Teoria Del Caos

TEORIA DEL CAOS

En contra de lo que se cree, la teoría del caos no enuncia la ausencia de orden,

Sino que estudia un orden de características impredecibles, pero descriptibles.

Ilya Prigogine, químico belga, es el principal representante de esta corriente de

pensamiento que surgió en 1908, cuando Henri Poincaré llegó a ciertas

conclusiones después de ensayar con sistemas matemáticos no lineales. No

obstante, sus teorías no se tienen en cuenta hasta que no se alcanza la suficiente

potencia computacional, y Edwar Lorenz, meteorólogo, desarrolla un estudio

basado en esta teoría en el año 1063.

La teoría del caos plantea que el mundo no sigue estrictamente el modelo del

reloj, previsible y determinado, sino que tiene aspectos caóticos. El azar dentro

de las cosas, dentro de las mismas leyes del universo. Los deterministas siempre

pensaron que estos comportamientos no podían ser entendidos por el ser

humano por falta de conocimiento, o por falta de capacidad de conocimiento. En

cambio Prigogine sostiene que el observador no es quien crea la inestabilidad o

la imprevisibilidad con su ignorancia, sino que ellas existen de por sí.

Se ocupa de la idea de que los sistemas dinámicos no lineales y muy simples

pueden comportarse de muy complicadas maneras, aparentemente al azar. Lo

que hace que el comportamiento ideal no suceda son los llamados “atractores” o

“imputs”, fuerzas que modifiquen el desarrollo normal de una acción. Esto hace

que los cambios pequeños en el estado inicial puedan ser amplificados por

dichos atractores pudiendo causar resultados inesperados.

Poincaré partió del esquema laplaceano según el cual, si conocemos con

exactitud las condiciones iniciales del universo, y si conocemos con exactitud las

leyes naturales que rigen su evolución, podemos prever exactamente la situación

del universo en cualquier instante de tiempo posterior. Hasta aquí todo bien, pero

ocurre que nunca podemos conocer con exactitud la situación inicial del universo,

y siempre estaríamos cometiendo un error al establecerla. Y aún conociéndolas,

no conocemos todas y cada una de las leyes que rigen el universo. Este

planteamiento determinista alega que no es que los acontecimientos sean

imprevisibles, sino que simplemente aún no hemos descubierto las leyes que

permitan preverlos. A esto se opondrá Prigogine: el caos es imprevisible por

naturaleza, puesto que para preverlo sería necesaria una cantidad infinita de

información. Poincaré también dirá que un pequeño cambio en las condiciones

iniciales puede producir un enorme error en las últimas, con lo cual los

fenómenos se vuelven impredecibles.

Pequeños cambios en las condiciones iniciales pueden generar grandes diferencias en un estado posterior

Este

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