Dimorfismo Sexual Cerebral

Dimorfismo Sexual Cerebral

¿En qué se diferencian el cerebro masculino del femenino? ¿Cómo se producen y a qué se deben éstas diferencias? ¿Qué consecuencias tienen dichas diferencias? El objetivo de este trabajo ha sido intentar comprender el dimorfismo sexual cerebral, y las consecuencias que esto conlleva.

Diferencias anatómicas del cerebro masculino y femenino.

Se han descubierto ciertos núcleos en el cerebro masculino que son de mayor tamaño que en el cerebro femenino. Existe un núcleo del área preóptica unas 5 veces mayor en el hombre, el componente central del núcleo basal de la estría terminalis, y el segundo y tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior (INAH2 e INAH3) y el núcleo de Onuf de la médula espinal (quien inerva los músculos perineales estriados y media la constricción de la vejiga en los hombres y la constricción vaginal en las mujeres), de mayor tamaño en el macho. El núcleo arcuato del hipotálamo posee el doble de axones y la mitad de espinas dendríticas que el femenino. El subnúcleo del supraquiasmático, el cual tiene vasopresina, es más esférico en el hombre y más alargado en la mujer.

Por otro lado, se observó en el cerebro femenino que la comisura blanca anterior, el área sagital media e istmo del cuerpo calloso, locus coeruleus y la masa intermedia (quien une ambos tálamos) eran de mayor tamaño que en el cerebro masculino. También presentan una mayor población de receptores dopaminérgicos estriatales D2

En ratas se ha observado un dimorfismo morfológico a nivel glial, más particularmente en los astrocitos del área preóptica. Se observó que las prolongaciones de los astrocitos de las ratas macho eran más numerosas y largas.

Desarrollo embrionario.

En un principio se le asignó al cromosoma Y un papel “activo” en la diferenciación sexual masculina, considerando que la diferenciación femenina se producía por la ausencia de éste, adoptando un papel “pasivo”, ya que el gen SRY (sex determining region Y) es el responsable del desarrollo y formación de los testículos. Posteriormente se llegó a la conclusión de que no era totalmente debido a eso, basándose en la existencia de hombres XX y mujeres XY.

El cerebro es un importante órgano blanco para la acción de las hormonas esteroideas circulantes segregadas en los órganos periféricos. Existe una “superfamilia” de receptores intracelulares en las neuronas y en las células gliales, con receptores para glucocorticoides, mineralocorticoides, estrógenos, andrógenos y progesterona, a través de los cuales se regula la función neuronal y glial, lo que determina que estas se expresen en forma diferente según el sexo del individuo.

La diferenciación del sistema nervioso central se produce durante la fase esteroide sensible de su desarrollo y se debe principalmente a su exposición a los estrógenos, formados por la aromatización local de los andrógenos. Por tanto, la actividad aromatasa cerebral condiciona la diferenciación del dimorfismo sexual cerebral durante el período esteroide sensible de su crecimiento. Este efecto organizador de los estrógenos conforma una morfología neuronal masculina y determina el control de la conducta reproductiva y el patrón de secreción de las gonadotropinas.

El gen SRY en el brazo corto del cromosoma Y induce el desarrollo de las gónadas primitivas a testículos. Cuando se produce la diferenciación de las células de Leydig, éstas comienzan a producir andrógenos. Los estrógenos masculinizan el área preóptica en desarrollo, actuando sobre los receptores estrogénicos intracelulares. Su acción depende de un efecto inhibidor del ARNm de estos receptores.

La diferenciación cerebral sexual de los mamíferos requiere de andrógenos, aromatizados a estrógenos actuando en determinadas áreas para que se produzca la masculinización cerebral. La aromatasa es una enzima clave, ya que convierte los andrógenos en estrógenos, que son los que masculinizan el cerebro. Existen zonas clave para la expresión del dimorfismo, que coinciden con gran despliegue de la actividad de

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