Historia y origen del cultivo de yuca (Manihot esculenta Crantz).

  UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO MONAGAS

ESCUELA DE INGENIERÍA AGRONÓMICA

MATURÍN – MONAGAS – VENEZUELA

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ESTABLECIMIENTO DE UNA COLECCIÓN IN VITRO DE YUCA (Manihot esculenta Crantz) EN LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE, NÚCLEO DE MONAGAS

Trabajo de grado presentado por:

REINA ALEJANDRA HERNÁNDEZ DÍAZ

Como requisito para obtener el título de:

INGENIERO AGRÓNOMO

MATURÍN, ABRIL DE 2010

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ESTABLECIMIENTO DE UNA COLECCIÓN IN VITRO DE YUCA (Manihot esculenta Crantz) EN LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE, NÚCLEO DE MONAGAS

REINA ALEJANDRA HERNÁNDEZ DÍAZ

Trabajo de grado presentado en la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad de Oriente, como requisito parcial para obtener el título de:

INGENIERO AGRÓNOMO

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Dra. María Claudia Sánchez Cuevas

(ASESOR)

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Prof. M.Sc. Hilmig Viloria                  Prof. M.Sc. Víctor Otahola

(JURADO)                                               (JURADO)

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Prof. M.Sc. José Laynez Garsaball

(JURADO SUPLENTE

INTRODUCCIÓN

La yuca, Manihot esculenta Crantz, cultivada centenares de años antes de la llegada de Colón a América,  ha sido la raíz que ha adquirido mayor importancia en los trópicos y ha recibido atención por agrónomos y fitomejoradores que la han convertido en una planta que puede producir altos rendimientos por hectárea, representa según muchos investigadores el alimento clave para acabar con el hambre  en el mundo, porque es muy rica en carbohidratos en forma de almidón (hasta 35 %) y 1,5 % de proteínas, además exige poco para su cultivo, ya que presenta gran tolerancia a condiciones ambientales extremadamente adversas. Se puede decir que se adapta con facilidad a ecosistemas diferentes, soporta fuertes sequías, es resistente a muchas plagas, requiere poca fertilización, plaguicidas y riego, además es de fácil almacenamiento bajo tierra. Es un alimento básico, comparable a los cereales, diferenciándose de estos últimos por su posibilidad de desarrollarse en suelos donde éstos no se producen. Debido a esto, la yuca es un producto prioritario de seguridad alimentaria mundial (Ceballos, 2006; MIPUNTO, 2008).

La yuca es elemental en la alimentación de más de 500 millones de personas. Las políticas de fomento agrícola a menudo la han descuidado a pesar de la importancia que tiene como cultivo alimenticio en muchos países en vías de desarrollo (Velásquez y Ortega, 2008). La FAO, en vista de esto, organizó un foro de expertos en la materia para preparar un plan de acción dirigido a ejecutar la Estrategia Mundial para el Desarrollo de la Yuca, con la finalidad de fomentar este importante cultivo (CONSUMER, 2003; FAO, 2000).

Los productores cultivan esta raíz con poca tecnología y para la próxima siembra toman de cualquier parte de la planta las estacas, por lo que la "semilla" comercial es un subproducto que no ha sido tratado para este fin, por ende, en general el material de propagación utilizado por los productores no siempre es el más idóneo (Mantilla, citado por Fuenmayor y otros, 2005).

En la planta de yuca se ha producido a través del tiempo una selección natural, formándose de esta manera una gran variedad de ecotipos y denominaciones que hace necesario la recolección o formación de colecciones de clones de yuca o Bancos de Germoplasma, y la necesidad de evaluarlos (Albarrán y otros, 2003).

La propagación vegetativa, a diferencia de la propagación sexual, asegura la conservación de las características varietales durante generaciones sucesivas, lo cual sirve para mantener las características de clones mejorados o élite. A pesar de esto, las tasas de multiplicación obtenidas por vía vegetativa son muy bajas, además, constituye un medio de transmisión  y diseminación de plagas y enfermedades, en especial de las que son causadas por organismos sistémicos. Entonces, las regulaciones cuarentenarias restringen el intercambio internacional de germoplasma  de yuca en forma vegetativa. Los virus son muy difíciles de erradicar mediante la aplicación de los métodos de propagación vegetativa conocidos, pueden presentarse en forma latente y gradualmente afectan aparte del crecimiento, la forma general de la planta y también su rendimiento (CIAT, 1982). Las colecciones de germoplasma son parte integral  de cualquier programa de mejoramiento pero su mantenimiento en el campo es costoso, además expone los materiales a los peligros de las plagas, enfermedades, cambios climáticos, etc. (CIAT, 1980b).

En Venezuela, el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), consciente de la importancia de colectar, conservar, caracterizar y evaluar el germoplasma de yuca, mantiene cuatro bancos para tal fin ubicados en diferentes estados del país (Aragua, Anzoátegui, Barinas y Zulia) en los que se encuentran 191 clones en campo y 34 clones in vitro (Fuenmayor y otros, 2005). La colección de yuca del INIA Monagas a raíz de un cambio gerencial, se perdió, y es necesario crear un nuevo banco de germoplasma, porque este es de vital importancia en la elaboración y ejecución de programas de fitomejoramiento (Inv. Editor Rivas, INIA – Monagas, 2008 *).

Aún los beneficios del cultivo de tejidos vegetales no han podido llegar masivamente a los agricultores, a pesar de que hace más de cinco décadas que éstas tecnologías fueron desarrolladas, especialmente en aquellos países más necesitados, donde la mayor parte de la población tiene déficit nutricional y requiere de la optimización de la producción agrícola para mejorar la alimentación y los ingresos del núcleo familiar. La complejidad que representan algunas de estas tecnologías y el costo de la implantación de las mismas son sus principales problemas, siendo así uno de los mayores retos de la biotecnología moderna, con el fin de que los beneficios lleguen a los productores (Romay y otros 2006).

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