VIAS DE DOLOR Y OPIOIDES
Enviado por Edwin Corrales Iriarte • 2 de Abril de 2017 • Documentos de Investigación • 2.913 Palabras (12 Páginas) • 298 Visitas
DOLOR
Introducción
EL dolor es la sensación más temida por el hombre e inherente a cualquier proceso patológico; y es indudable que nuestros animales de compañía también la perciben de igual manera, con intensidades diversas, teniéndola y temiéndola de igual manera que los humanos. si dejamos que nuestros pacientes lo sufran, es por una falta de apreciación y observación para transcribir las manifestaciones de los animales o por una falta de sensibilidad personal; de cualquiera de las dos maneras todos los veterinarios, dentro de nuestra ética profesional debemos evitar el sufrimiento de nuestros pacientes, por lo que estamos obligados a esforzarnos en aprender a saber interpretar las reacciones frente al dolor de nuestros pequeños animales, así como tratarlo
Definición.
Es una experiencia sensorial o emocional desagradable asociada con un daño tisular percibido o real. Hasta que el estimulo nocivo no se reconoce en la corteza cerebral no se produce respuesta ni adaptación.
EL dolor es una sensación que contribuye a la supervivencia, ya que nos informa de las posibles amenazas externas e internas que se dirigen a nuestro organismo; y es está desagradable sensación la que a los veterinarios más nos interesa, pues podemos y debemos ser capaces de evitársela a nuestros pacientes. Para ello tenemos que conocer el mecanismo por el cual se produce, qué estructuras lo detectan, cómo se transmite esta información, cómo se procesa, los tipos,... en definitiva, conocer la fisiología del dolor.
La experiencia del dolor es integrada en los centros corticolimbicos del cerebro. La transmisión del dolor esta sujeta a fenómenos modulatorios que se producen en la periferia y en las diferentes estaciones de relevo del SNC, como él asta dorsal de la medula, relevos supraespinales como el tronco encefálico y el tálamo y las propias estructuras corticolimbicas.
Clasificación.
Al hacer una distinción entre los diferentes tipos de dolor hemos de tener en cuenta que éstos van a estar definidos, por su curso temporal (dolor agudo o crónico), por su localización (dolor somático o visceral) y si éste es fisiológico o patológico (dolor nociceptivo o neuropático).
Agudo: es el más común pero el menos amenazador, se debe a un daño tisular somático o visceral y su curso temporal sigue el proceso de reparación de la lesión, desapareciendo al sanar el tejido. Es el que sigue a los traumatismos, la cirugía, etc. Puede ser aliviado rápidamente con analgésicos.
Crónico: dolor debido a un desorden fisiológico de larga duración que persiste al menos un mes después de producirse la lesión y que se mantiene después de haberse sanado o un desorden emocional que comienza lentamente y es difícil de tratar. Generalmente, es un síntoma de una enfermedad crónica subyacente sin necesidad de lesión.
Somático: Este tipo de dolor afecta a piel, músculos, articulaciones, ligamentos y huesos. El dolor somático, por su localización, puede ser superficial y profundo.
Visceral: proviene de las vísceras abdominales o torácicas y se asocia principalmente con la irritación de las serosas.
Fisiológico o nociceptivo: forma de dolor presente en todos los animales normales como consecuencia de la aplicación de estímulos que producen daño o lesión en la superficie o el interior del organismo. Este dolor es el resultado de la activación por una lesión tisular de los nociceptores periféricos, somáticos o viscerales y de las vías centrales y estructuras del SNC que conducen a la percepción dolorosa. Puede generar respuesta neuroendocrina como el aumento en la secreción de glucocorticoides y la activación del sistema simpático y aumento del umbral del dolor que prepara el individuo para la lucha o la huida. Normalmente va acompañado de inflamación.
Patológico o neuropático: es aquel en que la etiología predominante es siempre el resultado de una enfermedad o de una lesión del sistema nervioso, ya sea de los nervios periféricos o del propio SNC, dando lugar a un funcionamiento anormal de las vías nociceptivas que determinan tales percepciones dolorosas. Un claro ejemplo de dolor neuropático es el denominado síndrome del “miembro fantasma”, llamado así porque tras la amputación de un miembro el individuo sigue refiriendo tener sensibilidad procedente de las diferentes partes del miembro amputado.
Las sensaciones dolorosas y los mecanismos de respuesta pueden dividirse en las siguientes categorías:
Nociceptores: que detectan y filtran la intensidad del estimulo nocivo
Receptores aferentes primarios: transmiten los impulsos al SNC
Vías ascendentes: forman parte del asta dorsal y medula espinal y que transmiten el estimulo a los centros superiores en el cerebro.
Centros superiores: que están implicados en la percepción del dolor, la memoria y el control motor.
Sistemas moduladores o descendentes: que son centros de procesamiento, memorización, y modificación de los impulsos recibidos.
Los Receptores Sensoriales son estructuras situadas en lugares estratégicos de la superficie o en el interior del organismo, con porciones de su membrana especializada en la transformación (traducción) de muy variadas formas de energía (electromagnética, térmica, mecánica o química)”, en señales nerviosas que aportan al Sistema Nervioso Central (SNC) la información de numerosos acontecimientos externos e internos, contribuyendo al conocimiento que los seres vivos tienen del medio ambiente y proporcionando los recursos necesarios para la supervivencia. Dependiendo de su modalidad se clasifican en:
Mecanonociceptores o nociceptores mecánicos: de alto umbral, generalmente asociados a fibras tipo A-δ, que responden a estímulos mecánicos de alto umbral.
Nociceptores polimodales, generalmente asociados a fibras tipo C, aquellos que responden a estímulos mecánicos (pinchazos, golpes, etc.), térmicos (calor y frío por encima de 45°C, y por debajo de 18°C, respectivamente) y químicos (agentes mediadores de la inflamación).
Nociceptores silentes: que son sensibles a estímulos químicos, pero no a estímulos mecánicos en condiciones normales, y que adquieren la capacidad de excitarse mecánicamente tras la lesión tisular o dura n te un proceso inflamatorio. ejemplo: el dolor que producen los movimientos normales en los procesos artríticos.
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