La ciencia y el cuerpo de conocimientos
Enviado por dansaicam • 16 de Octubre de 2013 • Ensayo • 1.325 Palabras (6 Páginas) • 614 Visitas
La ciencia, además de un conjunto de conocimientos, es una forma de conocer y entender el mundo físico y a los seres vivos que en él se encuentran (nos encontramos). Es una forma de aprehender la realidad que cuestiona de forma permanente lo que ya sabemos o creemos saber. De hecho, el científico está siempre dispuesto, -ha de estarlo, al menos-, a contrastar los descubrimientos anteriores y la validez de los esquemas, los programas, las hipótesis y las teorías elaboradas con anterioridad.
Desde ese punto de vista, la ciencia es una disciplina humilde. En contra de lo que muchos piensan, no pretende alcanzar el conocimiento perfecto, probado; en ciencia no es posible la verificación definitiva, aboluta. En ese sentido, tiene un alcance limitado. Sin embargo, es en esa limitación, en esa humildad, donde radica su grandeza. Porque esa limitación es lo que permite que la adquisición de conocimientos progrese de forma ininterrumpida.
En la ciencia la duda es esencial. Los científicos no tenemos certezas absolutas; no podemos asegurar nada con total seguridad. Hemos de estar siempre dispuestos a revisar lo que sabemos o creemos saber, y a revisar también lo que hagan otros. Ahora bien, esa misma duda, ese escepticismo, nos acompaña cada vez que alguien propone que algo que creíamos saber era incorrecto y ha de ser sustituido por un conocimiento nuevo. Para aceptar la novedad es preciso aportar pruebas y cuanto más se distancia una nueva propuesta de los saberes que se consideraban establecidos, más sólidas han de ser las pruebas que se aporten para sustituirlos.
La ciencia es optimista. Los científicos pensamos que la realidad física que nos rodea es comprensible, que mediante la utilización de observaciones, mediciones, comprobaciones, haciendo uso del razonamiento inductivo, y también, por qué no, de la deducción, podemos saber cada vez más, comprender cada vez mejor la realidad.
Contraste de ideas, humildad, escepticismo, optimismo. ¿Les resultan familiares esos atributos? Son los atributos de las sociedades abiertas, de esas en las que hoy no somos capaces de saber qué ocurrirá mañana; en las que somos libres, todo lo libres, al menos, que se puede ser allí donde tenemos que convivir de forma armónica con otras personas; sociedades en las que somos ciudadanos, no súbditos, y menos aún siervos o esclavos. Por eso, ciencia y libertad son nociones que van de la mano; son compañeras, quizás son, incluso, cada una condición de la otra.
Hay quien sostiene que no es para tanto, que la ciencia también se ha abierto paso en sociedades totalitarias. En la Unión Soviética o la Alemania nazi, por ejemplo, se produjeron importantes avances científicos. Pero, ¿es eso cierto? O, mejor dicho, ¿hasta dónde es eso cierto?
Es verdad que en la Unión Soviética se produjeron avances científicos, y también en la Alemania del Tercer Reich. Pero si bien es cierto que se produjeron avances, algunos muy importantes, también lo es que no se desarrollaron o que se desarrollaron de forma incorrecta importantes campos del saber. Las teorías raciales del Tercer Reich eran erróneas, pero se pusieron en práctica y se investigó sobre hipótesis que derivaban de esas teorías porque se desarrollaron bajo las premisas de unas ideas preconcebidas, de base ideológica y ajenas al método científico. Y lo mismo podemos decir del lamarquismo de Troffim Lysenko. Lustros de dificultades y retraso agrícola en la Unión Soviética tuvieron su origen en la imposición sobre la comunidad científica de ideas preconcebidas acerca de la maleabilidad de la naturaleza.
Acotando el periodo de una forma quizás excesivamente precisa, puede decirse que la ciencia, tal y como la entendemos hoy, se constituyó como rama del saber entre 1543, año en que se publicó el libro de Mikolaj Kopernik (1473-1543) sobre el Sistema Solar (“De revolutionibus orbium coelestium”) y el de Andries van Wesel (1514-1564) sobre anatomía humana (“De humani corporis fabrica”), y 1687, año en que aparecieron los “Principia Matematica” de Isaac Newton (1642-1727). En esa época vivieron astrónomos y naturalistas
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