Enfermeria
Enviado por analill • 20 de Mayo de 2012 • 2.076 Palabras (9 Páginas) • 460 Visitas
LAS COSAS PEQUEÑAS PUEDEN
SER MUY IMPORTANTES
En un suburbio de Detroit, dos muchachos que normalmente podrían estar golpeándose
con los puños en el patio están sentados frente a una mesa en el fondo de su aula poniéndose de
acuerdo para resolver sus problemas a través de la mediación de uno de sus pares, otro compañero
de clase. Los tres niños tienen siete años. En un hospital de Florida, una niña de diez años se ríe
histéricamente mientras espera su quimioterapia al haber sido sorprendida en medio de una batalla
de pistolas de agua entre su enfermera y un médico residente vestido como un extraño payaso. En
Los Ángeles, un padre juega a la mancha con sus tres hijos, un juego prescripto por su asesor
psicopedagógico. En las dos semanas que han estado jugando juntos, las reyertas familiares han
sido virtualmente eliminadas.
Estos niños se están beneficiando con lo que algunos ya denominan una revolución en la
psicología infantil: la formación de capacidades emocionales y sociales. Cientos de escuelas de
todo el país están utilizando la capacitación en la mediación de pares y la misma está reduciendo
considerablemente las llamadas a los padres, las expulsiones e incluso la violencia en las escuelas.
En los pabellones de los hospitales suelen verse con regularidad, payasos que blanden extraños
cojines y pollos de goma, porque sabemos que el humor no sólo ayuda a los niños a enfrentar mejor
el estrés que supone estar en el hospital, sino que puede realmente estimular su sistema
inmunológico y acelerar su recuperación. Se ha demostrado que los juegos cooperativos, donde
todos ganan o todos pierden, han logrado construir cierta cohesión familiar y disminuir
significativamente la ira y la agresión entre los niños.
Este libro aborda la forma de enseñarles a nuestros hijos actividades y juegos similares a
fin de mejorar sus capacidades emocionales y sociales, lo que los psicólogos llaman ahora
inteligencia emocional o CE. Aunque el término inteligencia emocional es relativamente nuevo,
otros terapeutas infantiles de todo el país y yo, hemos recomendado estas actividades para ayudar a
los niños a resolver sus problemas durante mas de veinte años. Ahora estamos comenzando a ver
que todos los niños pueden beneficiarse con el aprendizaje de las capacidades de la inteligencia
emocional, no sólo los niños derivados por mostrar problemas específicos.
Hemos llegado a la conclusión de que tener un CE elevado es por lo menos tan
importante como tener un CI elevado. Un estudio tras otro demuestra que los niños con
capacidades en el campo de la inteligencia emocional son más felices, mas confiados y tienen más
éxito en la escuela. Igualmente importante es el hecho de que estas capacidades se convierten en la
base para que nuestros hijos se vuelvan adultos responsables, atentos y productivos.
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POR QUÉ DEBEN ENSEÑARSE LAS CAPACIDADES EMOCIONALES
Los escépticos se preguntan por qué es necesario enseñar a los niños capacidades
relacionadas con las emociones. Preguntan: “¿Acaso las emociones no surgen en ellos de una
manera natural?” La respuesta es “no”, ya no.
Muchos científicos creen que nuestras emociones humanas han evolucionado
fundamentalmente como un mecanismo de supervivencia. El miedo nos ayuda a protegernos del
daño y nos indica que debemos evitar el peligro. La ira nos ayuda a superar barreras para obtener lo
que necesitamos. Encontramos alegría y felicidad en la compañía de otros. Al buscar el contacto
humano encontramos protección dentro de un grupo así como la oportunidad de encontrar una
pareja y asegurar la supervivencia de la especie. La tristeza respecto de la pérdida de una persona
importante envía señales para que dicha persona regrese, o una actitud de desamparo puede ayudar
a atraer una nueva persona que puede actuar como sustituto de la persona que se ha ido.
Pero mientras que para nuestros ancestros primitivos las emociones se adaptaban a las
circunstancias, la vida industrial moderna nos ha enfrentado a desafíos emocionales que la
naturaleza no ha anticipado. Por ejemplo, aunque la ira sigue desempeñando una función importante
en nuestra estructura emocional, la naturaleza no anticipó que podía ser tan fácilmente provocada en
medio de un embotellamiento de tránsito, mirando televisión, o jugando con videojuegos. Sin duda
nuestro desarrollo evolutivo no pudo tomar en cuenta la facilidad con la que un niño de diez años
podría encontrar un arma y dispararle a un compañero de clase frente a un insulto.
El psiquiatra Michael Norden, residente en Seattle, presenta una argumentación
vehemente para que reconozcamos de qué manera los tiempos modernos han perjudicado nuestras
emociones y en cierta medida han bloqueado su intento evolutivo. Escribe lo siguiente:
La mayoría de nosotros ya no vive en aldeas de unos pocos cientos de
habitantes o menos, tal como lo hacían los hombres de la Edad de Piedra, sino
más bien en ciudades atestadas que forman una aldea global de casi seis mil
millones de personas. Estas tensiones acumulativas de la vida moderna han
desatado una avalancha de depresión, angustia e insomnio. Otros problemas
resultan menos obvios, como por ejemplo el sobrepeso y el cáncer. La mayoría
(de nosotros) se automedica (para controlar nuestras emociones) usando
cualquier cosa entre la cafeína y la cocaína; prácticamente nadie permanece
ajeno a esta situación.
Las capacidades emocionales y sociales presentadas en este libro fueron concebidas para
ayudarlo a proseguir aquello que la naturaleza ha dejado de hacer con relación a la educación de los
niños para que sean más capaces de manejar el estrés emocional de los tiempos modernos. Si una
vida agitada y apresurada ha vuelto a sus niños propensos a la irritabilidad y la ira, usted puede
enseñarles a reconocer y controlar estos sentimientos. Si el temor al delito o a las mudanzas
frecuentes ha alejado a sus hijos de los beneficios de vivir en una comunidad abierta y cohesiva,
puede enseñarles las capacidades sociales para hacer y conservar amistades íntimas. Si su hijo se
siente perturbado por un divorcio o un nuevo matrimonio, angustiado cuando enfrenta nuevas
situaciones, o displicente respecto de sus tareas escolares, puede enseñarle capacidades específicas
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