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MEDIDAS Y LEYES DE PREVENCION DE LA VIOLENCIA.


Enviado por   •  13 de Octubre de 2013  •  Tesis  •  1.669 Palabras (7 Páginas)  •  674 Visitas

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INTRODUCCIÓN.

La violencia familiar es un fenómeno grave y complejo que está presente en todas las sociedades, sin depender de su desarrollo ni de su cultura. Podemos considerarla como la manifestación violenta más extendida en el mundo y la que presenta más variedad de consecuencias que siempre son muy difíciles de abordar. La violencia contra las mujeres, junto con la de los niños/as y personas grandes, son las formas de violencia más frecuentes en nuestro planeta, en este trabajo veremos las medidas y leyes para prevenir la violencia y así saber qué hacer en caso de que ocurra, también estarán algunas recomendaciones para reducir al mínimo las repercusiones de la violencia sobre los individuos y las familias.

DESARROLLO DEL TEMA.

MEDIDAS Y LEYES DE PREVENCION DE LA VIOLENCIA.

La violencia es un problema polifacético, para el que no existe una solución sencilla o única; antes bien, como pone de manifiesto el modelo ecológico empleado en el informe, es necesario actuar simultáneamente en varios niveles y en múltiples sectores de la sociedad para prevenirla. Por ejemplo:

Hacer frente a los factores de riesgo individuales y adoptar medidas encaminadas a fomentar actitudes y comportamientos saludables en los niños y los jóvenes durante su desarrollo y a modificar actitudes y comportamientos en los individuos que ya se han vuelto violentos o corren riesgo de atentar contra sí mismos.

Influir en las relaciones personales más cercanas y trabajar para crear entornos familiares saludables, así como brindar ayuda profesional y apoyo a las familias disfuncionales.

Vigilar los lugares públicos, como las escuelas, los lugares de trabajo y los barrios y tomar medidas destinadas a hacer frente a los problemas que pueden conducir a la violencia, así como a concienciar a la población sobre la violencia, fomentar las actuaciones comunitarias y asegurar la asistencia y el apoyo a las víctimas.

Hacer frente a las desigualdades entre los sexos y a las actitudes y prácticas culturales adversas.

Prestar atención a los factores culturales, sociales y económicos más generales que contribuyen a la violencia y tomar medidas para modificarlos, como las orientadas a reducir las diferencias entre ricos y pobres y garantizar un acceso igualitario a los bienes, los servicios y las oportunidades.

MEDIDAS RECOMENDADAS.

La naturaleza polifacética de la violencia exige el compromiso de los gobiernos y las partes interesadas a todos los niveles de la toma de decisiones: local, nacional e internacional. Las recomendaciones siguientes reflejan esta necesidad de estrategias multisectoriales y de colaboración.

Recomendación 1

Crear, aplicar y supervisar un plan nacional de acción para prevenir la violencia

Los planes nacionales de prevención de la violencia deberían basarse en un consenso desarrollado por un amplio abanico de agentes gubernamentales y no gubernamentales. Tendrían que incluir, además, un calendario y un mecanismo de evaluación y permitir la colaboración entre sectores que podrían contribuir a prevenir la violencia, como el jurídico-penal, el educativo, el laboral, el sanitario y el de bienestar social.

Recomendación 2

Aumentar la capacidad de recolectar datos sobre la violencia

Es importante disponer de datos fidedignos sobre la violencia, no sólo para fijar prioridades o poder utilizarlos como orientación a la hora de elaborar y supervisar programas, sino también para sensibilizar a la población. Sin información, poca presión puede ejercerse para que las personas reconozcan el problema o reaccionen ante él. Además de asegurar que la información se recabe a todos los niveles, es igualmente importante adoptar normas aceptadas internacionalmente para la recolección de datos que favorezcan la comparación de éstos entre las diversas naciones y culturas.

Recomendación 3

Reforzar las respuestas a las víctimas de la violencia

Los sistemas nacionales de salud, en su conjunto, deberían aspirar a dispensar una asistencia de alta calidad a las víctimas de todos los tipos de violencia y a asegurar los servicios de rehabilitación y apoyo necesarios para prevenir ulteriores complicaciones. Las prioridades son, entre otras:

mejorar los sistemas de respuesta urgente y la capacidad del sector sanitario para tratar y rehabilitar a las víctimas;

reconocer los signos de incidentes violentos o de situaciones de violencia continua y enviar a las víctimas a los organismos adecuados para ofrecerles seguimiento y apoyo;

garantizar que los servicios de salud, judiciales, policiales y sociales eviten la "re victimización" de las víctimas y disuadan eficazmente a los autores de actos violentos de reincidir;

ofrecer apoyo social, programas de prevención y otros servicios para proteger a las familias en riesgo de violencia y reducir el estrés de los cuidadores;

Incorporar al plan de estudios de los estudiantes de medicina y enfermería módulos sobre prevención de la violencia.

Todas estas respuestas pueden contribuir a reducir al mínimo las repercusiones de la violencia sobre los individuos y las familias y su costo para los sistemas sanitarios y sociales.

Recomendación 4

Integrar la prevención de la violencia en las políticas sociales y educativas y promover así la igualdad social y entre los sexos

Gran parte de la violencia guarda relación con las desigualdades sociales y entre los sexos que elevan el riesgo para grandes sectores de la población. En muchos lugares del mundo, las políticas y los programas de protección social se encuentran sometidos a considerables tensiones. Numerosos países han sufrido la caída de los salarios reales, el deterioro de la infraestructura

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