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Castellano


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  4.618 Palabras (19 Páginas)  •  290 Visitas

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Polémica en torno a español o castellano

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Mapa del uso de la palabras "castellano" y "español".

La polémica en torno a los términos español y castellano se basa en la disputa para decidir si resulta más apropiado («correcto») denominar a una de las lenguas hablada en España, en Hispanoamérica, en Guinea Ecuatorial y en otras zonas hispanohablantes «español» o «castellano», o bien si ambas son formas perfectamente sinónimas y aceptables.

Índice

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* 1 Introducción

* 2 Antecedentes

o 2.1 España

o 2.2 Castilla

o 2.3 Otros análisis

* 3 Algunas razones de la controversia

* 4 Preferencias de uso

o 4.1 Las academias de la lengua

o 4.2 La Constitución española

o 4.3 Las Constituciones hispanoamericanas

o 4.4 Las Constituciones africanas

* 5 Referencias y notas

Introducción [editar]

Como muchas de las controversias relacionadas con la denominación de una lengua identificable con un determinado territorio (español con España, y castellano con Castilla), o que lleva aparejada una ideología o un pasado histórico que provoca rechazo, o que implica una lucha en favor de una denominación única para facilitar su identificación internacional y la localización de las producciones en dicha lengua (por ejemplo, en redes informáticas), algunas corrientes de opinión consideran la controversia como extralingüística.

Antecedentes [editar]

España [editar]

Provincia administrativa de la Hispania romana tras la reforma diocenaria.

Hispania era el nombre dado por los fenicios a la península Ibérica, posteriormente utilizado por los romanos, y parte de la nomenclatura oficial de las tres provincias romanas que crearon ahí: Hispania Ulterior Baetica, Hispania Citerior Tarraconensis e Hispania Ulterior Lusitania. Posteriormente se crearon las provincias Carthaginense y Gallaecia.

El nombre de España deriva de Hispania, nombre con el que los romanos designaban al conjunto de la península Ibérica, término alternativo al nombre Iberia preferido por los autores griegos para referirse al mismo espacio. Sin embargo, el hecho de que el término Hispania no es de raíz latina ha llevado a la formulación de varias teorías sobre su origen, algunas de ellas controvertidas.

Después del Imperio Romano, según cuenta San Isidoro, con la dominación de los visigodos se vuelve a acariciar la idea de la unidad peninsular y se habla por primera vez de la madre España, que igualmente incluye la actual Portugal. La posterior invasión musulmana siguió utilizando el mismo término como raíz (Isbāniyā), y al comienzo del proceso reconquistador los cristianos a menudo denominaban España a los territorios todavía no conquistados como las tierras de España (inicios del siglo XII), aunque al acabar el siglo pasaron a denominar como los cinco reinos de España a León, Castilla, Navarra, Portugal y Aragón.

A lo largo de la Historia, diversos Estados y multitud de pueblos asentaron en la Península Ibérica sus instituciones políticas. Dado que algunos desaparecieron y otros evolucionaron, no existe consenso historiográfico a la hora de precisar en qué momento temporal se puede situar el origen o fundación de España como país (nación o Estado),[1] hasta el punto de que incluso se baraja la posibilidad de que tal momento no se pueda precisar, por entender que España es el fruto de un proceso evolutivo.

Existen cinco propuestas principales para situar el momento a partir del cual se puede hablar de España como país: la época del Reino visigodo de Toledo; la unión de las coronas de Castilla y de Aragón a partir de los Reyes Católicos; la existencia de un primer monarca común, Carlos I; la pérdida de la mayoría de territorios europeos extrapeninsulares con motivo de la Guerra de Sucesión unida al cambio organizativo y político que el centralismo de Felipe V supuso; y la Guerra de Independencia y consiguiente promulgación de la Constitución de Cádiz.

En 1572, el escritor Luís de Camões después de más de 25 años de trabajo termina su obra Os Lusíadas (Los de Lusitania), canto épico sobre la hazaña de Vasco de Gama. Algunos consideran que en esa época los portugueses se consideraban españoles pese a ser un reino independiente,[2] y ven en esta cita una señal de que empiezan a percibir como un peligro para su lusidad los intereses castellanos con y para la península. Sin embargo, la cita menciona a todos los reinos de la península salvo al lusitano.

Ya desde temprano se comienza a hablar de España en el exterior. La palabra «español», el gentilicio, es un término provenzal que se comienza a usar en el s. XI. Antes de que aparezca el concepto de español entre los reinos peninsulares cristianos, en Europa ya se habla de España en términos adulatorios o despectivos cuando sus reinos comienzan a extenderse. Guicciardini y Castiglioni en el s. XVI se refieren a una nación española.

Castilla [editar]

Castilla es el nombre de una región histórica española de límites difusos, resultado de la evolución del primitivo y reducido Condado de Castilla (siglos IX a XI), pasando por el Reino de Castilla (siglos XI a XIII), la extensa Corona de Castilla (siglos XIII a XIX), las regiones de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva (siglos XIX a XX), y diversas autonomías que así se autodefinen en sus estatutos (a partir de finales del siglo XX).

El origen del Condado de Castilla es un pequeño territorio situado al norte de la provincia de Burgos, conocido como el Área Paterniani.

Siendo geográfica, cultural y políticamente diversas las interpretaciones sobre la realidad castellana desde antiguo (de manera acentuada a partir del último cuarto del siglo XX), casi todas las versiones coincidien en situar Castilla —de modo bastante exacto— sobre el área de la Meseta Central ibérica, con añadidos o sustracciones territoriales, según quien argumente.

Castilla es conocida por ser la cuna del idioma español o castellano.

Castilla (nombrada en los primeros documentos en castellano antiguo como Castella o Castiella) significa, según su etimología, «tierra de castillos». Los historiadores árabes la denominaban Qashtāla[3] قشتالة y su nombre aparece justificado como tierra sembrada de castillos. El término vendría del latín castellum, diminutivo éste a su vez del término castrum, castro, fortificación

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