SAPÓNDIDOS Y DETERGENTES.
Enviado por Medicina9 • 6 de Abril de 2016 • Trabajo • 692 Palabras (3 Páginas) • 187 Visitas
COLEGIO SAN GABRIEL
LLERENA VELASTEGUÍ, Jordan
QUINTO “B”
Número de lista: 13
´AGUA Y JABÓN´
En el Primer Congreso Mundial de la Detergencia (París, septiembre de 1954), se habló de “Sapónidos y detergentes”, como una forma momentánea de expulsar la suciedad (ese el objetivo de aquellos productos que se han hecho indispensables en muchas familias en todo el mundo).
Los puedes usar cuando más lo necesites y después de convencerte de la “efectividad” de los mismos, gracias a los anuncios publicitarios.
Los anuncios publicitarios son fruto de personas audaces, creativas e “inteligentes”, que saben utilizar bien ciertas “trampas de la publicidad”.
La edad de las personas, su género y su “clase social”. Es la información general que se necesita para dirigirse a determinadas personas, y sirven para inducir a que se realice alguna actividad en especial o a que se adquiera un producto innecesario, que solo recurra en nuestra necesidad de auto-realización.
Aquellas marcas con cierto reconocimiento social se aprovechan de personas crédulas, que piensan que dichos productos son “mejores” a otros, sencillamente por tener más comerciales que anuncien su superioridad y su garantía. Usando para ello “mentiras publicitarias”.
Las comparaciones absurdas e innecesarias. Son realizadas en propagandas de “Sapónidos y detergentes” y tienen como único objetivo comprobar la efectividad del producto; por ejemplo, cuando vemos en la televisión este tipo de publicidad, se muestra a dos prendas de vestir “similares” y “proporcionalmente manchadas”, que después de ser lavadas con el “fabuloso producto”, tienen una “gran diferencia”. Debemos pensar que estas prendas pudieron haber pasado por tratamientos o procesos diferentes, con el objetivo de engañar a la sociedad y mostrar un resultado muy favorable con el uso de la sustancia promocionada.
“El dinero crea o disminuye necesidades”. Los seres humanos estamos capacitados para adaptarnos a cualquier tipo de situación y eso es lo que ha marcado el camino de nuestra supervivencia. Aunque a veces se nos haga difícil cambiar nuestro modus vivendi, por lo general lo terminamos aceptando. Esto es más un aspecto psicológico, es decir: mientras más posibilidades tenemos, por lo general queremos más cosas; y mientras menos posibilidades tenemos, nos acostumbramos a vivir de tal modo y por lo general no se tiene aspiraciones importantes (“de grandeza”). Claro que hay sus excepciones y que a pesar de su realidad social, hay personas que piensan diferente, que aspiran por el bienestar de los demás y que se acomodan con lo necesario para subsistir.
Las personas siempre buscan ser diferentes, pero en su búsqueda se dan cuenta que son todos iguales. Lo único que cambia es la marca, pero la composición de la materia es la misma. De acuerdo con las posibilidades económicas de las personas, se crean “necesidades totalmente ridículas”, es decir:
- En una “familia con ingresos estables”, siempre se busca lo “más caro”, porque piensan que es “lo mejor”. Pero lamentablemente este tipo de personas, no se dan cuenta que lo único que hacen es desperdiciar su dinero, porque de cierta forma: pagan por publicidad, no por producto.
- En una “familia pobre”, se acomodan con lo que tienen, y en vez de “pagar por ilusiones”, gastan sus ingresos en cosas útiles y necesarias, que tienen la misma función que cualquier otro “objeto mágico”.
´Agua y jabón´, la mejor manera de eliminar la suciedad. Antiguamente estos dos componentes eran los únicos que se usaban cuando se “lavaba la ropa”, y ninguna persona tenía la necesidad de comprar “sustancias inútiles” (sin beneficio alguno). Los mineros son los únicos que deberían usar productos especiales que les ayuden a evitar enfermedades como la silicosis, porque esta es causada por respirar pequeñas partículas de polvo, y en este caso, es aceptable el uso de “Sapóndidos y detergentes”, porque sería necesario y no un capricho común. Para el resto de la sociedad es pura emoción y un gasto inadecuado.
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