Inmunologia frente a patogenos

LA INMUNIDAD FRENTE A PATÓGENOS

Como se sabe los microbios conviven con nosotros están en nuestra piel en nuestro interior en el aire que respiramos en el alimento que ingerimos. Sí, no tuviéramos un sistema inmunitario que nos protegiera viviríamos enfermos e incluso moriríamos a los pocos minutos de haber contraído una infección por esta razón nuestro sistema inmunitario está altamente capacitado para protegernos, para eliminar la infección cuando se ha producido o para prevenirla en el futuro.

A lo largo de la evolución nuestro sistema inmunitario ha ido adquiriendo y perfeccionando mecanismos de defensa contra estos patógenos. La acción integrada de la inmunidad innata y de la inmunidad adaptativa nos permite seguir viviendo en un ambiente poblado de agentes microbianos que son potencialmente patógenos, peor que solo en ocasiones particulares se van a desarrollar procesos infecciosos y esto se va a ser evidenciable desde el punto de vista clínico.

TIPOS DE DEFENSAS

Como se sabe, hay dos tipos de defensas dentro de las cuales se encuentran:

Las externas (1º Línea de defensa):

Las barreras físicas dentro de ellas se encuentran la piel y las mucosas. Tanto la piel como las mucosas representan la primera línea de defensa contra microorganismos comensales y patógenos. La integridad de estas barreras naturales impone un formidable impedimento de la penetración de los microorganismos. La continuidad de la piel representa una eficaz barrera frente a los agentes patógenos, ya que solo pueden penetrarla si hay una rotura o una herida. Por ejemplo, en los pacientes que sufren quemaduras importantes en la piel su supervivencia va a depender de la superficie corporal dañada, por eso en aquellos pacientes que tengan un grado de quemaduras mayor del 50%, las infecciones son las principales causas de muertes en este tipo de pacientes. Con esto se puede destacar la importancia de la piel como primera defensa.

Después se encuentran las mucosas, pero estas son más vulnerables al paso de agentes, esto se debe por dos razones: un lado la enorme superficie expuesta de las mucosas que es aproximadamente 200 veces mayor que la piel y segundo porque deben permitir el paso de diferentes sustancias ya sea nutrientes en el caso de la mucosa digestiva, o de gases en las mucosas respiratorias. Por eso, las mucosas a diferencia de la piel producen secreciones con una actividad microbiana, esta última seria la llamada barrera química, como por ejemplo tenemos la lisozima, que hidroliza los péptidoglicanos de la pared celular bacteriana para evitar la infección por parte de este tipo de bacterias, la lactoferrina que se une a hierro, privando a los microorganismos de este componente que es esencial para su desarrollo.

Y también se cuenta con una barrera microbiológica, que es la flora comensal y que cumple una función importante como barrera frente a agentes patógenos ya que la propia competencia entre los microbios comensales evita la proliferación de los microbios patógenos oportunistas. La flora en general, lo que hace es competir por los nutrientes con los microorganismos patógenos y de esta manera es que evitan el paso de los mismos a través de la mucosa.

También hay una segunda línea de defensa que son: las defensas internas.

La inmunidad innata que reconoce patrones moleculares, y dentro de ella actúan algunas moléculas como el complemento, algunas citocinas y los fagocitos dentro de los cuales se pueden nombrar a los neutrófilos, los macrófagos, otras células importantes dentro de la inmunidad innata son los linfocitos NK, que son citotóxicos naturales.

Y, por último, se encuentra la tercera línea de defensa en la que se puede hablar de la inmunidad adaptativa que es específica y en este caso ya reconoce antígenos. Dentro de las moléculas que participan en ella se pueden nombrar a los anticuerpos o algunas citocinas como lo interferones. Y dentro de las células que participan dentro de la inmunidad adaptativa se pueden mencionar a los linfocitos B y a los linfocitos T.

PATÓGENOS

Se vio como el sistema inmune se defiende frente a los agentes patógenos, en forma general.

Ahora se verá de forma más específica de cada patógeno y como el sistema inmune se activa y responde frente a los diferentes tipos de patógenos.

Los patógenos se clasifican biológicamente y por su tamaño en Helmintos y Protozoos que serían parásitos, bacterias, hongos y virus.

Otra clasificación desde el punto de vista inmunológico, en el cual se clasifica en extracelulares e intracelulares.

Dentro de los extracelulares tenemos: los helmintos, que son extracelulares obligados debido a su gran tamaño, y protozoos, bacterias y hongos. Los protozoos, más que nada porque dentro del ciclo de vida que tienen en algún momento se encuentran en forma extracelular.

E intracelular se encuentran también protozoos, bacterias, hongos y virus, que estos últimos son intracelulares obligados.

INMUNIDAD FRENTE A VIRUS

Las infecciones causadas por virus tienen un gran impacto en la salud humana, las infecciones virales respiratorias y las gatrointestinales virales se encuentran entre las enfermedades infecciosas de mayor incidencia. Se estima que el 90% de la población mundial sufre al menos 1 infección respiratoria de origen viral al año.

Cuando se produce una infección viral, el sistema inmunitario del hospedador pone en juego diversos mecanismos que van a ser capaces de eliminar a este virus.

Los virus a su vez, utilizan diferentes estrategias para evadir nuestras respuestas inmunes, para replicarse y finalmente transmitirse a otro individuo.

Los virus varían en tamaño, morfología, composición química y estrategias de replicación, pero tienen ciertas características fundamentales compartidas por todos los virus, dentro de las cuales se pueden mencionar las estructuras de los virus. La estructura de los virus está compuesta por un genoma formado por ADN o ARN o ambos, tienen una cubierta proteica denominada cápside, y en algunos casos una envoltura lipídica. Los virus carecen de una maquinaria biosintética propia, por lo tanto, son parásitos intracelulares obligados, que utilizan la maquinaria biosintética de las células que infectan para poder replicarse, por lo que carecen de patrones moleculares característicos y esto hace que sea difícil que sean vistos por el sistema inmunitario innato. Son capaces de unirse a la célula huésped utilizando receptores específicos para penetrar y liberar sus ácidos nucleicos.

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