Sistema reproductor femenino.

Sistema reproductor femenino

En el sistema reproductor femenino maduran los óvulos, se producen las hormonas sexuales femeninas y puede formarse en él un nuevo individuo, que se aloja en su interior durante los nueve meses que dura la gestación, desde la fecundación hasta el nacimiento.

Los órganos que constituyen el sistema reproductor femenino son los ovarios, las trompas de Falopio, el útero, la vagina y la vulva.

Los ovarios son dos órganos de tres centímetros de diámetro que se ubican en la cavidad abdominal. Dentro de ellos, maduran los óvulos y se producen las hormonas sexuales femeninas, denominadas estrógeno y progesterona

A partir de la pubertad, estimulado por un aumento en la producción de las hormonas sexuales femeninas, aproximadamente cada 28 días, un ovulo completa su desarrollo y el liberado del ovario en el proceso de la ovulación.

Una vez que el ovulo es expulsado del ovario, ingresa a las trompas de Falopio, u oviducto, desde donde es transportado hacia el útero. Los óvulos son células que no tienen movilidad propia, y se desplazan en un flujo mucoso impulsados por las contracciones de las paredes de oviducto. El recorrido de ovulo dentro del oviducto puede llevar entre 24 y 72 horas, hasta que llega al útero. Si en ese trayecto el ovulo se encuentra con espermatozoides, puede producirse la fecundación. Si, en su trayecto por la trompas de Falopio, el ovulo no es fecundado, muere. La fecundación no se produce una vez que óvulo llegó al  útero.

El útero es un órgano hueco en forma de pera. Está delimitado por una pared muscular que recibe abundante irrigación sanguínea y que tiene la capacidad de distenderse y aumentar considerablemente su tamaño durante el embarazo. La capa interna de la pared uterina se denomina endometrio. En caso de que no ocurra la fecundación, el endometrio se desprende y es expulsado durante la menstruación. En su extremo inferior, el útero se comunica con la vagina a través de cuello del útero, o cérvix, una abertura formada por un anillo muscular. La vagina es el órgano receptivo del pene durante el acto sexual y el canal de salida del feto durante el nacimiento. Los órganos externos del sistema reproductor femenino son los labios mayores, los labios menores y el clítoris que reciben el nombre de vulva. Los labios mayores son pliegues de piel que se cubren de vello púbico y protegen a los labios menores, más finos, y al clítoris. El clítoris es un órgano sensible y eréctil, homologo al pene del hombre.

Al ser estimulado, induce la producción de una sustancia mucosa en la vagina que ayuda a la lubricación y penetración del pene durante el acto sexual.

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Regulación Hormonal Femenina

Al igual que en los hombres, la producción de las hormonas sexuales femenina, estrógeno y progesterona, está regulada por un mecanismo de control en el que intervienen el hipotálamo y la hipófisis.

El hipotálamo produce la hormona denominada factor liberador de gonadotropina, que llega a la hipófisis y la induce a secretar las hormonas hipofisarias, la folículo estimulante, estimula la maduración del folículo donde se desarrolla el ovulo.

La hormona luteinizante estimula la liberación del ovulo y, en consecuencia, la formación del cuerpo lúteo a partir de las células que previamente formaban el folículo.

La acción de las hormonas hipofisarias en los ovarios induce la producción de las hormonas ováricas, el estrógeno secretado por el folículo y la progesterona secretada por el cuerpo lúteo. Estas  hormonas actúan en el endometrio, la pared interna de útero, y lo preparan para la implantación del embrión en caso de producirse la fecundación y el embarazo. La preparación del endometrio implica su engrosamiento y el aumento de la irrigación sanguínea a través de la cual se nutrirá en el que se está gestando en su interior. Además, estas hormonas estimulan el desarrollo de las características sexuales secundarias. Al igual que en la regulación hormonal masculina, cuando las hormonas sexuales femeninas se producen en grandes cantidades, actúan sobre el hipotálamo y la hipófisis, e inhiben la secreción de las hormonas HFE y HL.

En consecuencia, se evita la producción de las hormonas ováricas. Esta inhibición es transitoria, y la producción de hormonas se reanuda cuando su nivel disminuye.

Tanto en los hombres como en las mujeres, la producción de hormonas sexuales está regulada indirectamente por el hipotálamo que recibe información nerviosa proveniente de otras partes de cuerpo y también del medio exterior. El hecho de que el sistema nervioso esté involucrado en la regulación hormonal explica por qué la producción de hormonas sexuales, la liberación de gambetas y la actividad sexual pueden verse alteradas ante determinadas circunstancias como situaciones de preocupación, de intranquilidad, de angustia e, incluso, por cambios climáticos bruscos.

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El ciclo menstrual

El ciclo menstrual es el proceso mediante el cual se desarrollan los óvulos, y en el que se produce una serie de cambios dirigidos al establecimiento de un posible embarazo. El inicio del ciclo se define como el primer día de la menstruación y el fin del ciclo es el día anterior al inicio de la siguiente menstruación.

La interacción de las hormonas del hipotálamo, de la hipófisis y del ovario regulan los cambios que ocurren en el sistema reproductor femenino. Esto se cumple aproximadamente cada 28 días.

La menstruación dura alrededor de 5 días. Se produce el desprendimiento de la pared interna del útero, el endometrio que se elimina a través de la vagina junto con la sangre que se vierte al romperse los vasos sanguíneos que lo irrigan. A los pocos días, un folículo comienza a madurar por la acción de la hormona hipofisaria HFE. A medida que el folículo se agranda comienza a secretar cantidades mayores de estrógeno que estimula el engrosamiento del endometrio, preparándolo para recibir al embrión, sin llegar a producirse la fecundación.

Aproximadamente a los 14 días del ciclo se produce la ovulación. El ovulo comienza su recorrido por las trompas de Falopio hacia el útero. Las células del folículo que a la vez liberaron al óvulo se convierten en el cuerpo lúteo y comienzan a secretar progesterona, además de estrógeno. La alta concentración de ambos inhibe la producción de hormonas en la hipófisis por lo que se nota una disminución en la concentración de HFE y de HL después de la ovulación.

En caso de que no se produzca la fecundación, el cuerpo lúteo se reabsorbe y desaparece al cabo de dos semanas, aproximadamente. En consecuencia decrece la producción de estrógeno y de progesterona. Esto provoca que el endometrio se destruya y se libere la menstruación. Paralelamente, en respuesta a la disminución de ambos la hipófisis reanuda la producción de hormonas HFE y HL lo que estimula la maduración de un nuevo folículo. De esta forma se inicia un nuevo ciclo menstrual.

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