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Salario Por Tiempo


Enviado por   •  6 de Junio de 2015  •  2.704 Palabras (11 Páginas)  •  142 Visitas

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CAPITULO XVIII

EL SALARIO POR TIEMPO

El salario mismo adopta múltiples formas variadas. La venta de la fuerza de trabajo se verifica por espacios de tiempo determinados. La forma transformada en que se representa directamente el valor diario, semanal, etc. de la fuerza de trabajo, es por ende la del "salario por tiempo", o sea jornal, etcétera.

Hemos de observar, en primer término, que las leyes que rigen el cambio de magnitudes en el precio de la fuerza de trabajo y en el plusvalor, las leyes expuestas en el capítulo XV, se transforman mediante una simple modificación formal en leyes del salario. De igual suerte, la distinción entre el valor de cambio de la fuerza de trabajo y la masa de los medios de subsistencia en los que se convierte ese valor, reaparece ahora como distinción entre el salario nominal y el salario real. Sería inútil repetir con respecto a la forma de manifestación lo que ya expusiéramos acerca de la forma esencial. Nos limitamos por ello a indicar unos pocos puntos que caracterizan el salario por tiempo.

[662] La suma de dinero [1] que percibe el obrero por su trabajo diario, semanal, etc., constituye el importe de su salario nominal, es decir, del salario estimado según el valor. Es claro, no obstante, que según la extensión de la jornada laboral, según, por ende, la cantidad de trabajo suministrada diariamente por el obrero, el mismo jornal, salario semanal, etc., podrá representar un precio muy diferente del trabajo, esto es, muy diferentes sumas de dinero por la misma cantidad de trabajo [2]. Por consiguiente, también en el caso del salario por tiempo es necesario distinguir entre importe total del salario, del jornal, del salario semanal, etc., y precio del trabajo. Ahora bien, ¿cómo se llega a ese precio, esto es, al valor dinerario de una cantidad dada de trabajo? El precio medio del trabajo se obtiene dividiendo el valor diario medio de la fuerza de trabajo entre el número de horas de la jornada laboral media. Si, por ejemplo, el valor diario de la fuerza de trabajo es de 3 chelines (el producto de valor de 6 horas de trabajo) y la jornada laboral es de 12 horas, el precio de una hora de

3 chelines

trabajo será = = 3 peniques. El precio de la

12

hora de trabajo, hallado de esta manera, servirá de unidad de medida al precio del trabajo.

De esto se desprende que el jornal, el salario semanal, etcétera, puede mantenerse incambiado aunque el precio del trabajo disminuya continuamente. Si, por ejemplo, la jornada laboral usual es de 10 horas y el valor diario de la fuerza de trabajo alcanza a 3 chelines, el precio de la hora de trabajo equivaldrá a 3 3/5 peniques; disminuirá a 3 peniques no bien la jornada de trabajo aumente a 12 horas, y a 2 2/5 peniques cuando esa jornada sea de 15 horas. El jornal o el salario semanal, pese a ello, permanecerían inalterados. A la inversa, el jornal o el salario semanal pueden elevarse aunque el precio del trabajo se mantenga constante o incluso descienda. Por ejemplo, si la jornada [663] laboral era de 10 horas y el valor diario de la fuerza de trabajo alcanzaba a 3 chelines, el precio de una hora de trabajo sería de 3 3/5 peniques. Si, a causa de una mayor ocupación, y suponiendo que el precio del trabajo se mantenga igual, el obrero trabaja ahora 12 horas, su jornal aumentará a 3 chelines 7 1/5 peniques, sin que se produzca una variación en el precio del trabajo. Podría obtenerse el mismo resultado si en vez de aumentar la magnitud del trabajo en cuanto a su extensión aumentara la magnitud del mismo en cuanto a la intensidad[3]. Aumentos del jornal o del salario semanal percibido nominalmente, pues, pueden estar acompañados de un precio constante o decreciente del trabajo. Lo mismo se aplica a los ingresos de la familia obrera, tan pronto como la cantidad de trabajo suministrada por el jefe de familia se acrecienta con el trabajo de los miembros de la familia. Existen, por ende, métodos para reducir el precio del trabajo sin necesidad de rebajar el jornal o el salario semanal nominales [4] 5.

De esto se sigue, como ley general, la siguiente: si la cantidad del trabajo diario, semanal, etc., está dada, el [664] jornal o el salario semanal dependerá del precio del trabajo, que a su vez varía con el valor de la fuerza de trabajo o las desviaciones de su precio respecto a su valor. Si, en cambio, está dado el precio del trabajo, el jornal o el salario semanal dependerá de la cantidad del trabajo diario o semanal.

La unidad de medida del salario por tiempo, el precio de la hora de trabajo, es el cociente que resulta de dividir el valor diario de la fuerza de trabajo entre el número de horas de la jornada laboral acostumbrada. Supongamos que la última sea de 12 horas y que el valor diario de la fuerza de trabajo alcance a 3 chelines, esto es, al producto de valor de 6 horas de trabajo. Bajo estas circunstancias el precio de la hora de trabajo será de 3 peniques y su producto de valor ascenderá a 6 peniques. Ahora bien, si el obrero está ocupado menos de 12 horas por día (o menos de 6 días por semana), por ejemplo sólo 6 u 8 horas, percibirá únicamente como jornal, si se mantiene ese precio del trabajo, 1 1/2 ó 2 [b] chelines [6]. Como, según el supuesto de que partimos, tiene que trabajar promedialmente 6 horas diarias sólo para producir un salario correspondiente al valor de su fuerza de trabajo, y como, según ese mismo supuesto, de cada hora sólo trabaja media hora para sí mismo, y otra media para el capitalista, es evidente que no podrá obtener el producto de valor de 6 horas si está ocupado menos de 12 horas. Si con anterioridad vimos las consecuencias deletéreas del exceso de trabajo, aquí quedan al descubierto las fuentes de los padecimientos que significa, para los obreros, el hecho de estar subocupados.

Si el salario por hora se fija de tal manera que el capitalista no se obliga a pagar un jornal, o un salario semanal, [665] sino únicamente las horas de trabajo en las cuales tiene a bien ocupar al obrero, podrá ocuparlo durante menos tiempo del que originariamente sirvió de base para estimar el salario por hora o la unidad de medida para el precio del trabajo. Como dicha unidad de medida está determinada por la proporción

valor diario de la fuerza de trabajo

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jornada laboral de un número de horas dado

aquélla pierde todo su sentido no bien la jornada laboral deja de contar con un número determinado de horas. Queda abolida la conexión entre el trabajo pago y el impago. El capitalista puede ahora arrancar al obrero determinada cantidad de plustrabajo sin concederle el tiempo de trabajo necesario para su autoconservación. Puede anular toda regularidad de la ocupación y, según su comodidad, capricho e intereses momentáneos, hacer que el trabajo más

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