Ensayo Maloclusión Clase II
Enviado por walterojeda • 6 de Agosto de 2018 • Ensayo • 2.472 Palabras (10 Páginas) • 528 Visitas
MALOCLUSIÓN CLASE II – ENSAYO
Walter A. Ojeda O.
Introducción
La maloclusión Clase II presenta los valores más altos de prevalencia en la población lationoamericana con 60% (1) comparada con la Clase I y Clase III donde en asiáticos la mayor prevalencia es la clases III esquelética y en Colombia de 3,6% (2) para esta maloclusión. Por lo tanto es de gran importancia conocer su etiología, para poder desarrollar un correcto plan de tratamiento individualizado por cada paciente. En la literatura y comercialmente encontramos diferentes aparatos enfocados en corregir las maloclusiones. Con referente a este ensayo nos centraremos en los relacionados con la Clase II, que a su vez si no son correctamente usados o si no se tiene claridad sobre sus efectos, podrían empeorar la condición del paciente o generarles un daño degenerativo periodontal y articular; por ello es importante el diagnostico lo cual para esto tenemos una serie de ayudas que no teniendo un correcto conocimiento así como hacer uso de una buena correlación cefalométrica podríamos caer en sesgos y errores de apreciación que nos acercaría al fracaso en el tratamiento ortodóntico.
El presente ensayo está encaminado a plantear de manera personal contraposiciones ante diferentes teorías o planteamientos que se exponen en la literatura con respecto a la maloclusión Clase II.
Edward H. Angle en 1899 dio una clasificación a las maloclusiones dentales, él estudió las relaciones mesiodistales de las piezas dentarias basándose en la posición de los primeros molares permanentes y describió las diferentes maloclusiones denominándolas clase I, II, III (3–5). En mi manera de ver es una forma práctica de clasificar las maloclusiones, pero es muy corta y poco descriptiva, no permitiendo dar un diagnostico concluyente de la maloclusión, son factores como el tamaño de los dientes, la ausencia o no de dientes, el overjet, el overbite, el tamaño de sus bases óseas; las que en conjunto podrían darnos una visión más global y precisa de la condición dental y oclusal del paciente, por ende solo tal clasificación dada por Angle es muy básica y poco descriptiva y contundente para con ello poder dar un diagnóstico definitivo y sí que menos poder plantear un tratamiento. Es por ello que lo expuesto por Proffit sobre el diagnostico de las maloclusiones para mí son mas importantes ponerlas en práctica a la hora de valorar un paciente.
Peck y colaboradores, identificaron algunas características anatómicas únicas de la clase II división 2 como la sobremordida profunda (6,7). En mi concepto si pueden estar más asociadas o estar en mayor porcentaje presente en las maloclusiones clase II división 2 pero no es único esta característica en tal maloclusión, debido a que es también encontrada en pacientes clase III o clase I ya que puede haber un patrón esquelético que genere una mordida profunda.
En los pacientes Clase II podemos encontrar tanto mordida abierta como mordida profunda a lo cual algunos autores o clínicos refieren evitar al máximo las extracciones (6), esto es muy debatible, ya que si es necesario por falta de espacio corregir el apiñamiento, la proinclinación, la curva de Spee, llega a ser necesario las exodoncias. Conociendo las mecánicas y ventajas que nos ofrece la aparatología ortodóntica, podemos anticiparnos a este efecto indeseado, manejando la dimensión vertical con extrusión estratégica de dientes, aplanando el plano oclusal; vale aclarar que esto para no todos los casos, porque si hay una mordida muy profunda 100%, overjet mas de 8mm, y una gran discrepancia anterior entre maxilar y mandíbula; en esta situación una ortodoncia de camuflaje entraría en duda, mientras un manejo orto-quirúrgico sería el ideal.
Durante la práctica y la atención ortodóntica, siempre se ha buscado complementar para el diagnóstico el uso de ayudas que nos puedan servir de apoyo para poder ver de manera más global la condición con la que nos llega a consulta un paciente. La cefalométria es usada en la práctica ortodóncica como medio de diagnóstico, de predicción, de evolución y resultado final del tratamiento, también se emplea para diferenciar los cambios efectuados como resultado del tratamiento a los provocados por el crecimiento (8). Lo que hace complejo para la interpretación de los resultados no es el trazo de la cefalométria o el determinar los puntos de referencia, si no la correlación entre las cefalométrias ya que para una puede darnos un paciente Clase I en otra un paciente Clase II, es por ello que no podemos casarnos con una sola, debemos aplicar por lo menos dos que a nuestro criterio sean las que mejor comprendemos y nos dan mejor resultado a la hora de diagnosticar un paciente.
Según Steiner el ángulo ANB estará aumentado en pacientes Clase II esquelética (9), y en la apreciación de Wits (Jacobson) donde se toma dos líneas perpendiculares desde punto A y punto B al Plano Oclusal (6) estará aumentada esta distancia mostrando una discrepancia entre los maxilares. Por ello no se puede tomar una sola y con ella determinar el diagnostico esquelético, por ende es bueno el uso de por lo menos dos o tres medidas que corrobore el resultado que nos haya dado en las otras medidas cefalométricas, y con ello determinar el diagnóstico. Pienso que un ANB se puede ver alterado según la posición de punto N o la inclinación de la Base Craneal Anterior o por un Plano Palatino rotado; lo que nos generaría proyecciones no acordes a lo real que trae el paciente. Pasa lo mismo con Wits, el cual puede verse alterado según la inclinación del Plano Oclusal o rotación del Plano Palatino o rotación mandibular.
Lo mismo es visto con el Eje facial (Ba-N) (Ptm-Gn) (6) de Ricketts, este puede verse afectado o alterado según posición de N, o un paciente con mentón prominente el punto Gn también puede estar proyectado y esto dar un ángulo no acorde al crecimiento real del paciente. Según Uribe y Nanda en un paciente Clase II división 2 podrá dar crecimiento horizontal o normodivergente, lo cual pienso que es válida tal afirmación, porque en estos pacientes su factor etiológico es más de carácter genético y no de hábitos como la succión digital, la cual favorecerá a generar patrones de crecimiento vertical.
Para el tratamiento de maloclusiones Clase II en la literatura se encuentra gran cantidad de alternativas que va desde ortopedia, ortodoncia y cirugía. Que tan efectivo o tan seguro son estos tratamientos; son pautas importantes para la selección del tratamiento más acorde al paciente. Bennett en su libro (10) menciona tres métodos principales para corregir las relaciones molares clase II y reducir el overjet, los cuales son: elásticos de clase II, aparatos de tracción extraoral, aparatos funcionales. El uso de elásticos es común en la práctica ortodóntica, los cuales pueden generar efectos beneficiosos para el tratamiento como efectos indeseables que puedan poner en riesgo los resultados y a futuro podrían generar daños que puedan ser irreversibles para el paciente; es por esto que se debe tener buen conocimiento y ser prudente en su uso. Elásticos clase II pueden generar vectores de fuerza tanto horizontales como verticales (11) generando efectos extrusivos a nivel de molares e incisivos superiores (12,13) lo cual podría generar alteraciones en el plano oclusal, rotación mandibular y daños en la articulación temporomandibular. La articulación temporomandibular puede verse afectada por los puntos de contacto prematuro que se podría generar con estas mecánicas y a su vez las fuerzas de empuje anterior de la mandíbula puede generar compresión en la zona condilar, alterando la posición del disco articular o daños degenerativos en este.
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