romboencefalo, y migran en dirección ventral hacia los arcos faríngeos y en dirección rostral, alrededor del prosencefalo y la cúpula óptica, hacia la región facial. En estos lugares forman las estructuras esquelética mediofaciales y del arco faríngeo, así como todos los demás tejidos de estas regiones, como el cartílago, el hueso, la dentina, los tendones, la dermis, la piamadre y la aracnoides, las neuronas sensitivas y el estroma glandular. Las células de las placodas ectodérmica, junto con las de la cresta neural, forman las neuronas del quinto, el séptimo, el noveno y el décimo ganglios sensitivos craneales.

El rasgo más típico en el desarrollo de la cabeza y el cuello lo forman los arcos faríngeos o branquiales. Estos arcos aparecen durante la cuarta y la quinta semana del desarrollo y contribuyen al aspecto externo característico del embrión. En un principio, consisten en barreras de tejido mesenquimatoso separadas por hendiduras profundas llamadas hendiduras faríngeas. Al mismo tiempo, con el desarrollo de los arcos y las hendiduras, se forma una serie de evaginaciones, las bolsas faríngeas, a lo largo de las paredes laterales del intestino faríngeo y de la parte más craneal del intestino anterior. Estas bolsas penetran en el mesénquima circundante pero no establecen una comunicación abierta con las hendiduras externas. Por este motivo, aunque el desarrollo de los arcos, las hendiduras y las bolsas faríngeas se asemeja a la formación de agallas en los peces y los anfibios, en el embrión humano nunca llegan a formarse auténticas agallas. En consecuencia, el término faríngeos se ha adoptado para el embrión humano.

Los arcos faríngeos no sólo contribuyen a la formación del cuello, sino que también son importantes para la formación de la cara. Hacia el final de la cuarta semana se forma el centro de la cara a partir del estomodeo, rodeado por el primer par de arcos faríngeos. Cuando el embrión tiene 42 días, se reconocen 5 prominencias mesenquimatosas: las prominencias maxilares inferiores, en posición caudal respecto al estomodeo, las prominencias maxilares superiores, en posición lateral respecto al estomodeo y la prominencia

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