EL PODER DEL ADITIVO

EL PODER DEL ADITIVO

Cuando nos llevamos comida a la boca, normalmente, ni si quiera pensamos qué estamos comiendo. La producción de comida hoy recurre normalmente a algo muy importante  llamado: aditivos alimentarios, para conservarla, decorarla o darle más sabor. En cualquier caso, debido al tema tan delicado que representa, suelen dejar una huella fuerte en la sociedad. 

La alimentación es parte esencial de nuestra vida y desarrollo, sin embargo es importante saber que hoy en día y desde hace mucho tiempo se han empleado nuevos métodos de conservación y mejoramiento de los factores que los componen, esto debido a los avances tecnológicos y necesidades de la población mundial.

Los aditivos, aparte de que son productos que se añaden a un alimento para darle sabor, color, olor o ayudar a que se conserve mejor, son parte fundamental en diferentes aspectos para la aceptación de un alimento.

En general, el alimento natural es muy sensible a los procesos de color, acidez, luz y conservantes; por lo que requieren sustituir sus cualidades por otras más estables. Por lo tanto los aditivos alimentarios son necesarios para que podamos comer; existen unos tres mil tipos distintos de aditivos algunos de origen natural y otros de origen sintético, algunos de estos aditivos se adicionan para aumentar el valor nutritivo de ciertos alimentos, para hacerlos más apetecibles, para mejorar su sabor, textura o consistencia e incluso el costo.

A pesar de que encontramos aditivos cada día en la mayoría de los productos alimenticios y bebidas que consumimos, lo cierto es que éstos continúan siendo hoy un tema de preocupación para la mayoría de consumidores, especialmente en relación a si realmente son o no perjudiciales para la salud, y sobretodo, cuáles son sus efectos secundarios (consecuencias).

Todos los aditivos alimentarios deben tener un propósito útil demostrado y han de someterse a una valoración científica rigurosa y completa para garantizar su seguridad, antes de que se autorice su uso. El uso de los aditivos en los alimentos está justificado cuando cumplen con alguna de las siguientes funciones: a) Mantenimiento de las cualidades nutritivas o atributos benéficos a la salud; b) Mejorar las cualidades de conservación o de estabilidad fisicoquímica del alimento; c) Aumentar o mejorar las características sensoriales (atractivo al consumidor) de manera que no lleve al engaño; d) Aporte de colaboradores esenciales para el procesamiento. Pero el uso de algunos aditivos a veces se excede, por lo que causan enfermedades o alteran el metabolismo de las personas, causando síndromes.

Más allá de la gran cantidad de aditivos que existen y de sus beneficios, también tienen un buen número de efectos secundarios, claro está, pueden ser tratadas con seguridad y precaución.

¿Sabías que el ser humano utiliza aditivos naturales desde hace siglos? Y es que aprendimos hace muchísimo tiempo a conservar la carne y el pescado con técnicas de salazón y ahumado, o a mejorar la conservación de los alimentos obtenidos durante la cosecha. Desde un punto de vista histórico, mientras que los egipcios usaban aromas y colorantes con el fin de mejorar algunos alimentos, los romanos ya empleaban el nitrato potásico (salmuera), las especias o determinados colorantes naturales.

Los alimentos que consumimos a diario contienen en general aditivos que, en algunos casos pueden ser preservativos que permiten conservarlos en buen estado, “saludables” y apetecibles, por más tiempo como lo es el caso del pan y los alimentos grasos que sin los aditivos se volverían rancios rápidamente.

Existen leyes sanitarias que permiten el uso de aditivos cuidando las cantidades y concentraciones previamente establecidas para el consumo. La seguridad alimentaria hoy en día es de suma importancia para la población, por lo tanto es importante mencionar que existen aditivos nutritivos que atienden funciones en los alimentos como las vitaminas y minerales.

Al convertirse en componentes de los alimentos son, por tanto, ingredientes y, por ello deben figurar en el etiquetado de los alimentos, bien por su nombre o bien por su número E. De esta manera, el etiquetado proporciona información al consumidor que le va a permitir elegir o evitar consumir alimentos que contengan determinados aditivos. El hecho de que un aditivo tenga un número E asignado da garantías de que el aditivo ha pasado controles de seguridad y que ha sido aprobado para su uso en la Unión Europea.

Los aditivos pueden agruparse de diversas formas. La primera y más importante atendiendo a su aceptabilidad en el alimento como protectores de nuestra salud. En segundo lugar teniendo en cuenta su función en el producto alimenticio. En tercero lugar a que sean exclusivamente naturales u obtenidos de una fuente natural, o bien que sean totalmente sintéticos. 

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Sin embargo, sabiendo que los aditivos que se le añaden a los alimentos son parte fundamental para que podemos aceptar los alimentos que consumimos a diario, la

preocupación nos invade, pues nuestra salud se puede ver afectada por el exceso en la proporción aplicada de estos a los alimentos. Pues en muchas ocasiones las desventajas que estos causan son relevantes como: alergias, riesgos de cáncer, enfermedades inflamatorias y demás.

• Los dos colorantes artificiales -rojo 40 y amarillo 5- son responsables de un porcentaje importante. También pueden causar hiperactividad en algunos niños. El rojo 40 y amarillo 5 son ampliamente utilizados en todo, desde alimentos para mascotas y salchichas hasta la soda, dulces y pasteles.
• El aditivo más controvertido es el edulcorante artificial aspartamo, que se utiliza para endulzar el refresco de dieta, goma de mascar y algunos postres. En unos pocos estudios pequeños, ratas que consumieron aspartamo desarrollaron cáncer. Otros aditivos que pueden causar el cáncer -o se ha demostrado que causan cáncer en animales- incluyen la coloración azul 1 y 2, Amarillo 5 y 6, el hidroxianisol butilado antioxidante, el ciclamato de edulcorantes artificiales, el acesulfamo-K, y el anti aglomerante bromato.
• De acuerdo con la investigación dirigida por los investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Georgia, en Estados Unidos: Los emulsionantes, que se añaden a los alimentos procesados para ayudarles en su textura y extender su vida útil, pueden alterar la composición y localización de la microbiota intestinal para inducir la inflamación intestinal que promueve el desarrollo de la enfermedad inflamatoria intestinal que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, afecta a millones de personas y es a menudo severa y debilitante. La adición de emulsionantes a la comida parecía encajar en el marco temporal y se había demostrado que promueve la translocación bacteriana a través de las células epiteliales. Chassaing y Gewirtz plantearon la hipótesis de que los emulsionantes pueden afectar a la microbiota intestinal para promover estas enfermedades inflamatorias y diseñaron experimentos en ratones para probar esta posibilidad.

El equipo alimentó a los ratones con dos emulsionantes muy comúnmente utilizados, polisorbato 80 y carboximetilcelulosa, en dosis para imitar el amplio consumo de los numerosos emulsionantes que se incorporan en casi todos los alimentos procesados. Así, observaron que el consumo de emulsionantes cambió la composición de las especies de la flora intestinal y lo hizo de una manera que la volvió más proinflamatoria.

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