Primeros auxilios
Enviado por minombrel • 28 de Agosto de 2014 • Tesis • 1.652 Palabras (7 Páginas) • 222 Visitas
1) Un esguince es una lesión de los ligamentos que se encuentran alrededor de una articulación. Los ligamentos son fibras fuertes y flexibles que sostienen los huesos. Cuando estos se estiran demasiado o presentan ruptura, la articulación duele y se inflama.
Los esguinces son causados cuando una articulación es forzada a moverse en una posición antinatural. Por ejemplo, la "torcedura" de un tobillo ocasiona esguince en los ligamentos que se encuentran alrededor de éste.
Las siguientes medidas pueden disminuir su riesgo de un esguince:
Utilizar calzado protector durante actividades que ejerzan tensión sobre el tobillo y otras articulaciones.
Asegurarse de que los zapatos se ajusten a los pies de manera apropiada.
Evitar zapatos con tacones altos.
Siempre realizar un estiramiento o calentamiento antes de hacer ejercicio o practicar deportes.
Evitar deportes y actividades para las cuales no se haya entrenado.
Los síntomas de un esguince abarcan:
Dolor articular o dolor muscular
Hinchazón
Rigidez articular
Cambio de color de la piel, especialmente hematomas
2) Primeros auxilios
Aplique hielo inmediatamente para reducir la inflamación. Envuelva el hielo en un pedazo de tela y no lo aplique directamente sobre la piel.
Envuelva firmemente un vendaje alrededor del área afectada, pero no apretado, para limitar el movimiento. Use una férula si es necesario.
Mantenga elevada la articulación inflamada por encima del nivel del corazón, incluso mientras duerme.
Descanse la articulación afectada por varios días.
El ácido acetilsalicílico (aspirin), el ibuprofeno y otros medicamentos para el dolor pueden ayudar.
Quite la presión del área afectada hasta que el dolor desaparezca. La mayoría de las veces, un esguince leve sanará en 7 a 10 días. Pueden pasar varias semanas para que el dolor desaparezca después de un esguince grave. El médico puede recomendar el uso de muletas. La fisioterapia puede ayudar a recuperar el movimiento y la fuerza del área lesionada.
3)
Las fracturas es una discontinuidad en los huesos, a consecuencia de golpes, fuerzas o tracciones cuyas intensidades superen la elasticidad del hueso. En una persona sana, siempre son provocadas por algún tipo de traumatismo, pero existen otras fracturas, denominadas patológicas, que se presentan en personas con alguna enfermedad de base sin que se produzca un traumatismo fuerte. Es el caso de algunas enfermedades orgánicas y del debilitamiento óseo propio de la vejez.
Si se aplica más presión sobre un hueso de la que puede soportar, éste se parte o se rompe. Una ruptura de cualquier tamaño se denomina fractura y si el hueso fracturado rompe la piel, se denomina fractura abierta (fractura compuesta).
La fractura por estrés o sobrecarga es una fisura delgada en el hueso que se desarrolla por la aplicación prolongada o repetitiva de fuerza sobre el mismo.
4)
Clasificación
Existen varios tipos de fractura, que se pueden clasificar atendiendo a los siguientes factores: estado de la piel, localización de la fractura en el propio hueso, trazo de la fractura, tipo de desviación de los fragmentos y mecanismo de acción del agente traumático.
Según el estado de la piel
Fracturas cerradas. (que también se conoce como fractura compuesta) Son aquellas en las que la fractura no comunica con el exterior, ya que la piel no ha sido dañada.
Fracturas abiertas. (que también se conoce como fractura simple) Son aquellas en las que se puede observar el hueso fracturado a simple vista, es decir, existe una herida que deja los fragmentos óseos al descubierto. Unas veces, el propio traumatismo lesiona la piel y los tejidos subyacentes antes de llegar al hueso; otras, el hueso fracturado actúa desde dentro, desgarrando los tejidos y la piel de modo que la fractura queda en contacto con el exterior.
Según su localización
Epifisarias (localizadas en las epífisis). Si afectan a la superficie articular, se denominan fracturas articulares y, si aquélla no se ve afectada por el trazo de fractura, se denominan extraarticulares.
Cuando la fractura epifisaria se produce en un niño e involucra al cartílago de crecimiento, recibe el nombre de epifisiólisis.
Diafisarias (localizadas en la diáfisis). Pueden afectar a los tercios superior, medio o inferior.
Metafisarias (localizadas en la metáfisis). Pueden afectar a las metáfisis superior o inferior del hueso.
Según el trazo de la fractura
Transversales: la línea de fractura es perpendicular al eje longitudinal del hueso.
Oblicuas: la línea de fractura forma un ángulo mayor o menor de 90 grados con el eje longitudinal del hueso.
Longitudinales: la línea de fractura sigue el eje longitudinal del hueso.
En «ala de mariposa»: existen dos líneas de fractura oblicuas, que forman ángulo entre si y delimitan un fragmento de forma triangular.
Conminutas: hay múltiples líneas de fractura, con formación de numerosos fragmentos óseos.
En los niños, debido a la gran elasticidad de sus huesos, se producen dos tipos especiales de fractura:
Incurvación diafisaria: no se evidencia ninguna fractura lineal, ya que lo que se ha producido es un aplastamiento de las pequeñas trabéculas óseas que conforman el hueso, dando como resultado una incurvación de la diálisis del mismo.
En «tallo verde»: el hueso está incurvado y en su parte convexa se observa una línea de fractura que no llega a afectar todo
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