PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LA AGROINDUSTRIA CARNICA

PROBLEMÁTICA ACTUAL  DE LA AGROINDUSTRIA CARNICA

“Producir carne contamina más que sacar petróleo” (El Espectador, 21 julio 2018), con esta frase damos apertura a un tema bastante complejo a nivel mundial, pues no es solo una problemática para los países desarrollados, sino también para los que están en vía de desarrollo por cuestiones de competitividad en el mercado.

Por otra lado las productoras más grandes de carne de bovino, emiten más gases de efecto invernadero que potentes empresas de combustibles fósiles, generando así un impacto medioambiental desmesurado, pues no existe en muchos casos una regulación y  límites claros de producción, en consecuencia de la cantidad de demanda que tiene, así mismo es su elaboración y posterior distribución; siendo de esta manera un problema sin fin, respaldándose esta argumento por la investigación realizada por Institute for agricultura and trade policy donde se constata que para cuidar el planeta, y reducir los niveles de contaminación se necesita primero disminuir  el consumo exagerado de esta materia prima y los productos que se derivan de ella.

Ahora bien, como la carne es la que presenta la mayor huella ambiental, debido a su gran demanda de recursos para la producción de sus diversos e infinitos productos, que aunque varíen en el porcentaje en el que la contienen, igual hay un factor de daño; sobre todo para el agua y los suelos, ya sea por la filtración de patógenos que contaminan, liberación de dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, amoniaco y otros gases que también afectan a la atmosfera debilitando de gran manera los distintos ecosistemas, pues muchos desechos son arrojados a los ríos, mares y océanos etc. teniendo un alcance realmente extensivo.

Y como si esto no fuera suficiente también hay otro agente contaminante y devastador para el planeta, y son los cultivos destinados para la alimentación del ganado y las actividades de pastoreo, las cuales necesitan cada vez más extensiones de tierras lo que por supuesto genera una creciente presión sobre los ecosistemas naturales, llevándose a cabo deforestaciones en algunos casos controladas y otras, lastimosamente sin ningún escrúpulo para adaptar espacios óptimos de crianza de carne bovina.

Si bien, es claro que a lo largo de toda la cadena de producción y distribución se la carne, se generan grandes cantidades de emisiones de gases , también hay residuos sólidos  que deben ser tratados de la manera adecuada y correspondiente a ciertas normas, no siempre esto se cumple y es justo aquí donde el problema se intensifica, En este sentido, el informe de indicadores ambientales “Environmental indicator report 2013 - Natural resourses in human well-being in a green economy” (EEA, 2013), explica:  “Los alimentos son una de las categorías de consumo doméstico que presentan mayor impacto ambiental, lo que los hace responsables de más de un tercio de las emisiones acidificantes relacionadas al consumo, y de un sexto de las emisiones de gases de efecto invernadero y de precursores de ozono troposférico. Estos impactos se originan a lo largo del ciclo de vida, desde la producción agrícola (por el cambio en el uso de la tierra, emisión de gases de efecto invernadero, eutrofización, otros), pasando por el procesamiento, embalaje, distribución y almacenaje (por el uso de agua, energía y materiales), hasta la producción y manejo de los residuos (por emisión de gases de efecto invernadero y eutrofización), y varían ampliamente entre las diferentes categorías de alimentos. La carne y los productos lácteos presentan la mayor huella global de carbono, material y agua por kilogramo producido que cualquier otro alimento. Alcanzar las necesidades alimentarias humanas mediante carne y lácteos es comparativamente ineficaz, en el sentido que implica un sustancial uso de tierras, provisión de energía y pérdidas de nutrientes en relación a las proteínas producidas. Además, las reses producen metano, un potente gas de efecto invernadero. La reciente tendencia en Europa apunta al consumo de menos carne (particularmente carne de res) y más frutas y verduras por contar con beneficios ambientales. Sin embargo, a nivel global predomina la tendencia opuesta”.

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