4 Crimines, 4 Poderes
Enviado por argelima • 22 de Octubre de 2012 • 1.107 Palabras (5 Páginas) • 736 Visitas
4 Crímenes, 4 Poderes
Jamás se imaginó el Comisario de policía de investigaciones de Venezuela, Fermín Mármol León, que su libro “4 Crímenes, 4 Poderes” (Editorial Fuentes, Caracas/1.978), se iba a constituir en el mayor aporte escrito, con un alto e indiscutible valor histórico y como el poder eclesiastico logró desviar la justicia, aún cuando este crimen cometido por el padre Luis Ramón Biaggi Tapia violando y asesinando a su hermana Lesbia María Biaggi Tapia, de manera tan brutal y grotesca.
Lesbia Biaggi era oficinista, natural de Pariaguan, Estado Anzoategui, de 24 años, quien fue hallada muerta en su habitación la mañana del 15 de Octubre de 1961, cuyo cuerpo presentaba cinco (05) puñaladas; una de ellas, la que le afectó el costado izquierdo, fue la única mortal.
Luis Ramón Biaggi Tapia, un sacerdote ordenado el 31 de Julio de 1956, con 28 años de edad para la fecha del crimen, parroco de Santa Teresa, en Ciudad Bolívar, cuando es violada y asesinada su hermana y resulta incriminado por la comisión de ese delito. Estuvo preso durante dos (02) años y confinado durante un año y medio mas, hasta que en 1964, un juzgado determinó que no habían pruebas concluyentes que lo señalaran como causante del crimen, siendo esta la frase inolvidable utilizada por el juez: “Es preferible absolver un culpable a condenar a un inocente”.
En su libro, el cual se puede calificar como de una narrativa sin mayores alardes intelectuales, pero que, sin duda alguna, es un crudo testimonio de primera mano y bien logrado de un hombre ganado para el ejercicio honorable y recto de la función policial, quien advierte en esa obra que en su diario trajinar de su carrera, encontró siempre el apoyo absoluto y la disposición de enfrentar con coraje y decisión inquebrantables retos que se le presentaban en materia de investigaciones criminales. La camaradería y el sentido de equipo en el marco de la mayor responsabilidad era lo que prevalecía en la actividad cotidiana de lo que para la época se llamó Cuerpo Técnico de Policía Judicial (PTJ), así como el más alto orgullo para quienes debían asumir la responsabilidad de conducir las investigaciones que fueren, independientemente de la gravedad de los supuestos delitos cometidos y de quienes pudieran ser sus autores. Quizás hubo perversiones de todo calibre en el manejo de ese Cuerpo Policial para el momento en que ocurrieron esos episodios, pues no había razones para que lo grotesco y abominable de ese período signado por las acciones de una democracia vacía, que hemos dado en llamarla de papel, no se reflejaran en su conducción. Pero Mármol León tan sólo se detiene en esas páginas a relatarnos los pormenores de unos delitos cometidos en contra de la vida de unos seres humanos, los cuales él vivió y padeció, con valentía, sin duda, y ese es su mérito.
Todos esos abominables crímenes fueron resueltos policialmente bajo la conducción directa de Mármol León, pero ninguno de sus autores pagó sus crímenes. Los tribunales de justicia actuaron como celestinas de los poderes militar, eclesiástico, político y económico de una nación, cuyos dirigentes gritaban a los cuatro vientos que vivían bajo un régimen democrático ejemplar.
Esos crímenes que quedaron impunes gracias a la presión de los poderes que siempre han controlado los países del tercer mundo, así
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