El derecho a la vida

Desde los más remotos tiempos de la historia de la humanidad han existido diversos conflictos y/o enfrentamientos entre los seres humanos, los cuales se presentan casi como sucesos anclados a su naturaleza y por ende propios de la existencia, ya que surgen en cuanto éstos comienzan a relacionarse y a coincidir intencional o casualmente en sus intereses, provocando, ligado a dichos desavenimientos, un sin número de guerras y/o conflictos personalistas que han cobrado la vida de incontables seres humanos, los que también en los primeros milenios de su poblado en la tierra, admitieron como incuestionables y/o válidas dichas muertes ya sea como sanciones a sus actos, como parte de diversas culturas, como rituales religiosos o simplemente como una suerte de “ajuste de cuentas”.

Indudablemente es que con el transcurso de miles de años la gran mayoría de los grupos humanos que habitan el planeta han dejado atrás casi la totalidad de dichas prácticas y han perpetuado su orden social bajo un sin número de valores morales y normas de conducta que hoy resguardan la integridad y los derechos de las personas cualquiera sea su edad, sexo o condición, llegándose a penalizar con gran tenacidad el incurrimiento en la vulneración de los derechos naturales de los individuos. Sin embargo, y a pesar de que se haya establecido el precedente de la gravedad que implica, social y penalmente, los actos que atenten a los derechos propios de las personas, ha provocado gran conmoción en las últimas décadas como es que se han producidos macabros homicidios llamando principalmente la atención que gran número de estos hechos han tenido como característica, y para el asombro de la comunidad, el que se traten de víctima y victimario procedentes de la misma familia y específicamente entre padres e hijos, hijos y padres, o entre convivientes y/o marido y mujer. Dicho sea esto es que los homicidios ligados a los lazos humanos específicos ya mencionados han recibido un nombre particular ante la justicia el cual los determina como “Parricidio”.

El parricidio, dadas sus peculiares caraterízticas, resulta como uno de los blancos favoritos de investigación en cuanto a diversas materias, ya sean religiosas, sociológicas, jurídicas, etc. por lo que es a este tema al cual hemos avocado nuestro estudio, y el que está definido y sancionado según el artículo 390 del código penal chileno que señala; “ El que, conociendo las relaciones que los ligan, mate a su padre, madre o hijo, a cualquier otro de sus ascendientes o descendientes o a su cónyuge o conviviente, será castigado, como parricida, con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado”. Como ya mencionamos, este delito constituye en lo práctico, presuntamente, hechos que han ocurrido durante toda la estadía del ser humano en el planeta, y que sin embargo junto al desarrollo de las sociedad han ido siendo tajantemente prohibido, y por tanto quedando sancionados en casos de incurrir en ella, lo cual no solo nos remonta a la evolución en cuanto a materia penal sino, por sobre todo, nos traslada hacia los "derechos naturales" anteriores a cualquier sistema legislativo o normativo, y en específico que surge en relación a un derecho que ha quedado perpetuado inamoviblemente en casi la totalidad de la humanidad que es el Derecho a la vida.

El derecho a la vida es el que tiene cualquier persona por el simple hecho de existir, atreviendonos a decir que podría ser considerado como el mas importante y fundamental, el cual JAMAS permite poner fin a la vida de una persona cualquiera sea su condición social, conductual, sexual, etc.

Este derecho propiamente tal se encuentra resguardado según los "Derechos humanos", y específicamente mencionado en el artículo 3 el cual nos dice; "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.‘’

Pese a esto es que dicho derecho es violado sistemáticamente a cada minuto en alguna parte del mundo, ya sea en lugares donde la pena de muerte es aún admitida, en culturas subdesarrolladas donde según ritos, creencias o costumbres se permite el sacrificio de personas o también y ,mayoritariamente, como respuesta a conflictos o desacuerdos donde los contendores no son capaces de disernir alguna solución racional, cuando se acude al homicidio como "facilitante" en la concreción de algún delito de robo o asalto, o en último caso cuando se incurre en este delito por motivos aun mas cuestionables y/o inexplicables como lo serían aquellos homicidios en que sus autores declaran haber estado obligados o incitados a realizarlos por alguna "fuerza superior" o "Dioses".

Dentro de cualquiera de las ascepciones anteriormente mencionadas es que se encuentra siempre el Parricidio y por tanto se enfrenta tenazmente a este "Derecho a la vida" ya que, se opone abruptamente al precepto que persigue y protege dicho derecho, constando entre sus caracterízticas el quitarle la vida a alguno de sus ascendientes, decendientes o conviviente/esposo(a) lo que, sin importar cuales fuesen sus motivaciones, termina por quebrantar el derecho a la vida, el cual resguarda el derecho a mantener y conservar la vida de todos los otros hombres, es decir, un derecho inalienable,

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