Sociedades
Enviado por vidita05334 • 19 de Agosto de 2014 • 673 Palabras (3 Páginas) • 167 Visitas
Se ha terminado el tiempo en que era posible individualizar una elite cultural, cuyo patrimonio era el “arte elevado” y el hábito de contemplar con desprecio “lo común, desde las canciones pop hasta la televisión comercial”. Y también se ha terminado el tiempo en que un gusto refinado o vulgar era indicación también de una clase social determinada. Ésa es la conclusión de la que parte y sobre la que se explaya Zygmunt Bauman en La cultura en el mundo de la modernidad líquida.
82717 zygmunt Zygmunt Bauman La cultura en el mundo de la modernidad líquida
Zygmunt Bauman analiza el fin de una cultura misional. Foto:Archivo El Litoral
No es que no exista hoy en día una élite cultural, o que “se cree” tal; al contrario, hoy está más viva y activa que nunca, “pero está tan ocupada siguiendo hits y otros eventos culturales célebres que no tiene tiempo para formular cánones de fe o convertir a otros”. Ya no hay entendidos en la materia (“connoisseurs”) sino más bien “omnívoros” que consumen tanto ópera como heavy metal, punk y el mentado “arte elevado”.
La cultura ya no es signo de crecimiento, superación, conocimiento, refinamiento; es decir la cultura como progreso “ha dejado de ser un discurso que habla de mejorar la vida de todos para convertirse en un discurso de supervivencia personal… No pensamos el progreso en el contexto de elevar nuestro estatus, sino en el de evitar el fracaso… El tiempo pasa y el secreto está en seguirle el ritmo. Si no queremos ahogarnos, tenemos que seguir surfeando: es decir, seguir cambiando, con la mayor frecuencia posible, el guardarropa, los muebles, el empapelado, la apariencia y los hábitos; en resumen, nosotros”.
El consumismo, pues, hace que la cultura no se conciba como un medio para satisfacer necesidades sino en crear necesidades nuevas, y a la vez garantizar la permanente insatisfacción de las que ya están afianzadas.
Bauman compara las utopías pasadas con la utopía de la modernidad líquida, esta nueva “utopía de la vida que gira en torno a la persecución de la siempre elusiva moda, [que] no da sentido a la vida, ya sea auténtico o falso. Apenas ayuda a desterrar de nuestra mente el problema del sentido de la vida. Una vez que ha convertido el viaje de la vida en una serie interminable de medidas egotistas, de modo tal que cada episodio experimentado pasa a ser una introducción al próximo de la serie, esta utopía no ofrece una oportunidad de considerar su rumbo, o el sentido de la vida en sí. La oportunidad de hacerlo se presenta recién en los momentos en los que uno se retira o es excluido del estilo de vida de los cazadores, y por regla es demasiado tarde para que la reflexión ejerza influencia en el rumbo de la vida propia y de la de quienes se encuentran alrededor. Es demasiado tarde para objetar el estado ‘realmente existente’ de la
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