Teoria Del Simio Acuatico
Enviado por emanuelotaku2013 • 21 de Septiembre de 2013 • 2.712 Palabras (11 Páginas) • 866 Visitas
Hipótesis del simio acuáticoDe Wikipedia, la enciclopedia libre
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Orangután.La hipótesis del simio acuático (AAH por sus siglas en inglés), o teoría del simio acuático como es frecuentemente llamada, es una hipótesis que trata de indicar y mantener que los antecesores inmediatos de los humanos y otros homínidos vivieron por un tiempo significativo en un ambiente semiacuático sobre la costa africana (entendiendo por semiacuático la alternancia de periodos en tierra y periodos en el agua para huir de depredadores o buscar crustáceos). Indicando que este hipotético hecho habría influido en su evolución, debido a que en este ambiente habrían tenido que obtener la mayoría de sus alimentos de la zona costera y lagunas poco profundas tierra adentro, antes de que sus descendientes homínidos regresaran a una existencia más puramente terrestre.
Esta es una posición que actualmente no es sostenida por la biología, ni la antropología (disciplina especializada en el tema); y más bien permanece viva principalmente en la literatura comercial y no científica.
Índice [ocultar]
1 Historia
2 Descripción de la teoría
2.1 Supuestos argumentos en contra de la "hipótesis terrestre"
3 Objeciones a la AAH
4 Discusiones
5 Referencias
6 Véase también
7 Enlaces externos
Historia[editar · editar código]Cuando se formuló la hipótesis del simio acuático, el punto de vista convencional y el mayoritario de la evolución humana, era que los primeros homínidos evolucionaron en las sabanas africanas (Esta teoría de las sabanas africanas posteriormente evolucionaría en una teoría científica que actualmente postula que los homínidos evolucionaron en la selva o en un ambiente semiselvático, presentando un origen terrestre sin influencias semi-acuáticas en su evolución).
Max Westenhofer en el año 1942, en el The Road to Man (Der Eigenweg des Menschen) sería quién originalmente sugirió la hipótesis del simio acuático. Sin embargo esta fue dada más a conocer en 1960, por el biólogo marino Sir Alister Hardy (1896-1985), cuando aún no existía toda la información recopilada actualmente sobre la evolución humana; la cual llevaría a postular su origen selvático.
Posteriormente, la escritora feminista Elaine Morgan reviviría la hipótesis de una forma considerada actualmente pseudocientífica; al desarrollar y promocionar la AAH en su primer libro sobre el tema, The Descent of Woman (La Descendencia de la Mujer), en 1972. Posteriormente escribiría otros libros que seguirían esta temática: The Aquatic Ape (El Simio Acuático) en 1982, The Scars of Evolution (Las Cicatrices de la Evolución) en 1990, y The Aquatic Ape Hypothesis (La Hipótesis del Simio Acuático) en 1997.
Descripción de la teoría[editar · editar código]La hipótesis del simio acuático propone los siguientes argumentos principales:
Desnudez: De los cientos de especies de primates, los humanos somos la única especie en la cual el pelo corporal no cubre la casi totalidad del cuerpo. Los únicos ambientes conocidos que dan lugar a mamíferos así "desnudos" son el acuático y el subterráneo. Otros mamíferos sin pelo corporal son, o totalmente subterráneos (naked mole rat, rata "topo" sin pelo), o nadan (ballena, delfín, morsa y manatí), o vadean (hipopótamo, cerdo y tapir), o buscan el lodo y el agua con regularidad (rinoceronte y elefante).
Bipedismo: Los humanos somos los únicos mamíferos bípedos existentes. Aunque esto nos provee con la habilidad para utilizar herramientas mientras caminamos o corremos, también tiene como consecuencia directa los siguientes problemas: problemas de la espalda y espina dorsal, várices, hemorroides, hernias y problemas al dar a luz.
Ya que la evolución trabaja sólo a pasos pequeños, es difícil (para los partidarios de la hipótesis del simio acuático) imaginar cómo el bipedismo pudo haber evolucionado en la sabana: la masa del tronco hace que este modo de locomoción sea inherentemente inestable. El agua, en cambio, sostiene al cuerpo en tal posición.
Respiración: Con la excepción de los humanos, los mamíferos terrestres carecen de control consciente y voluntario sobre la respiración. El control de los humanos sobre su aparato respiratorio es similar al de los mamíferos acuáticos que inhalan tanto aire como necesitan para zambullirse, para luego retornar a la superficie por más.
Grasa: Los humanos tenemos diez veces más grasa corporal que la que es normal para un animal terrestre de nuestro tamaño. Somos, por mucho, los más obesos de los primates. Mientras que los mamíferos terrestres que hibernan poseen una capa de grasa estacional, los humanos, como los mamíferos acuáticos, retenemos nuestra grasa durante todo el año.
Las lágrimas y la sudoración excesiva: estos procesos biológicos son consideradas como ulterior evidencia en favor de la hipótesis. Los proponentes de la hipótesis también mencionan la porción de piel entre el dedo pulgar y el índice humanos, la cual parece no tener valor aparente en tierra.
Partos acuáticos: en muchos hospitales hay bañeras preparadas para el momento del parto, ya que el agua no entraña problemas para el bebé, y la madre sufre menos dentro del agua. El parto además es más rápido. No se sabe bien por qué pasa esto, pero esta característica humana podría ser una herencia de un simio que pasara parte del tiempo en el agua.
Fósiles: Una dificultad al evaluar esta hipótesis es que los lugares que sugiere como posibles fuentes de fósiles relevantes se encuentran en su mayoría bajo el nivel del mar en la época presente, sugiriendo que de hallarse fósiles que apoyaran esta teoría habría de buscarlos en las costas africanas de hace un millón de años.
Facilidad para la natación: Esta hipótesis , dicen sus defensores, explica la razón de que nos movamos tan fácilmente en el agua -aun incluso en los primeros meses de vida-, mientras que nuestros más próximos parientes, los chimpancés, lo hacen torpemente, ahogándose al poco tiempo.
Supuestos argumentos en contra de la "hipótesis terrestre"[editar · editar código]Desnudez: La explicación terrestre usual (conocida como la "hipótesis termoregulatoria") es que esto sucedió para perder calor - los humanos sudamos más por unidad de área que cualquier otro mamífero, y los proponentes de esta idea proponen que esto nos hace particularmente efectivos al intentar permanecer activos durante el calor del día africano. Una capa de pelo reduciría la efectividad de esto (el sudar humano puede ser visto como un análogo de los comportamientos
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