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Si Darwin No Hubiera Nacido..


Enviado por   •  16 de Junio de 2013  •  2.657 Palabras (11 Páginas)  •  445 Visitas

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...Si Darwin no hubiera nacido...

¿Te imaginas un mundo sin Darwin?. ¿Un mundo en el que Charles Darwin no hubiera dejado su profunda huella?. ¿Nuestro propio mundo pero sin la aportación de Charles Robert Darwin a la comprensión de los mecanismos que impulsan la evolución?. ¿Seguiríamos iluminados por el dogma de creacionistas fanáticos?. ¿El mismo dogma que hoy disfrazan como ciencia de la creación?.

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El viaje del Beagle respondía por tanto a intereses estratégicos y comerciales y junto a las mejoras cartográficas y de navegación, pretendería abrir rutas comerciales y llevar a cabo prospectivas de nuevos mercados o de territorios con materias primas por explotar. Con estos fines, enrolar a un científico entre la tripulación no era ciertamente imprescindible. Sin embargo el capitán del barco, Robert Fitz-Roy, estaba determinado a incluir un naturalista en la expedición; pero no cualquier naturalista. Debería ser una persona culta y de buenas costumbres, aunque no necesariamente un aristócrata como el propio Fitz-Roy. Debería ser alguien a quien el capitán elegiría personalmente; y en esa elección jugaría un papel primordial su juicio subjetivo y personal afinidad con el candidato. Y todo ello no en vano, ya que dicho naturalista iba a compartir el camarote del capitán durante los muy largos meses de travesía y años de expedición en una fragata en la que, a pesar de su reducido tamaño, capitán y tripulación no convivían realmente más allá de la cadena de mando.

Nuestra percepción colectiva del mundo también ha sufrido cambios, a menudo dramáticos. Uno de ellos tuvo su origen en la singladura del Beagle que comenzó el 27 de diciembre de 1831. Este episodio constituye un bello ejemplo del llamado efecto mariposa, que nos recuerda la potencial trascendencia de eventos singulares aislados potenciados por la dinámica de sistemas caóticos como nuestro propio mundo.

La fragata Beagle, fletada por el Almirantazgo Británico, navegó durante cinco años los mares del hemisferio sur con el declarado propósito de perfeccionar los planos de las costas de Sudamérica, de Chile, Perú y algunas islas del Pacífico y contribuir a mejorar la determinación de la longitud para el transporte marítimo mediante medidas cronométricas alrededor del mundo (NOTA).

NOTA: En la navegación marítima la determinación de la posición de un barco en términos de su latitud y longitud es fundamental. La determinación de la latitud siempre fue más sencilla: la observación del sol y las estrellas primero y la determinación de su inclinación sobre el horizonte más tarde, medida de forma precisa mediante el sextante o sus precursores había hecho avanzar enormemente la navegación desde siglos atrás. Sin embargo la determinación de la longitud era más complicada y requería el transporte de los más precisos relojes cronómetros a bordo para poder determinar la longitud en cada momento a partir de diferencias horarias respecto del punto de partida. Este poco preciso método del 'transporte de tiempo' se mantuvo hasta la puesta en marcha de las señales horarias radiotelegráficas hacia 1912.

Influído por John Stevens Henslow, su maestro de botánica y erudito naturalista, un joven Charles Robert Darwin de 22 años se decidió a enrolarse con la promesa de ver mundo, pero sin paga, en la aventura que cambió su vida.

En su privilegiado viaje a bordo del Beagle, Charles Darwin tuvo la oportunidad de observar y anotar especies ignoradas en costas remotas. Su paso por las islas Galápagos fue especialmente emblemático y le permitió realizar algunas de las observaciones clave que guiaron más tarde su trabajo. Al cambiar de una isla a otra, la fauna estaba naturalmente relacionada pero a la vez presentaba características inexplicablemente distintas, a pesar de que el clima y la geología no cambiaban. Las distintas poblaciones de pinzones por ejemplo eran iguales en todo salvo en sus picos, que cambiaban según la isla de origen. Darwin pudo observar y asombrarse con especies como los gigantescos reptiles, verdaderos fósiles vivientes de las islas que causarían el asombro de cualquiera y que probablemente ya habrían asombrado a otros miembros de su especie con anterioridad, pero también observó muchas otras minucias, aparentemente insignificantes y no se conformó con no entenderlas.

Tamaños comparativos de los picos de cuatro especies de pinzones de las islas Galapagos.

"Cambia lo superficial

cambia también lo profundo

Cambia el modo de pensar

cambia todo en este mundo..."

A su vuelta a Inglaterra Darwin era un hombre cambiado y sabía mejor que nunca a qué empeño iba a dedicar su vida. Tuvo el tesón y dedicación necesarios para clasificar estudiar y relacionar una enorme variedad de especies; pero además tuvo el enorme mérito de ir más allá del estudio taxonómico. Darwin rastreó las pistas de la Naturaleza como nadie y comprendió que el origen de la enorme variedad de especies animales y vegetales está precisamente en el cambio, en la evolución. La evolución del mundo natural ya se había propuesto con anterioridad (Lamarck entre otros) pero sus defensores habían seguido pistas falsas. El mayor mérito de Darwin fue descubrir los mecanismos por los que dicha evolución había tenido lugar a lo largo de enormes periodos de tiempo, mecanismos que él centró en la selección natural. Después de 23 años del fin de su viaje vio la luz su primera y más emblemática obra, su libro titulado "El origen de las especies, a través de la selección natural". Su obra, más allá de los sólidos principios científicos que proponía representó un enorme desafío a las ideas que teníamos de nuestro mundo. Estas antiguas ideas estaban profundamente enraizadas en las creencias religiosas que habían prevalecido durante siglos y que nos hablaban de un Mundo imperturbado desde su creación (NOTA).

NOTA: El obispo Ussher en el siglo XVII, con precisión digna de mejor causa, había establecido que la creación del mundo había tenido lugar en el año 4004 antes de Cristo.

Las implicaciones filosóficas y morales de las propuestas de Darwin fueron realmente perturbadoras para la sociedad victoriana que las vio nacer, si bien la mayor parte de los naturalistas de la época sucumbieron ante la elegancia y solidez del análisis Darwiniano. A Darwin el éxito y el reconocimiento le llegaron antes que la muerte; para entonces sus teorías ya eran reconocidas como tales y fue enterrado solemnemente en la Abadía de Westminster, al lado de Isaac Newton y de Georg Friedrich Haendel

Con estos antecedentes Darwin podría muy bien ser considerado como un iluminado de su época, un ser único y adelantado

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