Lactancia Materna
lamajeloro23 de Enero de 2014
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La lactancia materna es la alimentación con la leche de la madre. Se trata de un alimento único que transmite las defensas de la madre al hijo mientras fortalece el vínculo materno-filial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida es imprescindible para el adecuado desarrollo del niño. Una vez superada dicha etapa, la lactancia materna debe mantenerse, junto a la introducción de alimentación complementaria en forma progresiva.
La OMS agrega que la lactancia materna debería mantenerse, al menos, durante los dos primeros años de vida. Incluso, si la madre y el niño lo deciden, podría continuarse sin límite de tiempo. Se han registrado casos donde la lactancia materna se mantuvo hasta los nueve años de edad.
Diversos estudios han demostrado, a partir del año, que la leche materna se vuelve más rica en grasas y otros nutrientes, lo que permite complementar la dieta cada vez más diversificada de los niños a partir de dicha edad.
El SIDA, el herpes simple en el pezón y la galactosemia en el bebé son alguno de los pocos motivos existentes por los cuales los médicos recomiendan suspender la lactancia materna, que incluso es compatible con numerosos medicamentos e intervenciones.
Por otra parte, la lactancia materna puede continuarse aún durante un nuevo embarazo, sin que exista ningún riesgo para el feto. Si la madre lo desea, puede amamantar a sus dos hijos de edades diferentes de forma simultánea. Esta situación es conocida como lactancia en tándem.
Ventajas para el niño
La leche de la madre es el alimento más adecuado y natural para el bebé durante los primeros meses de vida ya que le proporciona los nutrientes que necesita para su adecuado crecimiento y desarrollo, al tiempo que se adapta perfectamente a su función digestiva.
La leche materna se adapta en cada momento a las necesidades del bebé y por eso es diferente según el momento, cambiando en la misma mujer a lo largo de los meses de lactancia. Es importante saber que el calostro (leche de los 6 primeros días) es diferente de la leche madura, segregada a partir de los quince días. contiene gran cantidad de proteínas y vitaminas, además de muchas más imnunoglobulinas "defensas" que protegen al recién nacido frente a muchas infecciones. aunque inicialmente se segrega en poco volumen, es suficiente para alimentar al recién nacido. la composición de la leche también varía a lo largo de la misma tetada, al principio contiene más proteínas y agua y al final las grasas.
Una de las propiedades más importantes de la leche materna es la de proteger al bebé frente a las infecciones como diarrea, infecciones respiratorias (catarros, bronquiolitis, bronquitis, neumonía), otitis, etc., ya que durante el primer año de vida sus defensas no están completamente desarrolladas. Del mismo modo, los problemas de tipo inmunológico (alergias, asma, leucemia, diabetes, enfermedades crónicas intestinales) son menos frecuentes o retrasan su aparición en los niños que reciben lactancia natural.
La leche materna que toma el bebé está siempre preparada y a temperatura adecuada, presentando en todo momento perfectas condiciones higiénicas.
El amamantamiento desarrolla un estrecho vínculo afectivo entre la madre y su hijo, proporcionándole al bebé consuelo, cariño, compañía y seguridad, y ayudando a la madre en su desarrollo personal.
Ventajas para la madre
La lactancia materna favorece la recuperación de la mujer tras el parto al hacer que el útero se contraiga más rápidamente y la pérdida de sangre tras el parto (loquios) acabe antes.
También se ha visto que la lacatancia es un factor que puede proteger a la madre frente al cáncer de mama.
Amamantar hace que la madre pierda calorías y consiga su peso anterior más rápidamente.
La lactancia materna proporciona a la madre placer físico y emocional.
Ventajas para la familia
La lactancia natural supone un considerable ahorro económico en el presupuesto familiar, no sólo derivado del precio que no habrá de pagar por la leche artificial, sino del menor consumo en consultas médicas y adquisición de medicamentos que se ha demostrado en los bebés alimentados con la leche de sus madres. El ahorro también se debe al nulo gasto en tetinas, biberones, esterilizadores, entre otros utensilios necesarios para la lactancia artificial.
Ventajas para la sociedad
Disminye la morbimortalidad infantil, el número de hospitalizaciones y ausentismo laboral materno por enfermedades del niño.
http://www.alu.ua.es/f/ftn/#Ventajas%20para%20la%20sociedad
Independientemente de que usted sea una madre primeriza o experimentada, la lactancia materna suele plantear bastantes dudas. He aquí las respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes que las madres -tanto novatas como veteranas- pueden formularse.
¿Con qué frecuencia debo amamantar al bebé?
Durante el primer mes, su recién nacido debería alimentarse entre ocho y 12 veces al día. Si tiene la sensación de estar amamantando a su bebé con más frecuencia que otras madres de bebés de la misma edad que han optado por la lactancia artificial, es posible que así sea. ¿Por qué? Porque la leche materna se digiere con más facilidad que las leches infantiles, lo que significa que avanza más rápidamente por el sistema digestivo y, consecuentemente, el bebé tarda menos en tener hambre.
Además, el hecho de amamantar al bebé frecuentemente favorece la producción de leche durante las primeras semanas. Cuando tienen uno o dos meses de vida, la mayoría de bebés hacen entre siete y nueve tomas diarias.
Hasta que su producción de leche se regularice, debería amamantar a su bebé “a demanda” (cuando el pequeño tenga hambre), probablemente cada hora y media a tres horas. Conforme los recién nacidos van creciendo, necesitan mamar menos frecuentemente y es posible que desarrollen una pauta de lactancia más predecible. Algunos maman cada hora y media, mientras que otros pueden aguantar dos o tres horas entre tomas consecutivas. Los recién nacidos no deben pasar más de unas cuatro horas sin alimentarse, incluso por la noche.
¿Los intervalos entre tomas se cuentan desde el momento en que el bebé empieza a mamar o desde el momento en que termina?
Los intervalos entre tomas consecutivas se cuentan desde el momento en que el bebé empieza a mamar -no cuando termina- hasta el inicio de la próxima toma. En otras palabras, cuando el pediatra le pregunte con qué frecuencia amamanta a su bebé, puede responderle "cada dos horas" si la primera toma de la mañana es a las 6, la siguiente a las 8 y así sucesivamente.
Esto significa que, sobre todo al principio, es probable que tenga la sensación de estar amamantando al bebé durante las 24 horas del día, lo que es completamente normal. De todos modos, no tardarán en establecer un horario de lactancia más regular y predecible.
¿Cómo puedo saber cuándo tiene hambre el bebé?
Se suele recomendar amamantar al bebé siempre que parezca tener hambre. Pero, contrariamente a lo que pueden creer algunas madres primerizas, el llanto es una señal tardía de hambre. Debe tratar de amamantar a su bebé antes de que esté tan hambriento que se sienta molesto, se altere y resulte difícil tranquilizarlo.
De todos modos, también es importante tener en cuenta que cada vez que llora un bebé no tiene que ser necesariamente porque tiene hambre. A veces los bebés necesitan que los abracen o que les cambien los pañales. También pueden llorar por un exceso de estimulación, por aburrimiento o porque tienen frío o calor.
Una forma de saber si el bebé está llorando porque tiene hambre o por algún otro motivo es comprobar la hora. Si el bebé empieza a llorar solo una hora después de haber mamado bien, probablemente estará molesto por alguna otra razón. Las señales de que un bebé tiene hambre incluyen:
• mover la cabeza de un lado al otro
• abrir la boca
• sacar la lengua
• llevarse las manos y los puños a la boca
• fruncir los labios como si fuera a succionar
• restregar la boca contra los pechos de su madre
• mostrar el reflejo de búsqueda del pecho (girar la boca hacia algo que le está acariciando o tocando la mejilla)
Esté pendiente de las señales que indican que el bebé está lleno (succiones lentas, pérdida del interés por el pecho; apartarse del pecho o del biberón) y dé por finalizada la toma en cuanto aparezcan.
¿Cuánto tiempo duran las sesiones de amamantamiento?
Eso dependerá del bebé, de usted y de muchos otros factores, como:
• si ya le ha subido la leche y su producción de leche está completamente regularizada
• si su reflejo de eyección es o no inmediato (es decir, si la leche le baja inmediatamente cuando empieza a amamantar al bebé o tarda unos minutos en hacerlo)
• si el flujo de la leche es lento o rápido
• si se está colocando correctamente el bebé en el pecho
• si su bebé “va al grano” o remolonea un poco antes de ponerse “manos a la obra”
• si su bebé está adormilado o se distrae con facilidad (lo que les suele ocurrir sobre todo a los bebés de más edad)
La duración de las tomas también depende
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