ENSAYO PRIMER PARCIAL: BLOQUE UNO Y DOS
Enviado por aritabella • 13 de Enero de 2016 • Ensayo • 1.882 Palabras (8 Páginas) • 321 Visitas
Universidad Autónoma de Sinaloa [pic 1][pic 2]
Facultad de medicina
Materia: Fisiología básica con laboratorio
Profesor: Dr. Josué Camberos Barraza
ENSAYO PRIMER PARCIAL: BLOQUE UNO Y DOS
Alumno: Barrón Castro Germán Antonio
Grupo 12
Lugar y fecha: Culiacán, Sinaloa. Miércoles, 16 de diciembre de 2015.
ÍNDICE
Introducción……………………………………………………………………………………2
Desarrollo…………………………………………………………………………………........3
Conclusión……………………………………………………………………………………...7
Bibliografía……………………………………………………………………………………..8
INTRODUCCIÓN
La fisiología nos ayuda a comprender los principios básicos del funcionamiento del cuerpo humano, así como la interacción de todos sus sistemas para funcionar como uno solo; manteniendo así, una constancia que es necesaria para la vida. Lo dicho anteriormente, es el fundamento principal de la fisiología y se le conoce por el nombre de “homeostasis”, de la cual se hablará más adelante.
Para poder explicar la funcionalidad de un sistema fisiológico, un órgano o de una simple función del cuerpo humano, es necesario comprender antes, cómo interactúa la unidad funcional más pequeña del cuerpo humano: la célula; siendo esto, el tema principal de los primero bloques del plan de estudios, los cuales, abarcaremos en este ensayo.
DESARROLLO
Como se mencionó en la introducción, la fisiología es la responsable del estudio de todos y cada uno de los mecanismos que, al trabajar en conjunto, logran mantener una constancia necesaria para la vida. Pero, ¡Cómo se logra esto? Pues como ya sabemos, el cuerpo humano está constituido en su mayor parte por agua; de la cual, dos terceras partes se encuentran dentro de la célula, y la restante se encuentra fuera de esta, y circulando por todo el cuerpo humano. La que se encuentra fuera de la célula es llamada “líquido extracelular” o “líquido intersticial”. En este líquido intersticial se encuentran inmersos todos los componentes y nutrientes que necesita el cuerpo, o mejor dicho la célula, para su funcionamiento; es por esto, que el líquido extracelular es el responsable de mantener la constancia del medio interno. Para lograr esta constancia, el cuerpo humano cuenta con diferentes mecanismos de regulación, los cuales se dividen en dos tipos: retroalimentación positiva y retroalimentación negativa; siendo el segundo el más utilizado por nuestro cuerpo. La retroalimentación negativa, reacciona ante un estímulo y activa diversos mecanismos para detener o frenar dicho estímulo. Al contrario, el positivo intensifica el estímulo, creando círculos viciosos que pueden ser incluso dañinos para el organismo.
Antes de comenzar a hablar a fondo de los diversos mecanismos homeostáticos con los que cuenta el organismo para preservar la vida, debemos explicar la parte más fundamental de éstos, la célula, y como esta se comunica con otras para trabajar en conjunto y lograr un solo objetivo.
La célula cuenta con una membrana para protegerse del exterior; esta membrana, está formada por una bicapa de fosfolípidos y por diversas proteínas. Estas proteínas de membrana ayudan a la célula a cumplir otra de sus funciones: “transporte”. A través de la membrana, puede comunicarse con otras células adyacentes o simplemente con el líquido intersticial, utilizando diversos mecanismos llamados “de transporte” para lograrlo. Estos mecanismos de transporte, también están divididos en dos grandes tipos: Transporte activo y Transporte pasivo.
La diferencia entre estos dos está en que el primero utiliza energía y va en contra del gradiente de concentración; y el segundo, por el contrario, no utiliza energía y va a favor del gradiente de concentración. Ir a favor del gradiente de concentración significa ir de donde hay más moléculas a donde hay menos, e ir en contra es de donde hay menos a donde hay más. A través de estos transportes la célula logra mantener una constancia en los compuestos y moléculas que se ven afectados por estos gradientes de concentración. A esta constancia se le dio el nombre de “osmolaridad”, y su valor normal es de 290 mOsm/l.
La célula, al formar parte de un sistema más grande y complejo, necesita estar en contacto y comunicación con otras, así como transmitirles información; para esto, es capaz de reconocer estímulos y mandar impulsos, los cuales se conocen como “potenciales de acción”.
Primeramente, para poder reconocer un estímulo la célula necesita estar un estado llamado “potencial de membrana en reposo”, en el cual la membrana se encuentra con un voltaje negativo de -90mV, después de recibir un estímulo se activa un canal dependiente de ligando en la membrana de la célula, y comienzan a fluir iones positivos hacia el interior; con lo cual, empieza a disminuir su negatividad. Si el estímulo es lo suficientemente fuerte, hará disminuir la negatividad de la membrana hasta algo llamado “umbral de acción”, el cual es -60 mV. Una vez alcanzado este valor, se activarán unos canales de sodio dependientes de voltaje, con lo cual aumentará muchísimo la permeabilidad de la membrana hacia el sodio y este entrará a la célula, disminuyendo todavía más su polaridad negativa; tornándolo incluso, positivo, llegando hasta 35 mV; y por último la célula regresará a sus valores normales a través de unos canales de potasio dependientes de voltaje.
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