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Haciendo una referencia sobre los conocimientos obtenidos gracias a nuestro autor suscitado, en este caso hablando de, “los mandamientos del abogado”, Eduardo j couture. Podemos comprender que la abogacía no solo responde a las cuestiones laborales que cada abogado debe desempeñar, más bien couture la identifica como una serie de mandamientos hace del abogado su esencia, ya que todo abogado debe realizar estos diez mandamientos que nuestro autor maneja como esenciales, al desempeñar cualquier cargo. Aludiremos a los diez mandamientos esenciales que nos proporciona nuestro autor, pone en primera instancia el estudio, el trabajo, luchar, ser real tolerar, tener paciencia y con ello fe, olvidar pero sobre todo amar tu profesión. Cada uno de estos 10 mandamiento couture las defina de manera muy particular pero que a mi criterio se singularizarían e un aspecto más ético.

Couture nos hace referencia a uno de sus mandamientos en donde dice que, “a causa de que el derecho es cambiante; si como abogado no sigues sus pasos cada día serás menos abogado”, ¿Qué nos quiere decir couture con esta aseveración en el primero de sus mandamientos?, creo que es muy remarcado el mensaje que nos da nuestro autor, pues hablamos precisamente del primer mandamiento que es el “estudio” ¿Cómo ser abogados sin estudiar? A mi criterio esta es una muy buena aseveración a esta rama como lo es la abogacía, ya que está determinada la cantidad de aprendizajes y saberes que una persona conlleva, ya que únicamente el estudio hará hacer conocedor del derecho. Pero el autor nos dice que no solo se necesita del estudio para ser conocedor, pues nos dice que el abogado siempre debe preservar una virtud más importante aun que es el “pensar” y con ello hablaremos del segundo mandamiento, pues para hacer efectivo una buena abogacía no solo se necesita estudiarla sino pensarla, ya que el proceso escrito es un libro cuyas principales paginas han sido pensadas por los abogados. Y de pensar también aludimos al análisis y comprensión que cada abogado tiene para cada una de sus jurisprudencias, es decir a pesar de los tantos conocimientos adquiridos estos también usan el llamado método del pensar. Hay una opinión en la lectura que a mi criterio desglosa y define la labor tanto del abogado como del juez pues la pone como un claro ejemplo de lo que es penar pues nos dice que, “el abogado transforma la vida en lógica y el juez transforma la lógica en justicia”.

El pensar del abogado no es pensamiento puro, ya que el derecho no es la lógica pura: su pensar es, al mismo tiempo inteligencia, intuición, sensibilidad y acción. La lógica del derecho no es una lógica formal sino una lógica viva hecha con todas las sustancias de la experiencia humana; esto nos lo resume nuestro autor como la más clara definición del pensar.

Ahora bien nos enfoquemos a otro mandamiento importante que en este caso es el tercero y se hace llamar “trabajo”, el trabajo para un abogado es muy abundante pero nuestro autor hace una cierta observación, la cual nos dice que de cada cien asuntos que pasan por el despacho 50 no son judiciales, nos da a entender con esto que las funciones del abogado no solo se tratan de resolver problemas de manera jurisdiccional, sino de orientar, dar consejos, e ideas en materias de negocios asuntos de familia, prevención de conflictos futuros etc. Y en todos los casos la ciencia sede su paso a la prudencia. Posteriormente nos encontramos con otro aspecto esencial para la abogacía que es “luchar” pues nuestro autor denomina este aspecto como fundamental ya que un jurista siempre está en constante lucha ya sea en la litis o en la protección de un individuo, pero es importante que al momento de luchar los abogados sepan cual es su único objetivo en sí de su lucha, que no es precisamente ganar fama, ganar el caso por la recompensa monetaria, etc. El autor nos trata de profundizar en algo mas hondo, y en este sentido nos enfocaremos a la justicia, ya que para un abogado es de vital importancia tomar en cuenta como principal aspecto la “justicia”

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