EMBRIOLOGÌA DEL APARATO GENITAL MASCULINO
Enviado por Mariagomezduran • 3 de Marzo de 2018 • Documentos de Investigación • 4.432 Palabras (18 Páginas) • 268 Visitas
ÍNDICE
ÍNDICE 2
1. EMBRIOLOGÌA DEL APARATO GENITAL MASCULINO 3
1.1. Gónadas 3
1.2. Testículo 5
1.3. Conductos genitales en el sexo masculino 6
1.4. Genitales externos en el sexo masculino 8
1.5. Descenso de los testículos 10
2. HISTOLOGÌA DEL SISTEMA GENITAL MASCULINO 13
2.1. Órganos Genitales Internos 13
2.1.1. Testículos 13
2.1.1.1. Epidídimo 14
2.1.1.1.1. Túbulos seminíferos 15
2.1.1.1.1.1. Células de Sertoli 15
2.1.1.1.1.1.1. Células de Leydig 16
2.2. Sistema de conductos excretores 17
2.2.1. Conducto Deferente 17
2.3. Glándulas Sexuales Accesorias 17
2.3.1. Vesículas seminales 18
2.3.1.1. Conducto eyaculador 18
2.3.1.1.1. Próstata 18
2.3.1.1.1.1. Glándulas bulbouretrales 19
2.4. Órganos Genitales Externos 19
2.4.1. Pene 19
2.4.1.1. Escroto 20
3. PROCESO DE ERECCIÓN A NIVEL CELULAR. 21
3.1. La destumescencia. 21
4. REFERENCIAS: 23
1. EMBRIOLOGÌA DEL APARATO GENITAL MASCULINO
1.1. Gónadas
A pesar de que el sexo del embrión esté determinando genéticamente desde que se da la fecundación, las gónadas no expresan características morfológicas específicas que determinen el sexo, esto tiene lugar hasta la séptima semana de desarrollo.
Al principio las gónadas son como un par de crestas longitudinales, las crestas genitales o gonadales. Estás se forman debido a la proliferación del epitelio y una condensación del mesénquima subyacente.
Las células germinales no se encuentran en las crestas genitales, aparecen hasta la sexta semana de desarrollo.
Las células germinales primigenias se originan en el epiblasto, migran a través de la línea primitiva y hacia la tercera semana residen entre células endodérmicas, en la pared del saco vitelino, cerca del alantoides. Estas células migran mediante movimiento ameboideo a lo largo del mesenterio dorsal del intestino posterior durante la cuarta semana y llegan a las gónadas primitivas a comienzos de la quinta semana e invaden las crestas genitales en la sexta semana. Si estás células no logran llegar a las crestas, las gónadas no se desarrollan. Por lo tanto, las células germinales primigenias son muy importantes
Un poco antes de que las células primigenias lleguen a las crestas, el epitelio de la cresta prolifera y las células epiteliales se introducen en la mesénquima subyacente. Aquí forman un numero de cuerdas conformadas irregularmente, que son los cordones sexuales primitivos. Estos cordones conectan con el epitelio superficial y es imposible diferenciar entre la gónada masculina y la femenina. Esto es lo que se conoce como gónada indiferenciada.
1.2. Testículo
Si el embrión es genéticamente masculino, las células germinales primigenias llevan un complejo cromosómico sexual XY. Bajo la influencia del gen S R Y del cromosoma Y, que codifica el factor que determina la formación de los testículos, los cordones sexuales primitivos siguen proliferando y se introducen profundamente en la médula para formar el testículo o cordones medulares.
En dirección al hilio de la glándula, los cordones se dividen en una red de líneas celulares diminutas que más tarde originan los túbulos de la red testicular. Durante el posterior desarrollo, una densa capa de tejido conjuntivo fibroso, la túnica albugínea, separa los cordones testiculares del epitelio superficial.
En el cuarto mes los cordones testiculares adquieren forma de herradura y sus extremidades son continuas con las de la red testicular. Los cordones testiculares se componen ahora de células germinales primitivas y de células sustentaculares o células de Sertoli, derivadas del epitelio superficial de la glándula.
Las células intersticiales de Leydig, procedentes de la mesénquima original de la cresta gonadal, se encuentran entre los cordones testiculares. Empiezan a desarrollarse poco después de haber iniciado la diferenciación de estos cordones. Hacia la octava semana de gestación, las células de Leydig comienzan a producir testosterona y el testículo tiene capacidad para influir en la diferenciación sexual de los conductos genitales y los genitales externos.
Los cordones testiculares son sólidos hasta la pubertad, momento en el que adquieren una luz, formándose así los túbulos seminíferos. Una vez que los túbulos seminíferos se han canalizado, se unen a los túbulos de la red testicular que, a su vez, se introducen en los conductillos eferentes. Estos conductillos eferentes constituyen las partes restantes de los túbulos excretores del sistema mesonefrico. Se unen a la red testicular y al conducto mesonefrico o de Wolf. que se convierte en el conducto deferente.
1.3. Conductos genitales en el sexo masculino
En un principio, tanto el embrión femenino como el masculino poseen dos pares de conductos genitales: los conductos mesonéfricos o de Wolff y los paramesonéfricos o de Müller. Cranealmente, el conducto paramesonéfrico se abre a la cavidad abdominal. Caudalmente, se extiende de manera paralela al conducto mesonéfrico y después lo atraviesa ventralmente para crecer de manera caudomedial.
En la línea media, el conducto paramesonéfrico tiene un homólogo que se encuentra del lado opuesto, inicialmente dividido por un tabique transverso, la porción caudal de ambos combinados se extiende hacia la pared posterior del seno urogenital, en donde se forma una protuberancia llamada tubérculo paramesonéfrico o de Müller. Los conductos mesonéfricos se abren al seno urogenital en cada extremo del tubérculo de Müller.
Mientras que el mesonefros involuciona, algunos túbulos excretores, conocidos como túbulos epigenitales, entran en contacto con cordones de la red testicular, lo cual produce la formación de los conductillos eferentes del testículo. Existen túbulos excretores a lo largo del polo caudal del testículo, llamados túbulos paragenitales, estos no se unen con los cordones de la red testicular. En conjunto, sus vestigios reciben el nombre de paradídimo. A excepción de la parte más craneal, que es en el apéndice del epidídimo, los conductos mesonéfricos permanecen y dan paso a los principales conductos genitales. Por debajo de la entrada de los conductillos eferentes, los conductos mesonéfricos se alargan y se van plegando formando el epidídimo. Desde el final del epidídimo hasta la parte inicial de la vesícula seminal, los conductos mesonéfricos adoptan una gruesa cubierta muscular y forman el conducto deferente.
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