PLAN DE PROTECCION Y/O RECUPERACION DEL RIO GUATAPURI SECTOR VALLEDUPAR
Enviado por Jose Lobelo • 6 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 8.262 Palabras (34 Páginas) • 284 Visitas
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PLAN DE PROTECCION Y/O RECUPERACION DEL RIO GUATAPURI SECTOR VALLEDUPAR
RESUMEN
La presente investigación desarrolla un estudio de caso sobre[a] las representaciones, significados, usos y manejo del agua en el entorno del rio Guatapuri de Valledupar, a partir del análisis de las diferentes visiones y prácticas culturales en torno al agua por parte de los actores que pueblan e intervienen en las cuenca del Guatapurí. Los pueblos indígenas (Kogui, Wiwa, Arhuaco, Kankuamo); las comunidades campesinas, los gremios económicos (bananeros, palmeros, cafeteros), las instituciones gubernamentales de carácter local, regional y nacional; entidades internacionales de carácter multilateral que financian proyectos de diversa índole; todos estos actores se encuentran convocados a discutir, negociar, articular y confrontar sus visiones e intereses en torno al agua, el territorio y el ordenamiento ambiental del macizo. Partiendo desde La Sierra Nevada de Santa Marta que es considerada un ecosistema estratégico para los intereses nacionales e internacionales porque de sus recursos hídricos depende una población de 1.5 millones de personas del Caribe colombiano, la actividad productiva agroindustrial, minera, portuaria y turística, así como las dinámicas económicas, sociales y culturales de decenas de comunidades campesinas e indígenas de la región.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y PREGUNTA DE INVESTIGACION
La cuenca del río Guatapurí es, tal vez, la más importante en todo el macizo de la Sierra Nevada de Santa Marta. El hecho de confluir en su territorio al menos tres de los cuatro pueblos indígenas originarios (arhuaco, kággaba y kankwamo), ser punto de encuentro y contacto de manera intensa desde hace más de 250 años entre el mundo indígena de la Sierra y las diferentes sociedades y modelos de vida no indígenas que en diferentes momentos han ocupado la región (colonia, república, contemporánea), formar parte de las representaciones culturales de buena parte de la población regional, e incluso, nacional, hacen de la cuenca del Guatapurí un referente obligado cuando de ríos, agua y territorio se hable.
En la historia ancestral de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra, la cuenca del Guatapurí es una de las que marca límites tradicionales entre ellos. Precisamente, de acuerdo con la historia, el territorio ancestral del pueblo arhuaco va desde la cuenca del río Manzanares (que desemboca en Santa Marta) hasta la sub cuenca del río Donachwí (principal afluente del Guatapurí); el territorio del pueblo kankwamo comprende el espacio que va desde la cuenca del río Donachwí hasta el Badillo, es decir, el pueblo kankwamo, quien, en teoría, es el que más responsabilidades espirituales tiene para con el territorio; el territorio ancestral del pueblo wiwa va desde la cuenca del Badillo hasta la del río Ranchería (que desemboca en Riohacha); mientras que el del pueblo kággaba es el territorio que va del Ranchería hasta el Manzanares.
Al respecto es importante aclarar que estas delimitaciones corresponden a las tareas tradicionales, las que tienen que ver con el mundo espiritual. Son los límites que la Madre espiritual adjudicó a cada pueblo para que lo cuidara por medio de los trabajos espirituales, tales como los rituales de pagamento. Es decir, estos límites no implican necesariamente, ubicación, ocupación o propiedad sobre la tierra por parte del pueblo indígena asignado. Lo que determinan son las responsabilidades que tiene cada pueblo y sus respectivas autoridades para con el cuidado y conservación espiritual del territorio ancestralmente adjudicado. Por eso, en el caso de la cuenca del Guatapurí, es posible encontrar asentamientos pertenecientes al pueblo kággaba, así este río no esté bajo su jurisdicción. Lo relevante, es la urgencia de construir acuerdos entre autoridades tradicionales, es decir, los Mama de los pueblos que estén involucrados, para realizar coordinadamente las tareas, la consecución de los materiales tradicionales, los sitios sagrados sobre los cuales toca incidir, en fin, las funciones concretas que, desde la cultura, le corresponde al dueño espiritual de cada territorio.
De todas formas, existe un asentamiento habitado en su gran mayoría por Mama del pueblo kággaba66, en las cabeceras del río Badillo y que por su importancia y cercanía es relevante para los demás asentamientos indígenas de la cuenca del Guatapurí. Este asentamiento es Cherwa-Surivaka, es el sitio donde amaneció, es decir, donde el mundo espiritual y de pensamiento elaborado por la Madre ancestral, se hizo concreto, se hizo real, es el mundo que hoy en día conocemos. Gracias a la existencia de Cherwa-Surivaka, la presencia de varios poblados kággaba en la cuenca del Guatapurí, no generó dificultades en las relaciones interétnicas serranas.
En resumen, se puede decir que la cuenca del Guatapurí, en las zonas medias-altas y altas, ha sido un escenario de refugio [b]de aquellos sectores más tradicionales y fuertes de los pueblos indígenas kággaba y arhuaco, ante las embestidas de diferentes procesos de colonización del territorio y de penetración de la cultura ancestral contra cada uno de los núcleos centrales de cada uno de los pueblos, es el caso de la tierra de Alwaka de los kággaba (ríos Garavito y San Miguel) y de Nabusímake para los arhuacos. También en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, se genera en la región, sobre todo en familias prestantes de Valledupar, un profundo interés por todo el valle de la cuenca del Guatapurí, sobre todo de su afluente el Donachwí. Desde finales del siglo XVIII, la ganadería se convierte en la principal actividad económica de toda la Provincia de Santa Marta, precisamente después de la fundación española de San Sebastián de Rábago; pues una de las primeras y principales acciones en el proceso de ordenamiento del territorio impulsado por Mier y Guerra, era la introducción de ganado vacuno y ovino para asentar a las familias colonos en los nuevos territorios. Rápidamente, la ganadería es incorporada en las prácticas económicas de la población no indígena de la provincia, desplazando poco a poco a la agricultura, pasando a ser en pocas décadas la principal actividad de toda la región. A partir de la ganadería, se constituyen y se consolidan las élites locales y regionales, en la medida que la actividad necesita grandes extensiones de tierra, pues siempre ha sido extensiva. Ante la consolidación de la república, del interés del gobierno central por hacer uso de la Sierra como escenario para la construcción de un estado moderno, que se pone de manifiesto con la creación del Territorio de la Nevada y Motilones en 1875 con capital en Atánquez y bajo la autoridad directa del gobierno nacional, las nuevas élites miran al macizo.Y, precisamente, por su cercanía con Valledupar, la cuenca del Guatapurí es transformada en grandes pastizales durante estos años, dejando solo las partes altas con manchas importantes de bosque. Esta transformación del paisaje lleva implícita la transformación sobre la propiedad de la tierra, la cual es tomada por algunas familias vallenatas, y por supuesto, la transformación de las relaciones interétnicas, consolidándose la desigualdad en ellas, pues quienes antes eran dueños efectivos del territorio (los indígenas) pasan a ser ocupantes, previamente autorizados por los nuevos dueños y generándose unas relaciones paternalistas y de compadrazgo que facilitan esta ocupación del territorio y el disfrute de las ganancias que la actividad ganadera genera. Poco a poco varios individuos indígenas adoptan la ganadería y la introducen en las áreas donde las élites vallenatas no tenían control, es decir, las zonas altas, la de los páramos. Este nuevo proceso, introduce, lentamente, el uso del dinero en estas personas, pero con poca incidencia en la vida comunitaria. Esta situación, solo vendrá a consolidarse con la adopción de otras actividades productivas como el café, la comercialización del aguacate y la venta de mochilas.
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