EL CUIDADO PRENATAL
Enviado por enfermeriayobste • 18 de Mayo de 2013 • 1.946 Palabras (8 Páginas) • 439 Visitas
EL CUIDADO PRENATAL
GUÍA PARA LA PRÁCTICA DEL CUIDADO PRECONCEPCIONAL Y DEL CONTROL PRENATAL
INTRODUCCION
Desde la perspectiva de los servicios de salud, la implementación de políticas activas para aumentar las coberturas debe
ir necesariamente acompañada por la mejoría de la calidad de las prestaciones. Para contribuir con este ultimo aspecto,
mejorar la calidad, se ha elaborado esta Guía para la práctica del cuidado de la salud de la mujer en la etapa preconcepcional
y durante el embarazo. La misma está dirigida al equipo de salud responsable de su asistencia. Este documento,
situado en la perspectiva de la promoción y prevención de la salud perinatal, pretende que el lector examine el estado
actual de los procedimientos, prácticas y tecnologías de eficacia clínica comprobada. Sobre la base de los conceptos
vertidos en esta guía. se espera que la misma sea una ayuda para mejorar la calidad del trabajo que se realiza en el
campo perinatal y sirva de base para la revisión de las normas que se aplican en los servicios de salud.
En la Argentina mas del 98 % de los partos ocurren en instituciones. Sin embargo la cobertura médica para el control
prenatal aún es baja. Para el subsector publico se estima que el 78 % de las embarazadas llegan al parto con alguna
consulta prenatal realizada, muchas de las cuales no reúnen los requisitos aceptables en cuanto a su precocidad, cantidad,
distribución, integralidad y calidad. Sólo el 30 % de los controles se inicia precozmente durante el primer trimestre.
Mucho menor es aun el número de mujeres en edad fértil que se han preparado adecuadamente para emprender un
embarazo.
La compleja problemática que reflejan estas cifras se encuentra atravesada por una historia de débiles políticas para
impulsar el cuidado integral de la salud de la mujer en el contexto de la “atención primaria de la salud”. Aun es deficiente
la articulación entre las actividades de promoción de la salud desarrolladas en las comunidades y los servicios de
salud del primer nivel de atención y de estos, con las maternidades que concentran la atención de los partos y sus
recién nacidos. Esta situación se ve agravada por la condición de pobreza de muchas familias, que contribuye a magnificar
el impacto negativo de la falta de cuidado para preservar en la mujer su plena capacidad de salud reproductiva.
EL CUIDADO PRECONCEPCIONAL
La etapa para implementar las actividades de promoción y protección de la salud en la mujer parte desde la adolescencia.
Esta etapa es considerada como un periodo preparatorio para el embarazo ya que condiciona la salud de la madre y
de su futuro hijo. Además de elegir el momento oportuno para el embarazo, a partir de la decisión responsable, la mujer
debe informarse sobre los aspectos psicológicos y biológicos para asumir un embarazo seguro. Una importante proporción
de mujeres, fundamentalmente las adolescentes no acceden a estas opciones vitales. Es fundamental comunicar y
educar a las mujeres en edad fértil sobre una importante lista de factores que aumentan el riesgo materno-perinatal y
que pueden ser reducidos o controlados en esta etapa. Estas acciones deben estar incluidas en los programas de salud
integral de la mujer, en especial para adolescentes.
A. PREVENCIÓN DE ALGUNAS INFECCIONES
Virus de inmunodeficiencia humana (VIH/SIDA): debe informarse sobre los riesgos de la transmisión vertical y acerca
del tratamiento en especial en caso de embarazo. El tamizaje (prueba de VIH) debe ser ofrecido a todas las mujeres en
edad fértil en especial aquellas con alto riesgo, por ejemplo:
•con síntomas presuntivos de infección por VIH/SIDA,
•con múltiples compañeros sexuales sin protección.
•contacto sexual con individuos infectados por VIH.
•que hayan recibido transfusiones de sangre,
•que usen drogas intravenosas,
•que su compañero sexual tenga algunas de las características anteriormente citadas,
•historia previa y/o actual de enfermedades de transmisión sexual.
Hepatitis B (HB): Los factores de riesgo para hepatitis B son similares a los de VIH/SIDA. El riesgo de transmisión perinatal
es alto principalmente en el momento del parto. Aproximadamente entre el 70% al 80% de los neonatos infectados
son portadores crónicos de antígenos HB. Además la infección fetal se asocia con prematuridad y niños pequeños para
su edad gestacional. Estas razones avalan la importancia de que toda la población, y prioritariamente las mujeres en
edad fértil, sean vacunadas para la Hepatitis B con 3 dosis de vacuna. Se deben identificar mujeres no vacunadas, en
especial aquellas con factores de riesgo, e inmunizarlas aún en el embarazo ya que el tipo de vacuna no lo contraindica.
G U Í A P A R A L A P R Á C T I C A D E L C U I D A D O P R E C O N C E P C I O N A L Y D E L C O N T R O L P R E N A TA L
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Rubéola: Alrededor del 15% de todas las mujeres en edad fértil no tienen inmunidad para la rubéola. El ideal es determinar
los anticuerpos en todas las mujeres y vacunar antes de embarazarse a aquellas con resultado negativo. En caso de
no poder realizar la determinación y no contar con certificado de vacuna, se aconseja vacunar y esperar 3 meses para iniciar
el embarazo.
A pesar de tratarse de una virosis benigna para la madre, su pasaje transplacentario produce en el feto diferentes formas
de embriopatías (20% a 35%).
Toxoplasmosis: Es aconsejable que las mujeres conozcan su estatus serológico. En caso de ser negativa se debe instruir
a la mujer sobre los cuidados para evitar la infección (ver en Control Prenatal).
Virus de inclusión citomegálica: Se ha comprobado mayor probabilidad de
infección en mujeres que están en contacto con niños que usan pañales. La vía
de contagio son las manos al manipular los pañales con orina. Una prevención eficaz es el lavado de manos cada vez que
se cambien los mismos.
Esta recomendación tiene especial pertinencia para aquellas mujeres que deseen embarazarse y trabajen en guarderías,
salas de neonatología o tengan niños pequeños.
Tétanos: Se debe vacunar a todas las mujeres para evitar especialmente el tétanos neonatal.
Sífilis: Como toda enfermedad de transmisión sexual debe solicitársele la prueba de tamizaje (VDRL) a ella y al compañero
sexual.
Otras ETS: Se debe investigar al compañero sexual, igual que en caso de sífilis.
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