Comentario Los Pazos De Ulloas
Enviado por PaulaCarral • 29 de Noviembre de 2014 • 2.802 Palabras (12 Páginas) • 1.052 Visitas
COMENTARIO DE LOS PAZOS DE ULLOA, DE EMILIA PARDO BAZÁN
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El texto que he escogido para comentar es el último capítulo de Los Pazos de Ulloa, novela escrita por Emilia Pardo Bazán y publicada por primera vez en el año 1886. Se trata de una novela que forma un díptico con La madre naturaleza, publicada por la autora al año siguiente, en 1887.
Se trata de una obra que, dentro del realismo literario español, mejor ejemplifica la corriente naturalista, ya que en ella se refleja la aceptación de las teorías positivistas aplicadas a la literatura por el escritor francés y padre del naturalismo Émile Zola.
La novela, publicada en 1886, como acabo de señalar, narra el impacto que provoca la llegada de Julián, joven sacerdote, a los Pazos de Ulloa, donde el señor marqués vive una vida semisalvaje en compañía de sus criados. EL más importante, Primitivo, es una especia de mayordomo a quienes todos obedecen y su hija, la bella Sabel, vive amancebada con el marqués, con el que tiene un hijo, Perucho.
Julián al ver cómo se encuentra la situación, pretende cambiar las cosas y, para ello, consigue que el marqués lo acompañe a Santiago en busca de una esposa legítima y bien vista. La elegida será una de sus primas, la adorable Nucha, menor de las hermanas. En Los Pazos, dará a luz a una niña y ambas caerán en desgracia ante el marqués, quien deseaba un varón. A partir del parto, las circunstancias se irán complicando cada vez más. Nucha enfermará y descubrirá la relación de su esposo con Sabel y, además, que su marido es el padre del joven Perucho. La situación se va haciendo poco a poco insostenible, sobre todo después de que el marqués pierda, a causa de la traición de Primitivo, las elecciones en las que era candidato por el sector conservador de la comarca. Nucha decide huir con ayuda de Julián, pero el marqués, alertado por Primitivo, lo impedirá, acusará a su esposa de adulterio y echará al capellán. Además, este trágico desenlace coincide con la muerte de Primitivo, asesinado por su traición en las elecciones. El final de la obra cuenta la vuelta a Los Pazos de Julián diez años después, epílogo que analizaré a continuación.
En cuanto a los temas, quizás el principal en esta novela de Pardo Bazán sea la oposición entre naturaleza y civilización. En este caso, son las fuerzas naturales las que triunfan. Este tema se construye con otros secundarios como la política y las costumbres ancestrales, la religión y la brujería, la caza y la pasión frente a los sentimientos, etc. A su vez, estos temas secundarios se sirven de motivos que desempeñan una función muy importante en la estructura de la obra: la nobleza decadente, representada por el marqués y, en menor medida, por su familia de Santiago. También habría que destacar el caciquismo como signo de la corrupción política, la ley de la fuerza y la maldad, representada muy bien en la novela por Primitivo y también la situación de la Iglesia, caracterizada por estar acomodada en el poder y a la que se opone un sentimiento religioso de carácter idealista como es el de Julián. En el lado opuesto de la religión nos encontramos con la brujería de la Sabia y sus comadres, cuyos vaticinios se cumplirán.
Los Pazos de Ulloa, como ya he destacado, se inscribe dentro del naturalismo. La propia autora, en La cuestión palpitante, reclamaba que la literatura debía recoger la realidad en todos sus aspectos, incluso los más sórdidos. Y eso es lo que lleva a cabo en esta novela, ya que en ella se trata lo desagradable, lo tierno, lo humorístico y todo ello se entremezcla con las descripciones de objetos y costumbres. En este sentido, la obra es proyección de las teorías y técnicas naturalistas: cómo influye en el individuo el medio ambiente, su fisiología, las cargas de la herencia genética, etc. Los Pazos de Ulloa ponen al descubierto la fisiología de una sociedad cerrada, que vive según pautas “naturales” a través de un testigo, Julián, el cual se encuentra ajeno e ingenuo, poco a poco, se adentra en la realidad de los Pazos. El sentido último de la obra, como señala Carlos Blanco Aguinaga, consiste en mostrar que todo aquel que no se adapta a ese medio, o bien, lleva una existencia marginal, como le ocurre al señorito de Limioso, o bien es aniquilado, como ocurre en los casos de Julián y Nucha. La conclusión de esta novela es trágica, pero los presupuestos del naturalismo exigían que se contara la realidad de las cosas con absoluta objetividad.
En lo que se refiere a la autora, como se expone en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Emilia Pardo Bazán está considerada la mejor novelista española del siglo XIX y una de las escritoras más destacadas de nuestra historia literaria. Además de novelas y cuentos, escribió libros de viajes, obras dramáticas, composiciones poéticas y numerosísimas colaboraciones periodísticas, a través de las cuales su presencia fue constante en la España de su tiempo. Con su obra y con su vida puso de manifiesto la capacidad de la mujer para ocupar en la sociedad los mismos puestos que el varón, sin renunciar a lo específicamente femenino.
Pardo Bazán nació el 16 de septiembre de 1851 en Coruña, ciudad que aparecerá en sus novelas bajo el nombre de “Marineda”. Hija de don José Pardo Bazán y Mosquera y de doña Amalia de la Rúa Figueroa y Somoza, recibe una educación privilegiada.
Pardo Bazán fue lectora desde los ocho años y a los nueve compondrá sus primeros versos. A los quince años escribirá su primer cuento, Un matrimonio del siglo XIX, el cual se convertiría en premio.
Su formación acabó de completarla en Madrid, donde su familia solía pasar los inviernos debido a las actividades políticas de su padre, militante en el partido liberal progresista.
El año 1868 será clave en la vida de Emilia, como bien ella expresó: “Tres acontecimientos importantes en mi vida se siguieron muy de cerca: me vestí de largo, me casé y estalló la Revolución de septiembre de 1868”. En este momento la autora contaba con dieciséis años, y su marido, José Quiroga, veinte.
En el año 1873 la familia Pardo Bazán abandona temporalmente España. El viaje se prolonga por varios países de Europa, algo que despertará en Emilia la inquietud por los idiomas y el deseo de leer a los grandes autores de cada país en su lengua original. Su inquietud intelectual va en aumento y, a su regreso a España, entra en contacto con el krausismo a través de Francisco Giner de los Ríos, con quien mantendrá una gran amistad. El influjo de los krausistas la empuja a la lectura de los místicos y de Kant.
Sus primeros años de escritora se dedicará a la poesía, ya que la autora consideraba la novela un género menor, de mero pasatiempo. Gracias a la lectura de las obras de sus contemporáneos,
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