PARTO HUMANIZADO SOCIEDAD, ESTADO Y SALUD
mariselacbTrabajo25 de Septiembre de 2018
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Universidad Nacional de Rosario FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS ESCUELA DE GRADUADOS MAESTRIA EN ADMINISTRACION DE LOS SERVICIOS DE ENFERMERIA SOCIEDAD, ESTADO Y SALUD DOCENTE: LEVIN, SILVIA ALUMNAS ROSARIO, JUEVES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018 |
INDICE[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4]
Introducción 3
Objetivos 5
Objetivo general. 5
Objetivos específicos 5
Desarrollo 6
Parto Humanizado: Hospital Reconquista vs. Hospital Iturraspe. 9
Recomendaciones de la OMS 12
Rol de enfermería 14
Políticas sociales 15
Conclusión. 17
ANEXO I 19
Bibliografia 24
INTRODUCCIÓN
El inglés Thomas H. Marshall, considera que la ciudadanía moderna supone un status social que atribuye derechos y deberes. La ciudadanía garantiza que cada individuo sea tratado como miembro pleno en una sociedad de iguales.
El concepto de "ciudadanía" ha estado sujeto a discusiones, a imposiciones negativas, de modo que su recorrido histórico, además de irregular, ha sido muy desigual en culturas distintas. Por otra parte, los factores que han influido en su evolución han sido muy variados, citados entre lo económico, religioso y social.
El concepto de ciudadanía, y consiguientemente la existencia real de ciudadanos, ha ido cambiando a lo largo de la historia. La evolución del concepto de ciudadanía está estrechamente unida a las ideas de igualdad y de libertad individual. En general, la historia de la ciudadanía es la historia del avance de esas dos ideas: el reconocimiento sucesivo de un mayor número de libertades individuales para un mayor número de individuos considerados como iguales.
La ciudadanía y democracia están necesariamente vinculadas. No hay ciudadanos sin instituciones democráticas ni hay democracia sin la existencia de ciudadanos.
La historia de la ciudadanía no es lineal; se ha producido de forma irregular, a saltos, con avances y retrocesos en distintos momentos históricos. Ha seguido ritmos diferentes en las distintas culturas, incluso en las distintas naciones pertenecientes a una misma cultura.
A pesar de las diferencias y cambios históricos podemos establecer que, en general, un ciudadano es un miembro de una sociedad que posee, en condiciones de igualdad con el resto de ciudadanos, una serie de derechos y deberes. Entre los derechos se debe contemplar alguna forma de participación política y entre los deberes prevalece el de respetar los derechos de los demás.
Las nuevas demandas sociales vinculadas al reconocimiento de identidad, religión, sexo, roles, etnias se constituyen en nuevos derechos que a medida que se van institucionalizando definen un nuevo perfil de ciudadanía.
En la lucha por la igualdad dentro de una sociedad, las mujeres se reconocen como sujetos de derechos autónomos y luchan por esta reivindicación, mientras que en muchos casos la mujer actúa como intermediario entre el Estado y la familia, utilizando sus roles domésticos para garantizar la satisfacción de necesidades básicas.
Como mujeres hemos luchado por nuestro lugar en una sociedad que durante milenios nos quitó todo poder de decisión. Estamos en un momento clave de nuestra historia en el que tomamos en cuenta nuestros deseos y necesidades, por eso, vemos que el parto necesita humanizarse.
El Parto Humanizado, es un método completo que abarca todo lo que se debe saber, desde técnicas corporales y la preparación mental y emocional, hasta información que enriquecerá la experiencia de la mujer y empoderará la nueva fase de maternidad que comienza.
La manera en la que un bebé llega al mundo influye positivamente sus relaciones futuras con el entorno. Por eso es tan importante que tanto mamás como papás se preparen para recibir a sus hijos de forma segura, amorosa y tranquila, con todo el respeto y cuidado que necesitan en el momento de mayor vulnerabilidad de toda su vida.
Hoy sabemos que el nacimiento es un momento preciado y que el bebé merece sentirse protegido, en confianza y seguridad.
De esta manera, la mujer podrá crear la mejor experiencia de parto para ella y para su bebé.
OBJETIVOS
Objetivo general
Reducir el número de cesáreas, promoviendo la atención del parto humanizado, que dé a la mujer autonomía en la toma de decisiones, garantizando la seguridad materno-fetal.
Objetivos específicos
- Diseñar un protocolo de actuación, a partir de la evidencia científica disponible, e implantarlo a través de los efectores de salud tanto públicos como privados.
- Impartir cursos de formación para los profesionales obstétricos y todo aquel personal de salud que participe activamente en el ámbito de la humanización del parto.
- Reducir las complicaciones derivadas del nacimiento por cesárea.
- Aumentar la satisfacción materna relacionada con el proceso de parto.
DESARROLLO
La pertenencia a una comunidad queda asegurada a partir del otorgamiento creciente de los derechos de ciudadanía a los individuos. Es justamente el reconocimiento de los derechos lo que afianza la relación entre individuos y Estado. De allí la preocupación de identificar los distintos tipos de derechos que integran la ciudadanía y que reconocen momentos históricos (LEVIN, 2004)[1].
El presente trabajo, intentara relacionar tres temas desarrollados en la catedra Sociedad, Estado y Salud: Derechos, Políticas y Ciudadanía, en relación a la Ley 25929: Ley de Parto Humanizado, sancionada en Agosto del 2004 (Anexo I).
Las mujeres han experimentado durante el parto institucional maltratos, abuso sexual, tratos discriminatorios, tratamientos no consentidos, violación de la confidencialidad, condiciones de infraestructura inviables; y así podemos seguir nombrando infinidad de situaciones visibilizadas e identificadas como violaciones a los derechos.
Por generaciones, y basado en la figura del patriarcado, se ha considerado a la mujer como un objeto sumiso, cauteloso sobre su cuerpo, con una autoimagen corporal limitada y sentimientos de incapacidad e inferioridad.
Sin lugar a dudas, esto se reproduce dentro de la sala de preparto y parto. Se obliga a la mujer a parir según reglas y prácticas del profesional de salud, que impone su “saber” por sobre el derecho a elegir de la mujer a como traer a su niño al mundo con la excusa de que la forma impuesta mantendrá a salvo la vida del bebe y no otra-
Marshall argumentaba que todo ciudadano es un sujeto de derecho.
A partir de la sanción de la Ley en 2004, los espacios institucionales visualizaron los maltratos sufridos por las mujeres. Cuando esto ocurrió, y se encuadro al momento del parto como asunto de derecho producto de la cantidad de violencia obstétrica ejercida con total liviandad, sobre todo en las instituciones públicas, se han creado espacios para dar a conocer estas injusticias sociales y reclamar cambios concretos. Cuando hablamos de violencia obstétrica, nos referimos a la conducta, acción u omisión que ejerza el profesional de salud, de manera directa o indirecta y que afecte a la mujer.
Más allá de la importancia de que en el campo de la salud y los derechos humanos, se dirige la mirada a la relación médico-paciente, obstétrica-paciente, enfermería- paciente; también se hace hincapié en la infraestructura de la institución, el espacio con el que cuenta una mujer para llevar a cabo su proceso de preparto, parto y postparto.
Si hablamos de derecho en este caso, nos vamos a referir a la autonomía; al derecho a decidir la forma en como la mujer se sienta a gusto para transitar su trabajo de parto; si quiere deambular, si desea analgesia, la posición en la que se siente más cómoda, el acompañamiento afectivo.
Vulnerando los derechos humanos durante el proceso del parto, como el derecho a la intimidad por la intromisión no consentida de la privacidad mediante la exhibición y revisión masiva de sus órganos genitales; por ejemplo los tactos vaginales repetidos y realizados por distinto personal de salud; a la integridad corporal o cuando no se aplican los conocimientos más actualizados y se causa daño e iatrogenia.
Nos detendremos aquí, en la participación de otros actores que muchas veces las instituciones no tienen en cuenta: la participación del padre. La Ley enfatiza en que sean las mujeres protagonistas de su propio parto, pero también contempla otros actores que también tienen derecho a recibir información completa, a tomar decisiones en casos específicos y a enfocarse en la participación activa e toda la familia. A pesar de que esto se contempla en la Ley, por desconocimiento, la comunidad no la exige y las instituciones, por comodidad o por problemas edilicios, no la llevan a la práctica; de este modo, los actores de la sociedad civil no se involucran en lo relacionado al Parto Respetado.
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