El problema de las infecciones parasitarias

La parasitosis intestinal en el humano, es considerada un problema de salud pública a nivel mundial, sobre todo en zonas rurales y urbanas de los países en desarrollo donde un gran número de habitantes viven en hacinamiento, con graves problemas sanitarios y ausencia de hábitos higiénicos adecuados.1

Los parásitos intestinales ocupan un lugar de importancia sanitaria dentro de las enfermedades gastrointestinales de origen infeccioso que se produce en países de economías emergentes. Si bien, la mayoría de los parásitos pueden o no manifestar síntomas, los mismos deben ser valorados entre las causas que provocan diarrea2 causando aproximadamente el 10% de las diarreas, que en raras ocasiones causan la muerte, además pueden causar desnutrición.3

En este mismo orden de ideas se puede decir que la importancia epidemiológica de los parásitos intestinales es muy variada dependiendo del parásito, del área geográfica de distribución, del estado general del hospedador; es decir depende de múltiples factores.

De igual manera, las infecciones parasitarias son responsables de una mortalidad y morbilidad sustancial en todo el mundo, pues muchas de ellas se diseminan mediante la contaminación fecal de los alimentos o el agua. Son más frecuentes en zonas empobrecidas en donde las condiciones higiénico – sanitario son inadecuadas.4

En países de América Latina se han reportado infecciones por enteroparásitos en diferentes comunidades sobre todo en aquellas con deficiente saneamiento ambiental. Un estudio realizado en Perú reporto tanto en población rural como urbana altas prevalencia de parásitos intestinales, el 88,58% correspondió al grupo de la población rural y un 67,57% se mostró en la población urbana. Las especies mas prevalentes fueron: Ascaris lumbricoides, Entamoeba coli, Trichuris trichiura, Blastocystis hominis, Endolimax nana, Giardia lamblia. Este estudio concluye que las parasitósis son más frecuentes en las poblaciones rurales por factores asociados a la pobreza, escaso saneamiento ambiental y falta de servicios higiénicos. 5

La incidencia y la prevalencia de parasitosis intestinales se han tomado como indicadores del estado de salud de la población en distintos contextos. Tanto las tasas de infestación por parásitos intestinales como el espectro de especies predominantes varían considerablemente de una localidad a otra. En Argentina, estudios descriptivos han informado prevalencias de parasitosis por encima del 80 % en algunas localidades del norte y sur del país, mientras que en la zona central se registran porcentajes cercanos a 45 %6.

En Cuba se estima de 15%, con 9% de Giardiasis7. En Brasil en comunidades rurales y urbanas marginales reportan cifras hasta del 53,76% mostrando además presencia de Ancylostomo 17,54%, Trichuris trichiura 13.63%, áscaris lumbricoides 10.69%, Strongyloides stercoralis 6.03%, Enterobius vermiculares 3,69%, Hymenolepis nana 1.79%9. En las áreas marginales en México, la prevalencia es de 67%, de los cuales el 60% de los niños están multiparasitados, con 51,2%, de E.histólytica, G. lamblia 18.3% y 14,5% A. lumbricoides.8

Del mismo modo, en España la frecuencia disminuye considerablemente, sin embargo el índice global de parasitados ha sido del 27.12%encontrándose como las especies parásitas prevalentes los protozoos, G. Lamblia (5.05%) E.coli (2.45%), E. nana (1.61%) E. histolytica (0,31%), Entamoeba hartmanni (0,05%) y Iodamoeba butschli (0,05%).9

En Venezuela, las parasitosis intestinales continúan siendo un problema de salud pública, ya que no se logra identificar la verdadera población afectada por esta entidad, a causa de que la mayoría de los pacientes son asintomáticos, siendo estas más visibles cuando coexisten con etapas de mayor necesidad metabólica, de crecimiento agregándose a esto las condiciones del medio en que viven los niños, hábitos higiénicos inadecuados son factores, que favorecen la vía y desarrollo de la infestación parasitaria.10

Las condiciones de insalubridad, pobreza, la contaminación fecal de la tierra y el agua son frecuentes en regiones pobres donde no existe adecuada disposición de excretas y la defecación se hace a campo abierto, lo cual permite que los huevos y larvas de helmintos eliminados en las heces, se desarrollen y lleguen a ser infectantes. 11

Igualmente se puede decir que dentro de los factores predominantes en la alta prevalencia de las parasitosis intestinales en zonas rurales, son la ausencia de letrinas, así como también la mala higiene personal y la ausencia de conocimientos sobre transmisión y prevención de las enfermedades parasitarias. 11

A lo largo de la geografía nacional venezolana numerosos estudios han demostrado elevada prevalencia de infecciones parasitarias tanto de helmintos como por protozoarios.12

En el Estado Zulia estudios se han reportado numerosos casos de infecciones por enteroparásitos de diferentes comunidades en individuos de todos los grupos de edades.13

Las enfermedades parasitarias tienen características generales que les son comunes. Son motivadas por agentes de complejos ciclos evolutivos, ya sea en el ambiente, en hospedadores intermediarios y definitivos y una alta complejidad antigénica que motiva compleja patogenia.

Fundamentalmente su presencia y transmisión efectiva son consecuencia de un entorno biótico y abiótico que les resulta favorable, con especial interés en condiciones socio-económico-culturales capaces de dar distorsiones del macro y micro ambiente, necesarias para su existencia.

Estas enfermedades infecciosas se presentan en niveles de alta prevalencia e incidencia debido a fallas en los sistemas de promoción de la salud, condiciones sanitarias, nivel socioeconómicos y de educación, que en última instancia, causan mortalidad, morbilidad, discapacidad y vulnerabilidad en las sociedades humanas, donde su prevalencia para una región o sociedad puede tener implicaciones ambientales, socio-económicas y educacionales profundas, constituyéndose en un fenómeno de mayor o menor dispersión por los factores determinantes, antes mencionados.

Los agentes infecciosos que principalmente se destacan son los protozoarios, en las que se incluyen a los del Complejo Entamoeba histolytica, Giardia lamblia, Cryptosporidium parvum o helmintos Áscaris lumbricoides, Trichiura trichiura y Enterobius vermicularis. Estos parásitos constituyen un grupo de organismos de amplia distribución, encontrándose en agua, suelo y alimentos contaminados. Muestran adaptaciones bioquímicas, fisiológicas y nutricionales, así como formas de evadir la respuesta inmune del hombre, como huésped de los mismos, los cuales lo llega a parasitar por

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