La tragedia de los comunes.

La tragedia de los comunes 

Los problemas de la población no tienen solución técnica requiere                                       de la extensión fundamental de la moral (Hardin, 1968)

El artículo escrito por Garrett Hardin (1968) trata básicamente sobre el problema de sobrepoblación mundial y la falta de conciencia que la gente tiene para usar los recursos que son limitados.

El artículo se basa en un ejemplo hipotético; que trata sobre el uso de un pastizal para uso común de muchos vaqueros, quienes utilizan el campo para que sus vacas se alimenten del pasto que hay en dicho terreno. Todos disfrutan de la pradera de pasto pero ésta no tiene dueño, por lo que ningún vaquero se verá estimulada a cuidarlo, evitar que se estropee o  controlar el uso que se hace del pastizal.

Los ganaderos actuarán guiados por la racionalidad humana, lo que las llevará a intentar maximizar su propio beneficio, es decir aumentar el número de animales para obtener más ingresos sin pensar en el sobre-pastoreo o cuidado del pastizal, las ventajas de hacerlo son claras en un principio, por lo tanto, cada pastor decidirá ir añadiendo cada vez más animales a su rebaño, y de la misma forma actuará el resto de vaqueros, llegándose así a la inevitable tragedia; el suelo se hace infértil y todas las vacas se mueren, entonces los ganaderos pierden todo lo que habían construido.

Este mismo problema es aplicable a la sobreexplotación que sufren hábitats tan diversos como la selva tropical, muchos bosques, pastizales, aguas de acuíferos y ríos así como recursos marinos o la atmósfera que en la actualidad no están sometidos a un régimen de propiedad privada, de forma que cualquier persona o empresa podrá acceder a ellos intentando obtener el máximo rendimiento sin preocuparse por su preservación.

Además del crecimiento constante de la población humana también es un problema, hoy en día hay alrededor de 7 500 millones de personas habitando la tierra y si la tasa de crecimiento sigue igual a la actual, para el año 2 050 la población habrá crecido a 10 000 millones de personas aproximadamente. Si a esto le sumamos el decremento constate de los recursos naturales como el stock pesquero, las selvas, bosques, ríos, lagos, entre otros, estaremos cerca de llegar a una catástrofe natural irreversible.  

Hoy en día se busca tratar estos problemas con soluciones tecnológicas, es decir, sin un control en el crecimiento de la población o un uso racional de los recursos naturales, simplemente se busca inventar tecnologías o recursos prácticamente inagotables para el uso de una población mundial extremadamente densa.

Pero hay otro problema que enfrenta la sociedad y es la moralidad. Es decir, la sociedad está carente de normas éticas adaptadas a las situaciones actuales: las normas válidas en un pasado no tienen por qué tener la misma validez en el presente pues han cambiado muchas cosas a lo largo de la historia, por ejemplo la densidad poblacional; en el pasado los hombres podían cazar todo lo que quisieran porque su número era mucho menor al actual. Hoy en día es impensable continuar con el mismo ritmo de capturas pues iríamos acabando con todas las especies una tras otra. Las mismas normas que regían a una sociedad antigua y simple no pueden aplicarse a un mundo tan complejo y cambiante como el actual. Por lo tanto, una posible solución va más allá de inventar una simple tecnología o implementar una determinada ley, si el problema es la moralidad, la solución es cambiar nuestra manera de pensar.

El párrafo anterior me hace reflexionar sobre algunos acontecimientos que sucede en la vida cotidiana, por ejemplo, el 32.5 % de la población humana presenta problemas de obesidad (Forbes, 2016) y ellos invierten dinero y tiempo en productos “milagrosos” (tecnologías según Hardin) para tratar de adelgazar, cuando la manera más eficaz de adelgazar es cuidar nuestra alimentación y hacer ejercicio, es decir, hay que cambiar nuestros hábitos (nuestra manera de pensar según Hardin).

Otro ejemplo pero esta vez relacionado con los problemas de los recursos marinos sería la implementación de áreas marinas protegidas, pese a las buenas intenciones de las personas que participan para implementar estas estrategias de protección y restauración no siempre resultan tan eficientes como se cree, ya que no se erradica el problema de raíz, por ejemplo; los arrecifes coralinos de Cancún están bajo una constante presión debido al turismo, aunque sea un área marina protegida los hoteleros siguen buscando la mejor vista al mar y los prestadores de servicios siguen llevando grandes cantidades de turistas a los arrecifes, actividades que siguen empeorando la condición de los arrecifes coralinos.

...