Memorias de mis putas trsites

“MEMORIA DE MIS PUTAS TRISTES”
















PAOLA MARITZA JEJÉN BARRERA
















CENCABO
CENTRO DE CAPACITACION BOLIVAR
TECNICAS DE REDACCION Y ORTOGRAFIA
SOACHA CUNDINAMARCA
2021

“MEMORIAS DE MIS PUTAS TRSITES”











PAOLA MARITZA JEJÉN BARRERA

FABIOLA ESGUERRA MARTINEZ
DOCENTE

CENCABO
CENTRO DE CAPACITACION BOLIVAR
TECNICAS DE REDACCION Y ORTOGRAFIA
SOACHA CUNDINAMARCA
2021

Contenido

INTRODUCCION        4

MEMORIAS DE MIS PUTAS TRISTES        5

CONCLUSIONES        7

BIOGRAFIA DE GABRIEL GARCIA MARQUEZ        8

OBRAS ELABORADAS DURANTE SU CARRERA        9

BIBLIOGRAFIA        11

WEBGRAFIA        11

INTRODUCCION

La vejez y el amor son dos términos que ser interpretados de diferentes maneras, según los puntos de vista tan diversos en cada persona.
La vejez es algo a lo que muchos temen, pues se piensa que al llegar a esa etapa de la vida nos veremos como una carga para quienes nos rodean y seremos prácticamente incapaces de realizar las actividades que hacíamos durante los vigorosos años de juventud, ahora seríamos vistos con ojos de lastima y compasión; mientras que por otro lado está el amor, ese sentimiento que todos hemos experimentado en algún momento de la vida, y que puede traer tanto alegrías como lamentos, en el amor se busca satisfacer la necesidad de encontrar “un complemento” de nuestras vidas, sentirnos queridos e importantes para el otro y que de esa misma manera sentir que tenemos un aire para seguir, el amor es libre y así hace sentir al que lo vive. La situación que se nos plantea en el libro “Memorias de mis putas tristes” es ¿Cuál sería el grado en la lucha por encontrar el amor, en un hombre el cual nunca a conocido este sentimiento?; este fantástico libro de Gabriel García se nos habla sobre la libertad de la sexualidad con una falta de cariño, nos habla sobre los lamentos de la vejez al pensar como hubiesen sido las cosas si se hubiera tenido el valor de actuar diferente.

MEMORIAS DE MIS PUTAS TRISTES

Esta obra está basada en una novela japonesa (La casa de las bellas durmientes), la cual relata la historia de un anciano solitario que solía acudir a un sitio donde los hombres mayores pagaban por estar con mujeres más jóvenes y de esa forma sentirse tan jóvenes como en su pasado.
El escrito de García Márquez se desarrolla en la ciudad de Barranquilla (Colombia) aproximadamente sobre el siglo XX. La novela está redactada de tal manera que nos podemos sentir atrapados dentro de la misma desde el preciso momento en que se inicia su lectura, algo muy típico en los escritos de Gabo, pero en este caso es tanto lo que nos lleva dentro de la historia que podemos tomar un punto de vista dentro de esta.
Su personaje principal es un hombre de 90 años, el cual como muchas personas a esa edad siente la frustración de las decisiones que pudo haber tomado en su juventud, además de sentir el peso de sospechar ser una carga para los que le rodean, a estos aspectos se le suma el presentimiento de saber que están más prontos a despedirse de la vida; por esto el personaje de esta novela toma la decisión de que en el día de su cumpleaños número 90 se obsequiaría a sí mismo una noche de amor y aventura con una joven virgen, así que se dirige al burdel de una vieja amiga, Rosa Cabarcas era quien tenía y proveía las mejores mujeres de todo el pueblo. Para poder darse su regalo, nuestro personaje nonagenario llama a Rosa, a lo que ella le empieza a ofrecer la variedad de mujeres que tiene disponibles para tan especial evento, pero el viejo solo quería y necesitaba “Una sin usar” como el solía referirse a una adolescente virgen, a lo que Rosa accede y se compromete a tener lista lo más pronto posible. Rosa Cabarcas consigue para el anciano una niña de tan solo 14 años algo con lo que él no tenía ningún inconveniente.
El sexo es algo que puede generar una obsesión irremediable y es tanto así que el personaje empieza a recordar y hablar sobre sus momentos de cama los cuales no tenían nada que ver con el amor o la pasión, solo tenían un objetivo: El dinero y el placer.
Este anciano tiene una costumbre muy particular, ya que cada vez que termina de tener relaciones con una mujer, siempre debe pagarles aunque no sea el caso o la situación para hacerlo. Aquel hombre nunca vivió una relación sería, lo más cercano a esto fue un lazo de amistad que tenía con su amiga Damiana, la cual trabajaba para él y que en un arrebato el anciano la toma por detrás y esta con ella. Tras este incidente decide aumentar el salario de Damiana luego de que ella no le recibiera el pago que ofreció por tener sexo.
Aquel viejo escribía una columna todos los domingos para un periódico, escribía sobre temas de política, música y cultura. Pero en aquella fecha en que cumplía sus 90 años decidió escribir sobre la vejez. Cerca de las 10 de la noche de ese día, el personaje se encamina hacia el burdel de Rosa, donde tendría la cita con aquella joven chica de tan solo 14 años. Al llegar al lugar mantiene una extensa conversación con su amiga Rosa, acerca de sus vidas, al parecer para ellos nada había cambiado a pesar de los años que llevaban encima. Cabarcas lo lleva al cuarto donde esperaría la pequeña joven, postrada en una cama, profundamente dormida después del somnífero que Rosa le dio a beber.
Una vez estando a solas con la chica el viejo se compadece de ella y decide no obligarla a nada, a la mañana siguiente deja el dinero para la pequeña en un lugar donde sea visible y se marcha hacia su hogar, con la tarea de finalizar su columna dominical para el periódico. En las siguientes líneas de la historia se dedica un gran espacio a dar una descripción de la vida del anciano.
Un día su vida estuvo a punto de cambiar cuando al entrar a una habitación encuentra a una joven llamada Ximena Ortiz recostada desnuda sobre su cama, esta mujer le acosaría a tal grado de pedirle que se casara con ella, a esto él accede, pero el día de la boda decide dejarla plantada porque él sabía que no contaba con suficiente amor para brindarle a ella.
Ya pasado un tiempo de lo ocurrido con la niña a la que a propósito él había nombrado como “Delgadina”, Rosa le indica que puede volver al burdel y ver a la niña, pero esa vez todo gratis. Cerca de las 10 de la noche el anciano llega nuevamente el burdel, sin embargo, la sensación de querer esta con la pequeña no tenía tanta magnitud como la vez anterior, al contrario, esta vez solo sentía la sensación de querer admirarla e idolatrarla. Luego de pasada la noche, se dio cuenta de que la niña seguía con su virginidad intacta.
Las columnas dominicales se volvieron más alegres y ahora eran bien recibidas por el público joven, los mismos quienes antes habían solicitado que las retiraran. ¿Pero qué era lo que provocaba que la vida del viejo ahora fuera tan alegre? Es algo sencillo, Delgadina le brindaba todo aquello que nunca había llegado a sentir, ella se había convertido en su inspiración, esto a pesar de que siempre la viera dormida, así le gustaba verla y así quería tenerla para siempre. El viejo se estaba empezando a enamorar de la pequeña.
La relación entre el anciano y la joven se mantuvo durante casi un año, un año en el cual nunca llego a tocarla, únicamente se dedicaba a admirarla mientras dormía, dándole un nuevo punto de vista sobre la vida a través del sentimiento primíparo de amor. Un día el burdel se ve envuelto en un coctel de desastres, lo que provoca que no pueda ver a Delgadina durante mucho tiempo, pero un día el anciano en su desespero por verla se contacta con Rosa, la cual lo invita a verla. Durante aquel momento esperado y el encuentro logra ver una Delgadina más desarrollada, lo que lo hace pensar que su amiga Rosa había vendido la virginidad de la niña para poder librarse de la prisión con el dinero que le dieran por ella, esto le provoco un sentimiento de impotencia al viejo lo que lo llevo a destrozar el cuarto que con tanto cariño había construido para la chica, posteriormente y luego de ver semejante situación Rosa le explica realmente como se libró de ir a prisión, lo que le da un aire de tranquilidad al anciano. Una vez caída la noche nuestro viejo personaje se prepara para su ultimo respiro en esta vida, así que decide recostarse junto a Delgadina y tomarla de la mano, y tras las doce campanadas y sentir que había muerto es despertado por el canto de los gallos, esto lo llena de júbilo al saber que había sobrevivido a sus noventa años.

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