Empleos digitales

3.1. Empleos decentes

El trabajo decente es fundamental basándonos en la justicia y desarrollo social y económico equilibrado, pues este impulsa a que la persona tenga un espíritu, un crecimiento empresarial, asimismo las creaciones de estos empleos ayudan a que se brinde una vida decente tanto a trabajadores como sus familias y de igual forma estos tengan el respeto a sus derechos en el lugar de trabajo, esto incluye a la no discriminación, la participación y la protección social (Montenegro y Rosales, 2021, p. 8).(10)

Según Montenegro y Rosales (2021) (11) “el empleo decente juvenil, representa una prioridad en los países en crecimiento económico, debido a que esta población es un activo importante que coopera y es de suma importancia en el desarrollo de los países que cuentan con poblaciones jóvenes y que generan gran demanda de mano de obra”.

3.1.1. Derechos laborales

Cuando hablamos de violencia contra las mujeres con respecto a los puestos de trabajo, pues es un tema que hasta la actualidad sigue siendo ocultado, el hostigamiento sigue vigente pese a los cambios que ya se fueron presentando con el paso de los años y el ámbito laboral.

Según Blanco, Marian (2021) (12) no dice que “Las legislaciones de los países y de Organismos Internacionales como la OIT se han venido preocupando durante los últimos años en la prevención, investigación, sanción y erradicación de esta problemática, que no solo trae efectos negativos en las personas que lo sufren, sino también en las organizaciones”.

Como bien se sabe el trabajo estuvo masculinizado, desde tiempos antiguos, pues se sabía que los varones eran los que participaban en eso y las mujeres estaban dedicadas a lo que vendría siendo en trabajo doméstico como también al reproductivo (Blanco, Marian, 2021, p.154). (13)

Como nos menciona Blanco, Marian (2021) (14) “la concentración de mujeres en algunos tipos de empleo venía de la mano con una diferencia salarial y de estatus en comparación con los hombres. Se habla de dos mercados de trabajo: uno masculino, calificado y valorado, y; otro femenino, subcalificado, mal pagado y devaluado”. Después de lo mencionado se sabe que la integración de las mujeres en este ámbito se dio de forma desigual, pues se para ellas se presentaba los desempleos, trabajos limitados, sueldos bajos o bien propio dicho la oposición por parte de los varones (Blanco, Marian, 2021, p.154). (15)

Si hablamos de los derechos laborales debemos tener en cuenta a las personas con discapacidad, Laura, William; García, Silvia; Flores, Amit (2023) (16) nos menciona que “No basta que se garanticen los derechos, mediante programas sociales que den atención limitada a sus necesidades, sino que, además, deben ser reconocidas como una subcultura con identidad.

"La CEPAL ha enfatizado en el vínculo imprescindible entre el efectivo goce de todos los derechos humanos de las mujeres y la capacidad de tomar decisiones libres e informadas sobre su vida como medio para alcanzar la autonomía. Al mismo tiempo, la autonomía de las mujeres en los diferentes ámbitos refuerza las condiciones para el ejercicio de los derechos y una ciudadanía activa en el marco de democracias paritarias y patrones de desarrollo sostenibles” (Güezmes, Ana; Scuro, Lucía; Bidegain, Nicole, 2022, p.314). (17)

Según menciona Salas (2021) (18) “los preceptos y derechos fundamentales que tienen que ver con el trabajo se reconocen como derechos humanos en fuentes del derecho internacional. Están infundados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como en varios tratados fundamentales por el mismo concepto. Lo que quiere aseverar esta fuente es que el trabajador está amparado por muchas legislaciones con la finalidad de brindar protección y garantía en su rol laboral”.

Por otro lado, tenemos que “el literal a) del artículo 7 del Protocolo Adicional en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador) del año 1988, prescribe el derecho a percibir un salario equitativo e igual por trabajo igual, sin ninguna clase de distinción. Paralelamente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitió una serie de convenios que el Estado peruano a aprobado y ratificado, como: el número 100 sobre igualdad de remuneración entre hombres y mujeres, el número 111 sobre discriminación en materia de empleo y ocupación, o el número 183 relativo a la protección a la maternidad”. (Arenaza, Miguel, 2023, p.230) (19)

3.1.2. Oportunidades de empleo e ingresos libres

El emprendimiento empresarial independiente según la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2021) (20) nos dice que “se destaca como importante esta forma de inclusión de los jóvenes al sector productivo, constituyéndose un proceso que favorece al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, por los cuales se reduciría la pobreza, la desigualdad de género, la explotación laboral y otros.

“El aporte de Joseph Schumpeter, para quien el emprendimiento es la alteración o revolución productiva que explota un invento o reforma uno preexistente, siendo un generador del cambio y de las nuevas oportunidades” (Mendieta, Patricio, 2023, p.119). (21) Por otro lado, “el emprendimiento por oportunidad nace de la percepción de las necesidades insatisfechas del mercado y la factibilidad de satisfacerlas, sustentada en la aspiración de logro, independencia y desarrollo social” (Mendieta, Patricio, 2023, p.119). (22) Según la idea que el financiamiento es un aliado estratégico que se vincula de manera directa en el desarrollo de los emprendimientos como en cada negocio que se forma con el objetivo de generar beneficios que sean perdurables y satisfactorios tanto desde el punto de vista económico y financiero” (Vergara, 2020). (23)

Como bien dice Hernández, Marco (2022) (24), el desafío en América Latina es reducir la pobreza, por lo cual se ponen en énfasis la reducción de brechas sociales, económicas y financieras; es así como la participación de las personas es vital, ya que son ellos mismos los que generar nuevas experiencias exitosas.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2019), las micro y pequeñas empresas (Mypes) generan cerca del 56% de la totalidad del empleo en el mundo, en América Latina y el Caribe, más del 63% y en Perú cerca del 74%, siendo la principal generadora de nuevos puestos de trabajo” (Ramírez, Miguel; Paredes, Marco; Cárdenas, Víctor; Palomino, Antonio; Alania, Rubén, 2022, p.487). (25) De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) “el sector microempresarial se constituye en riesgo potencial para el sector financiero, ya que existe alta probabilidad de que se conviertan en activos improductivos” (Soriano, 2020). (26) “Generando para la pyme un efecto perjudicial en su nivel de inversión a corto plazo” (Nicolas, 2022) (27); sin embargo, “las pymes de nueva creación están optando por fuentes de financiamiento no tradicionales como el de inversores filantrópicos, generando así una estructura de capital diferenciada” (Venancio y Jorge, 2021). (28)

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